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Alianza Clasista POR LA SOBERANIA ALIMENTARIA Y ENERGETICAPor Regina Vargas La Alianza Clasista, integrada por organizaciones campesinas, sindicales y populares firmó el pasado lunes 25, el Pacto por la Soberanía Alimentaria y Energética, los derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas. Dieciocho fueron los representantes de esas agrupaciones que signaron el pacto, comprometiéndose sobre todo a modificar la actual política económica neoliberal, que, dijeron, ha afectado severamente a la población. Entre sus objetivos resaltan impulsar la renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, defender la propiedad social de la tierra, rechazar la siembra de transgénicos, ratificar el Acuerdo Nacional para el Campo; defender la soberanía energética: rechazar la iniciativa Mérida y la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte. Valentín González Bautista, representante de la Unión General Obrera Campesina de México, fue el encargado de dar a conocer algunos de los objetivos de este nuevo. Cruz López Aguilar, dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), informó que el jueves 6 de marzo se reunirán con el titular de la Secretaría de Gobernación para sentar las bases de la mesa de diálogo. Reveló que la alianza clasista va a funcionar porque se ha preparado desde hace tiempo y se irá fortaleciendo, “sobre todo porque las causas populares que nos suman han sido una lucha que cada una de las organizaciones ha dado por separado”. Consideró que después de la mega marcha del 31 de enero del 2008 se está en condiciones de tener mejores resultados a sus demandas. Por parte, Martín Esparza, dirigente del Frente Sindical Mexicano y del Sindicato Mexicano de Electricistas, señaló que tan importante será la agenda campesina como la obrera. Amagó que si no hay respuesta a las demandas el movimiento tendrá que intensificar acciones. Max Correa, de la Central Campesina Cardenista, dijo que en lo fundamental las organizaciones están unificadas, y por acuerdo todo se realizará por consenso y no se aceptará que en el movimiento haya interlocutores por separado. AL respecto, Agustín Rodríguez, presidente colegiado de la UNT, refirió que la única fórmula para transformar la política económica y social del país es a través de la unidad de las organizaciones. “Estos pasos que estamos dando no son sencillos, pero éstos abren una puerta con el gobierno federal, que puede permitir tener la respuesta que queremos. Y no es fácil porque la lucha no es solamente por revisar el TLCAN, sino que el sustento fundamental de la lucha es en contra de la política neoliberal, en donde también se lucha por la soberanía alimentaria y energética”. La llamada “Alianza Clasista: Campesina, Obrera y Popular”, que participó en la marcha del pasado 31 de enero también demandó la interlocución con los titulares del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo y con los gobiernos de las entidades federativas. Reunidos en el Teatro Sergio Magaña, de la “Casa del Agrarista”, el dirigente del Frente Sindical Mexicano afirmó que si en un mes, no hay resultados en su demanda prioritaria de renegociar el TLCAN, de otorgar un salario de emergencia a la clase obrera y romper con el actual modelo económico neoliberal, las “acciones de unidad” que tomen organizaciones rurales y sindicales serán contundentes. El pacto establece: “el compromiso con la construcción e impulso a un proceso de diálogo y de convergencia clasista y ciudadana de toda la Nación”. “En consecuencia, se dialogará con todas las fuerzas y organizaciones económicas, sociales y políticas a fin de construir un amplio pacto nacional que sustituya el modelo neo liberal que reoriente las políticas económicas y sociales a favor de las mayorías e instaure la necesaria democracia política en México”. En la firma del pacto estuvieron entre otros, los dirigentes de la Confederación Nacional Campesina, Cruz López; de El Barzón Alfonso Ramírez Cuellar; del Sindicato del IMSS, Valdemar Gutiérrez; de los electricistas Martín Esparza; de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez; de la UNAM, Agustín Rodríguez y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, sección 18 Artemio Ortiz. Al término de la firma, los convocantes ofrecieron una conferencia de prensa, donde señalaron que no se trata de un movimiento político ni de protagonismos. “Aquí tenemos que destacar también que la agenda que establecimos, es una agenda en la que tenemos coincidencias organizaciones campesinas, organizaciones obreras y la sociedad”, resaltó. Aquí ni es más importante la agenda campesina, ni más importante la agenda de los obreros. Todos los planteamientos que hicimos son importantes, vamos a ir todos juntos a tomar los acuerdos para plantear mejores condiciones para los trabajadores del campo y de la ciudad y tenemos que ser muy claros que aquí no hay protagonismos y que tenemos que llevar esta estructura que plateamos a cada uno de los estados para dar a conocer el plan de acción, resaltó Martín Esparza, líder del SME. Rafael Galindo Jaime, dirigente de la Central Campesina Independientes (CCI), expuso que dicha “Alianza Clasista” no será más de lo mismo de lo que se hizo en el 2003, cuando propusieron a Fox un Acuerdo Nacional para el Campo. Y no estamos de acuerdo cuando el gobierno dice en el TLCAN nos va bien, cuando realmente le va bien a un siete por ciento de los productores nacionales”, expuso. Al leer los puntos del pacto político de esta alianza clasista, Valdemar Gutiérrez Fragoso, secretario general del Sindicato del Seguro Social expuso que la entrada en vigor de la desgravación de las importaciones agropecuarias del TLCAN, así como la inminente recesión de la economía de Estados Unidos agudizan el estancamiento de la economía nacional. Estos factores, declaró, también representan el deterioro del campo y aceleran la caída del nivel de vida de la población. |
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