La Ley los Permite

CONTRATO COLECTIVOS DE PROTECCIÓN: EN AUGE

Por María de Lourdes Martínez

La ley permite la práctica de los contratos de protección, que sirven para evitar la verdadera sindicalización de los trabajadores, porque la autoridad no pone ningún requisito para su registro, ni siquiera verifica que sean auténticas las personas que el gremio dice representar, advirtió Eduardo Díaz Reguera, abogado laborista.

Al participar en un foro que se realizó en el salón verde de la Cámara de Diputados, el miércoles 27 de febrero del 2007, cuyo tema fue el de los contratos colectivos de protección, dijo que hay una vía para liberarse de este flagelo, que es la demanda de titularidad del contrato colectivo, pero en ese caso la autoridad pone un sinfín de requisitos que hacen casi imposible acabar con el sindicato fantasma o de protección.

“En la primera opción la autoridad no pone ningún requisito...simplemente se ponen de acuerdo el patrón y el sindicato que lo está protegiendo y depositan el contrato en la Junta de Conciliación y Arbitraje, pero no revisa que sean la mayoría, que firmen los trabajadores. En el caso del emplazamiento a huelga para revisar el contrato colectivo de trabajo, por el contrario, como casi siempre es la vía que utilizan los trabajadores, entonces la autoridad pone un sinfín de requisitos incluso algunos que no plantea la Ley. Eso mismo hace en el caso de la demanda de titularidad del contrato colectivo de trabajo”.

Comentó que la ley se deja en este terreno a la interpretación de la autoridad donde existe un ambiente de corrupción de la propia autoridad, de los patrones y de algunos sindicatos que se prestan para ello.

“Para cambiar eso se tendría que reformar el artículo 123 constitucional y la Ley Federal del Trabajo, a fin de transparentar el proceso de los registros de contratos colectivos de trabajo, para sea un registro que esté a disposición del público y que todo mundo pueda saber qué sindicato opera en qué empresa. También para que surja la figura de juzgados laborales y que se haga realidad la democracia sindical”.

Subrayó que la experiencia de los sindicatos que han podido lograr un contrato colectivo verdadero, es que sus integrantes tuvieron tenacidad, resistencia, actuaron en forma colectiva y estuvieron dispuestos a enfrentar a su patrón, al sindicato de protección y a la autoridad.

Por su parte el catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México, especialista en el tema, Alfonso Bouzas, dio la siguiente recomendación para aquellos trabajadores que luchan por liberarse de un contrato colectivo de protección y de un sindicato fantasma:

“El escenario actual es difícil para las acciones de los trabajadores, no habría más que recomendar prudencia, responsabilidad en el proceso de construcción de una organización sindical auténtica. Porque las acciones en contra de ello van a venir de todos lados. Por lo tanto no hay una vereda segura”.

Dijo que hasta en las centrales sindicales que se ostentan como democráticas se han colado personajes que ofrecen contratos colectivos de protección a los patrones.

“Sí, sobre todo en el sector aéreo, se les colaron personajes que ofrecen contratos colectivos de protección y que son los que están detentando la contratación colectiva en las empresas, para ofrecer servicios intermedios sobre todo en el interior de la República”.

En su turno la investigadora, Graciela Besunzan expuso que en México los trabajadores sobreviven inmersos en un política claramente neoliberal, donde los intereses de las empresas transnacionales son los que predominan en la economía y la política.

“En este panorama la voz de los trabajadores no existe en México y hay ausencia de liderazgos. Entonces no hay quien contrarrestre esa política neoliberal. Tenemos un modelo político en donde la ausencia del estado de derecho nos marca en el panorama nacional. Por eso está tan conectada la corrupción, la simulación, la opacidad en el mundo sindical, también en el mundo empresarial. Todo lo cual es parte de un sistema del estado corporativista”.

Dijo que el gobierno panista que llegó al poder en México, considera ahora que eso le beneficia, que el corporativismo es un instrumento de gobernabilidad. En el mundo del trabajo es muy claro que no hubo transición, no hemos salido del autoritarismo laboral. Y esa es la peor combinación. Un autoritarismo Laboral con un neoliberalismo económico, subrayó.

“Otro problema es que los trabajadores tampoco están representados en las esferas de poder. Eso explica, por qué los salarios mexicanos están entre los más bajos de América Latina, casi al nivel de El Salvador, de Haití, esto es inaceptable y es una traba en el desarrollo del país, porque no podemos tener desarrollo del mercado interno”.