Ir al Inicio
Directorio
¿Quiénes Somos?
Contáctanos
Envíanos tu Denuncia

 

www.frecuencialaboral.com
México, Distrito Federal

PÁGINA SOLIDARIA

Por Considerarlo de Alto Valor Informativo Reproducimos Textualmente:

Boletín del Instituto de Investigaciones Económicas

PRESENTACIÓN DE LIBRO

"El petróleo en los Hoyos de Dona y otras áreas
desconocidas del golfo de México"

Ciudad Universitaria, D.F. jueves 11 de marzo de 2004


Auditorio “Ricardo Torres Gaitán” del IIEc

http://www.iiec.unam.mx/notiiiec/notiiiec_040311.htm

Autor: Fabio Barbosa Cano


Comentaristas:
Ing. Rubén Cuellar,
Ing. Francisco Garaicochea,
Dr. Miguel García y
Dr. Rafael Rodríguez

Inició el autor del libro, Mtro. Fabio Barbosa, quien señaló:

Muy buenos días. En nombre del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y en el mío propio agradezco su presencia en esta presentación del libro: “El petróleo en los Hoyos de Dona y otras áreas desconocidas del golfo de México”.

Procederemos de una manera parecida al de un examen profesional. Su servidor, Fabio Barbosa, autor del texto comenzará con una exposición de seis a siete minutos, a continuación escucharemos a los comentaristas.

Como acabo de leer desde el título se señala que se trata de los Hoyos de Dona y otras áreas desconocidas del golfo de México. Quiero mostrarles en un mapa cómo se llaman esas áreas y su ubicación.

Con letras se señalan las provincias gaseras, con números las cuencas petroleras y con romanos las nuevas áreas, entre ellas destacaremos:
Seis romano: Perdido.
Tres romano: Lamprea.
Y las señaladas con Cinco romano: Coatzacoalcos
y Siete y ocho: Las Cordilleras Mexicanas.

Tres años más tarde el sucesor de Cruz Helú en la exploración petrolera de Pemex, el Maestro Eduardo Guzmán, presentó, en otra reunión anual de la misma asociación de geólogos estadounidenses y de la Houston Geological Society, celebrada en esa ciudad, en agosto de 2001, ciudad que se sigue ostentando como la capital petrolera del mundo, el más reciente mapa de lo que llamo en mi texto: “la nueva geografía petrolera de México”:

Uno. El Delta del Bravo
Dos. El Cinturón de Sal Alóctona.
Tres. El Cinturón Plegado Perdido.
Cuatro. La extensión del Cinturón Perdido
Cinco. La Cordillera Mexicana
Seis. El golfo salino profundo.
Siete. El escape de Campeche
Ocho. El cañón de Veracruz
Y, por último:
Nueve. La planicie Abisal, en ella se encuentra la parte que le tocó a México de la Dona Occidental.
Como puede verse el documento señala la existencia de 192 oportunities, que puede traducirse como “prospectos exploratorios” y comenta los desafíos:
“Enorme potencial, alto riesgo”
“Dependencia tecnológica”
“Para desarrollarse en el mediano y largo plazos”.
“Requerimientos de gran capacitación tecnológica”.
Este es el mapa más reciente, el libro que hoy comentamos repasa la historia de cómo fueron desarrollándose las distintas evaluaciones del potencial petrolero de esas áreas, desde los primeros estudios formulados en los Estados Unidos hace veinte años, por cierto se recuerda que submarinos norteamericanos cruzaron la frontera marítima sin autorización e incluso bautizaron las estructuras petroleras que hemos enumerado; el libro recoge las evaluaciones formuladas por el ingeniero Roberto López miembro del grupo Pemex Constitución del 17 y los resultados de la investigación de científicos mexicanos de Petróleos Mexicanos, presentados en reuniones académicas recientes.
De tal modo en esta presentación me limitaré a citar las evaluaciones más recientes:
Para la Dona Occidental, según un estudio presentado por Pemex al Senado mexicano: 2 500 millones de barriles de crudo equivalente;
Para el conjunto de las áreas enumeradas: casi 100 000 millones de barriles de crudo equivalente, ambas como recurso, no como reserva.

