EL TOQUE CRÍTICO

LA PAROTA: PRODUCTO DE INTERESES HEGEMÓNICOS

Por Martín Esparza Flores*

El proyecto de construcción de la planta hidroeléctrica La Parota, en el estado de Guerrero, constituye un ejemplo de lo que los gobiernos neoliberales hacen para beneficiar intereses externos y de la gran burguesía a costa del interés de grupos sociales importantes.

Cuando los mexicanos sabemos, y el grupo político en el poder lo reconoce, que el país tiene suficiente capacidad de energía eléctrica para satisfacer la demanda nacional durante más de 10 años, resulta difícil entender que el gobierno defienda con tanta determinación proyectos como el de La Perota; igualmente, que siga entregando permisos de generación eléctrica al capital privado, nacional o internacional, basado en una ley que se contrapone a la Constitución.

Las plantas privadas, a las que las autoridades ofrecen tantas ventajas y facilidades, que para que funcionen y les sea comprada su producción, hay que parar plantas nacionales, operan alrededor de un 30% por debajo de su capacidad de generación.

Muchos mexicanos nos preguntamos cuál es la intención al construir más y más plantas
generadoras cuya producción no se utilizará porque el país ha sido meticulosamente desindustrializado por los gobiernos neoliberales.

La administración actual no tiene un plan de industrialización del país, o tal vez no le interesa, o todavía no lo entrega Estados Unidos, o de plano éste no quiere que México se industrialice para tener mercado para sus productos. Cualquiera de estas circunstancias puede ocurrir en un país, como el nuestro, anclado a la economía de Estados Unidos.

La respuesta está en los requerimientos energéticos internos de ese país, o en sus planes imperiales. Estados Unidos es un país con una población consumista que presenta una demanda creciente de energía que su gobierno no puede satisfacer en lo inmediato, entonces, de acuerdo a sus costumbres colonialistas ha decidido tomarla de México y Canadá. Ninguno de los dos países hará un buen negocio ni a mediano ni a largo plazos.

Primero porque el negocio lo hace Estados Unidos y no ellos, y segundo porque ya no podrán deslindarse sin enfrentar graves problemas de soberanía.

Otra respuesta es que los intereses hegemónicos de Estados Unidos consideran subexplotada la región centroamericana, y no esperarán al desarrollo normal de la industria eléctrica local.

Para acelerar el proceso de explotación regional, prevén interconectar los países centroamericanos con las plantas generadoras mexicanas sean estas privadas o del estado.

Visto el asunto de esta manera, se puede entender el por qué de la entrega indiscriminada de permisos de generación a particulares, la construcción de nuevas plantas hidroeléctricas y los planes de extensión de la red de transmisión eléctrica, con especial acento en la región mexicana que quedaría integrada al Plan Puebla-Panamá.

Sí la hidroeléctrica la Parota es construida, más de 14 mil hectáreas quedarían bajo las aguas de la presa, más de 20 mil mexicanos de escasos recursos serían desplazados y arrojados de sus tierras, desaparecerían 16 ejidos y 4 asentamientos de bienes comunales.

La resistencia de estos mexicanos se inició hace más de 4 años y ya han muero en la lucha 3 de ellos, otros Han sido encarcelados; todos han sido amenazados, presionados y manipulados.

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) no acepta perjuicios ilógicos e insostenibles a los mexicanos, y vería con buenos ojos que al mismo tiempo que los gobiernos impulsan el crecimiento de las fuentes de energía, impulsen también el crecimiento económico, el mejoramiento social, la industrialización del país, la creación de empleos seguros y bien remunerados, así como el saneamiento y la defensa férrea, nacionalista, de las empresas públicas y las fuentes de energía. Hasta ahora, no parece ser el caso.

* Secretario General del SME.