Finalmente el mapa 3 nos muestra la ubicación de las localizaciones y una propuesta de plan de desarrollo del Proyecto Coatzacoalcos.
Elegimos este porque es el proyecto cuyo desarrollo se encuentra más avanzado. Fue anunciada su puesta en marcha, en una reunión de la Society of Petroleum Ingineers, SPE, el 15 de febrero de 2002, es decir por el actual gobierno.
Comprende perforaciones en aguas someras y aguas profundas y ultraprofundas. Incluso se han seleccionado el tipo de plataformas, la ubicación de los futuros complejos de producción. Destacaría las plataformas de patas tensionadas, se han experimentado exitosamente en los campos “Mars” y “Ursa”, en la parte estadounidense del golfo de México. Son estructuras flotantes que poseen cascos, como los barcos y permiten instalar en la cubierta todo tipo de equipos: desde los de perforación, separación, compresión, endulzamiento, hasta un módulo habitacional. A estas estructuras se les sostiene verticalmente por medio de cables anclados a pilotes sujetos en el lecho marino y están diseñadas para soportar la fuerza de olas de 21 metros y vientos de hasta 228 kilómetros por hora. Pueden instalarse en tirantes de hasta 2000 metros. Los equipos llamados “torres flexibles” que también están planeados para el desarrollo del proyecto Coatzacoalcos, se caracterizan por su esbeltez y pueden soportar desplazamientos laterales de hasta tres metros durante las tormentas marinas.
Ilustra nuestros récords de profundidad o nuestros pozos más profundos en el golfo de México. Destaco Chuktah, en casi 400 metros de tirante de agua.
La principal conclusión de este libro es que no hubo negociaciones del Tratado y en consecuencia perdimos el área Sigsbee, México aceptó el método de equidistancia y adicionalmente se presentó el misterioso caso de la desaparición de la isla Bermeja. Finalmente, este texto no es historia, el proceso de negociación de la frontera marina en el golfo de México aun no concluye: en los años siguientes se negociará la Dona Oriental. Ya tenemos información preliminar, pero oficial, sobre cómo se plantea su distribución :
Estados Unidos el 70%
México: 20%
Cuba: 10%.
Casos como el que aquí se estudian señalan la urgencia de una mayor participación de la sociedad mexicana en los asuntos petroleros.

Escucharemos ahora a los colegas que participarán como comentaristas. Empezaremos con el doctor Rodríguez Nieto.

Rafael Rodríguez, comentó:

A los 40 años de trabajar como Ingeniero Petrolero y de elaborar más de 100 artículos técnicos y varios libros, sobre mi especialidad y sobre investigación educativa aplicada, es la primera vez que se me presenta una oportunidad de este tipo, por lo que deseo agradecer al Lic. y Maestro Fabio Barbosa Cano y a las autoridades del IIEc, la invitación que me hicieron para participar como Comentarista en la presentación de la obra “El Petróleo en los Hoyos de Dona y otras áreas desconocidas del Golfo de México”.

Al prepararme para elaborar los comentarios, me di cuenta de la ignorancia que tenía en relación con algunos temas de la explotación de hidrocarburos (petróleo y gas natural), muy importantes para el país, como los aspectos económicos, políticos y sociales involucrados. Afortunadamente el trabajo del IIEc, de sus investigadores, colaboradores externos muy destacados y otras fuentes, a través de las publicaciones correspondientes , me han abierto un poco más la mente, para hacer un mejor papel en este cometido.

DESARROLLO.

El propósito de los Textos Breves de Economía, como lo es de alguna manera “El Petróleo en los Hoyos de Dona y otras áreas desconocidas del Golfo de México”, que consiste en presentar en forma breve y accesible temas económicos relevantes para estudiantes y público en general, considero que lo cumple a plena satisfacción, pues si bien el estudio de la exploración y explotación de los hidrocarburos en aguas fronterizas, con sus implicaciones técnicas, económicas, políticas, sociales y diplomáticas , es muy complicado, el presentarlo como un tema de novela, de acuerdo a lo que se establece en la contraportada y se constata en su lectura, lo hace que cumpla con ese propósito.

En esto se reconoce ampliamente la experiencia y las capacidades de análisis y síntesis del Maestro Barbosa Cano, así como las ideas independientes, valientes y nacionalistas, tanto propias como las de los especialistas a quienes ha recurrido para sustentar sus aseveraciones.

Con relación a la hipótesis principal del libro, que se resume en que “las nuevas tecnologías de exploración petrolera y de perforación de pozos, surgidas en los años noventa, confirmaron y luego revaloraron el potencial petrolero de las aguas profundas del Golfo de México, tanto en las de nuestro país como en la porción estadounidense” en mi opinión sí queda lo suficientemente demostrada a lo largo de la obra, mediante los análisis desarrollados y las amplias referencias que se incluyen, lo que a su vez permite que en un tiempo relativamente corto, un técnico en la explotación de hidrocarburos aprenda las implicaciones históricas, económicas, políticas, sociales y diplomáticas involucradas, a niveles de categorías de la profundidad del conocimiento más allá de la comprensión1 de los temas, para el caso de los yacimientos localizados en o cerca de las aguas fronterizas, particularmente cuando la frontera es con los Estados Unidos de Norteamérica.

También el objetivo fundamental de exponer de una manera comprensiva el proceso de exploración petrolera en las zonas del norte del Golfo de México, reseñar los principales estudios, resumir sus resultados, en términos de estimación de reservas y evaluación del potencial petrolero, es decir, especificar qué instituciones, cómo y por qué se han modificado las evaluaciones a medida que se desarrollan instrumentos más precisos y tecnologías de exploración y explotación más avanzadas, se considera que se cumple, por las mismas o similares razones a las expuestas en párrafos anteriores.

La investigación del autor recoge observaciones, críticas y contribuciones que numerosos ingenieros formularon en los trabajos de un seminario organizado por el IIEc que cuenta, destacadamente, con la participación del Grupo de Ingenieros Pemex Constitución del 17 y, en forma ocasional, con la de ingenieros de algunos activos de exploración y de la Subdirección de Tecnología de PEP.

Se encontrará en el libro un informe actualizado hasta comienzos del 2002, sobre las actividades y avances en la exploración, perforación y desarrollo de campos, de Estados Unidos en aguas profundas y en las áreas fronterizas del Golfo de México y un examen de cómo México fue asumiendo los resultados de la exploración petrolera estadounidense, en ocasiones realizada violentando las fronteras, en aguas de la zona económica exclusiva de México.

Se encuentra un gran rezago tecnológico de nuestro país, pero también se constatan avances importantes en el conocimiento y evaluación de las aguas profundas del Golfo, en la parte que nos corresponde. Al concentrar la atención en las cuestiones de mayor interés, una enorme gama de problemas relacionados con los Hoyos de Dona, como los de la metodología utilizada para la delimitación, la cuestión de la equidistancia y la equidad, y otros, apenas si son mencionados, en la medida que permiten contextualizar y arribar al punto principal que se define como objeto de la investigación.

En resumen, se trata de una pesquisa sobre información muy específica de campos marinos, pozos, profundidades, herramientas y aditamentos para la producción en ambientes submarinos.

En el Capítulo “La Frontera Marítima: del Siglo XIX al Tratado sobre la Zona Económica Exclusiva”, se incluye información sobre “La Tercera Conferencia de la ONU sobre Derecho Marítimo y la Zona Económica Exclusiva”, donde se establece que “diversos países empezaron a declarar unilateralmente su soberanía o jurisdicción, en algunos casos hasta las 200 millas de sus costas. Tal vez entre los primeros estuvieron EUA, con la llamada “Proclama del presidente Truman”, en septiembre de 1945. Como medidas de protección de sus recursos pesqueros también algunos países sudamericanos establecieron límites hasta las 200 millas” (estas son millas náuticas, que equivalen a 374.4 km).

En el caso de México, el presidente Luis Echeverría desarrolló un gran protagonismo en materia internacional. Viajó a Caracas en julio de 1974, donde pronunció un importante discurso. Más tarde, en 1975, aduciendo que ya había “amplio consenso”, aun cuando éste no se hubiera formalizado en un convenio, Echeverría decidió establecer mediante un decreto de reformas a la Ley Reglamentaria del 27 Constitucional, la Zona Económica Exclusiva que ampliaba también para México la soberanía del mar hasta 200 millas.

Si bien el acto de delimitación de las 200 millas como ZEE de México fue necesariamente un acto unilateral, ya que México era el único competente para emprenderlo, la validez de la delimitación dependía del acuerdo o aceptación de los vecinos. Estados Unidos ya había señalado su soberanía y jurisdicción sobre las 200 millas de la que llamaban su “zona de conservación y administración pesquera, de ahí que en 1976, mediante un canje de notas, se acordó delimitar ambas zonas y se llegó a un acuerdo sobre la materia titulado : “Acuerdo para el Reconocimiento Provisional de las Fronteras Marítimas entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, en ambos litorales”; fue suscrito en noviembre de 1976.

En 1977, ya en el Gobierno de López Portillo, ambas partes acordaron elevar el acuerdo provisional a la jerarquía de tratado, mismo que fue firmado por Santiago Roel y Cyrus Vance, en representación de sus respectivos gobiernos. Este Tratado sobre límites marítimos, al que siempre aludiremos en lo sucesivo, como “el Tratado sobre la ZEE”, fue aprobado por el Senado mexicano en diciembre de 1978 y, cuando años más tarde se pudo conocer su contenido y trazar en un mapa los puntos fronterizos acordados, se reveló un problema sorprendente: la frontera México-Estados Unidos era “una línea extrañamente discontinua” dos porciones rebasaban las 200 millas correspondientes a cada uno de los dos países y los límites, en estas porciones, no se negociaron en el Tratado sobre ZEE. Estas dos porciones eran las que muchos años después, se llamarían las Donas.

En resumen, en el Tratado sobre la ZEE sólo se establecieron, como lo revelaron las investigaciones publicadas entre 1981 y 1982 por un académico universitario, Jorge Vargas, siete puntos de delimitación; quedaron más de 200 kilómetros de frontera pendientes de negociación. Los dos espacios en altamar, más allá de las 200 millas son considerables. La llamada Dona occidental tiene una superficie aproximada de 17,000 km2 y la otra porción, al oriente, comprende alrededor de 20,000. Esta última es contigua también a la ZEE de Cuba.

En 1978 y los años inmediatos a la firma del Tratado sobre la ZEE, estos dos espacios que quedaban en aguas internacionales y sin delimitar, no fueron motivo de mayor atención, porque surgió un problema aún mayor: aunque el gobierno de Carter firmó el Tratado sobre la ZEE, el Senado de EUA se negó a ratificarlo; así, este documento quedaría congelado por cerca de 20 años; la indefinición afectaba no sólo a los Hoyos de Dona, sino toda la frontera. La causa del diferimiento fue que los geólogos norteamericanos irrumpieron en las negociaciones con sus estudios.

Hollis Hedberg, geólogo muy destacado, propuso rechazar el Tratado y renegociar la línea fronteriza; es decir, los siete puntos ya acordados para delimitar la frontera en el Golfo de México. Abordó diversos aspectos, pero sólo se citan los relativos al potencial petrolero

La versión escrita por nuestro diplomático más experimentado en el tema, el embajador González Félix, presenta a Hedberg como profesor de la Universidad de Princeton, y dice que “sostuvo que el Tratado era contrario a los intereses de EUA, pues dejaba a México un importante sector del centro del Golfo de México con enorme potencial para la extracción de hidrocarburos y otros minerales.

Un poco más tarde, en agosto de 1980, la AAPG (American Asociation of Petroleum Geologists) se manifestó por escrito pidiendo al Senado de EUA, que realizara un intenso estudio pues “en tiempos de dificultad e incertidumbre sobre nuestras reservas, bien se podría contar con zonas ricas en recursos minerales, que podrían perderse si se acelera la ratificación del Tratado de límites marítimos con México”.

En consecuencia, el Senado de EUA decidió encomendar a la United States Geological Survey (USGS), una nueva evaluación sobre los recursos minerales del Golfo. Ésta es la más antigua y mejor dotada institución de investigación sobre recursos petroleros de ese país y de todo el planeta.

El área estudiada por la USGS, comprendió tres partes: primera, toda la región fronteriza; segunda, los espacios más allá de las 200 millas, es decir los Hoyos de Dona, aunque en esos años no se utilizaba esta nominación que se popularizó en los noventas y tercera, sorprendentemente, la USGS avanzó estudiando regiones de aguas profundas de nuestro país en el Golfo de México, muy al sur, incluso al sur del paralelo 23°, que observando los mapas se ubican a la altura de las costas de Veracruz.

En la región fronteriza se estudiaron áreas desde la desembocadura del río Bravo hasta la plataforma de Florida.

Al sur del paralelo 26° es decir, en aguas bajo la soberanía mexicana, la USGS señaló la presencia de hidrocarburos y ubicó en sus mapas seis áreas.

Aunque el estudio encomendado por el Senado de su país supuestamente sólo debía comprender las áreas fronterizas, la USGS avanzó muy al sur porque las estructuras geológicas se extendían hacia nuevas zonas que antes no figuraban en los mapas geológicos. Así, al sur del paralelo 23° y a la altura del meridiano 96, es decir frente al litoral sur de Tamaulipas y norte de Veracruz, pero más allá de la isobara de los 2000 metros, surgió una zona con potencial petrolero que los estadounidenses mapearon y desde luego nombraron o bautizaron ellos mismos, como las “Mexican Ridges”.

Según la USGS los recursos in situ evaluados para las regiones fronteriza y central del Golfo de México ascendían de un mínimo de 2400 a un máximo de 22000 mbpc y de un mínimo de 5 a un máximo de 44 billones de pies3 de gas natural.

Como resultado de este estudio, la ratificación del Tratado de 1978 se difirió por casi dos décadas, hasta que en 1996 el senador Conchello, volvió a poner en la agenda la cuestión, no sólo de los Hoyos de Dona, sino de toda la frontera.

El Nuevo Tratado sobre la Dona Occidental: un Episodio de la Diplomacia Secreta.

La revolución en la comprensión de la geología en el Golfo de México, alcanzó sus momentos estelares en los años 90, cuando comenzaron los descubrimientos de los primeros campos, como “Mickey”, de Exxon y “Gemini” de Texaco y, especialmente cuando los ingleses de la British Petroleum, empezaron a descubrir los primeros gigantes ultraprofundos, como “Crazy Horse”. Los progresos en la geología estaban acompañados de avances en la tecnología de perforación en tirantes de agua profundos. En suma, disponer de informaciones sobre el subsuelo en mayor cantidad y mejor calidad, permitió fortalecer las hipótesis sobre las analogías de las formaciones geológicas en las áreas fronterizas señaladas: los cañones Keathley y Alaminos y las cordilleras de Walker y también el Escarpe de Sigsbee. En el proceso de investigación geológica, las hipótesis se transforman en prospectos y luego en localizaciones de perforación.

Para probar la primera de las estructuras fronterizas, se decidieron por Perdido Fold Belt en el cañón de Alaminos. Al pozo exploratorio lo llamaron “Baha”. La información sobre la exploración de Baha saltó a las primeras planas de los periódicos al presentarse un actor inesperado: nada menos que el Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, José Ángel Conchello, quien solicitó en 1996 a la SRE información sobre su ubicación, pues temía que se encontraran dentro de la ZEE de México.

En el curso del debate Conchello defendió los siguientes aspectos: primero, la defensa de los recursos petroleros de México en el Golfo. Segundo, recogió y popularizó la “teoría del popote”, que puede resumirse como la posiblidad de que, con pozos horizontales, la tubería de las compañías petroleras de EUA cruce la frontera y extraiga los recursos al sur del paralelo 26°. Tercero, el reclamo de que por lo menos el Senado recibiera información sobre las negociaciones con EUA; se planteó la posibilidad de que México defendiera o todo el polígono occidental o una parte más amplia del mismo. Incluso llegó a plantear la posibilidad de un acuerdo para una distribución equitativa de los recursos del mencionado polígono.

El Canciller Gurría reducía a mera especulación la existencia del petróleo en las Donas.

Adrián Lajous, entonces Director de Pemex, afirmó en mayo de 1997, que “no existe ninguna certeza de que haya reservas petroleras en aguas colindantes con EUA”.

En fin, se trataba de una política de minimizar la importancia del asunto, disipar inquietudes y alejar cualquier intervención de la opinión pública.

En estas condiciones, en las que uno de los protagonistas más enterados concluía que ya había acuerdos previos, se iniciaron las “negociaciones” en marzo de 1998. Cuatro meses más tarde Conchello falleció en un extraño accidente.

En junio de 2000, en un escueto boletín de dos hojas, de las Secretarías de Energía y Relaciones Exteriores, se informó que las negociaciones habían concluido. A México le correspondía poco más del 60% del área y a EUA el otro casi 40%, pero naturalmente no se mencionó que EUA se apropiaba enteramente del Escarpe de Sigsbee y que nuestro 60% correspondía a la Planicie Abisal.

La Evaluación de los Recursos en la Dona Occidental.

Sólo hasta fines de 1998, PEP realizó un estudio de los sedimentos y recursos de la Dona Occidental. A partir de agosto 1998 contrató los servicios de una compañía canadiense para que realizara un levantamiento sísmico del área del polígono occidental.

Se obtuvieron dos conclusiones que sirvieron para definir la postura negociadora del gobierno mexicano. Una, que en el Escarpe de Sigsbee no existen estructuras, la roca no está deformada, está plana. La Segunda conclusión se refiere a que la evaluación de los recursos les permitió estimar 2500 millones de barriles de crudo equivalente.

En contraste, la empresa Unocal's Spirit Energy se encontraba perforando en mayo del 2002, a sólo 6 km de la frontera con México. Unocal no expondría millones de dólares, si sus estudios sobre la zona fronteriza no fueran alentadores, es decir, el interés de los trabajos de Unocal reside en que son los más “optimistas” sobre el potencial petrolero.

El estudio de Spirit Energy recoge toda la investigación de los últimos años y sostiene que Sigsbee es la continuación de las mismas formaciones, muy prometedoras, que se fueron revelando con los descubrimientos de los campos, algunos de los cuales ya se mencionó, como “Crazy Horse”

Es notable que mientras los canadienses aseguraron a Pemex que no había estructuras en el Escarpe de Sigsbee, el estudio de Spirit Energy de Unocal, no solamente afirma lo contrario, sino que incluso enumera algunas, las que tiene tan estudiadas que ya las pasó a su cartera de inversiones para ser perforadas.

En tanto Pemex asegura que 5 estratos son potencialmente productores, conteniendo un recurso de 2500 millones de crudo equivalente, Spirit sostiene que Escarpe de Sigsbee aloja estructuras con un potencial promedio de 300 millones cada una, lo que permite clasificarlas como “grandes”.

En resumen, el apresurado estudio canadiense reforzó y casi parece hecho “a modo”, para apoyar la política de aceptar la metodología de la línea equidistante y eludir cualquier motivo de fricción con nuestros poderosos vecinos.

Problemas Tecnológicos para la Producción en Aguas Profundas.

Las herramientas de nuevo tipo, en relación con las que funcionan en aguas someras, tienen que resistir las elevadas presiones y las bajas temperaturas que existen en ambientes de 2000 ó 3000 metros de profundidad. Se adelanta que el límite tecnológico, al comenzar el año 2002, se encuentra alrededor de los 2000 metros. A la fecha, no existe ningún campo petrolero en el mundo, operando en tirantes de agua mayores de 2000 metros.

En Estados Unidos se descubrieron, como se anotó, 242 campos de aguas profundas. De ellos, 105 campos se encuentran en tirantes de más de 1000 metros; a la fecha, sólo 22 de estos están produciendo. El mejor ejemplo que se puede ofrecer para ilustrar las complicaciones para producir en las aguas más profundas es que, campos que fueron descubiertos en los años 80, apenas empezaron a ser explotados diez años más tarde, es decir a finales de los 90. En otras palabras, EUA tiene más de 80 campos de aguas profundas, ya descubiertos, algunos aguardando más de 15 años, en espera de ser desarrollados, algunos de ellos son incluso campos gigantes como “Crazy Horse”.

Probablemente el más reciente y más profundo y que señala el límite tecnológico a comienzos del 2002, es “Mensa” de Shell que inició su producción el 12 de julio de 1998 en un tirante de agua de 1770 metros. Así, como ya se adelantó, se puede concluir que el record en el Golfo de México, para producción, se situaba al comenzar el año 2002, en alrededor de los 2000 metros de tirante de agua.

Las aguas profundas y ultraprofundas son hoy, junto con Alaska, las únicas zonas en las que Estados Unidos incrementa su producción y puede esperar elevar sus menguadas reservas.

Actividades Recientes en las Fronteras con México.

En 1996 se inició la perforación de “Baha No. 1”, que en su momento fue el pozo más cercano a la frontera con México; fue el primer pozo explorador en las estructuras geológicas masivas del “Cinturón Perdido”. Dos años más tarde, en 1998, el consorcio interesado en probar esas formaciones, emprendió la perforación de “Baha No. 2”.

“Baha No. 1”, se sitúa a 35 kilómetros de la frontera; en agosto de 2001 se inició la perforación de un pozo llamado “Trident”, en el bloque 903 del mismo Cañón de Alaminos, situado sólo a 4 millas, es decir, 6 kilómetros de la línea fronteriza.

En Keathley Canyon, que es inmediatamente adyacente al Polígono Occidental, no existe ningún campo petrolero, y muy probablemente, aún no se realiza ninguna perforación.

En Walker Ridge, también colindante con la Dona Occidental, tampoco existe ningún campo petrolero; esto es lo que explica las afirmaciones que se vieron en las páginas anteriores, acerca de que esta nueva frontera “permanece intocada”. Pero en los últimos años, con posterioridad a la firma del Tratado sobre la Dona, se realizan según nuestro seguimiento, cuatro nuevas perforaciones, algunas de ellas estableciendo nuevos récords de profundidad en aguas profundas.

El seguimiento realizado muestra una importante actividad, como se manifiesta en el descubrimiento de 5 nuevos campos petroleros en los años 90, en áreas fronterizas con México, así como 5 nuevos pozos exploratorios, uno de ellos, el Trident, a sólo 6 km de la frontera.

México: Desafíos y Proyectos en las Aguas Profundas.

En Pemex se conocen muy bien las implicaciones y riesgos de las perforaciones muy cercanas o contiguas; no se requiere de perforaciones horizontales para afectar yacimientos vecinos. En los yacimientos que pueden ser transfronterizos, o simplemente vecinos, si se encuentran comunicados hidráulicamente, la explotación de cualquiera de ellos afecta el comportamiento de las presiones del otro.

En lo que podría ser considerado el documento constitutivo del Grupo de Ingenieros Pemex Constitución del 17, se critica el descuido de los trabajos de exploración en Pemex y se señala: “desde hace más de una década se conoce la existencia de grandes estructuras en el talud continental del Golfo de México”.

Entre las primeras evaluaciones del potencial en aguas profundas se encuentra la de Roberto Flores, también del grupo Constitución del 17, quien ha participado en los trabajos de un Seminario del IIEc-UNAM.

Por otro lado la AIPM promueve la organización de cursos; un Exsubdirector de planeación de PEP, Palacios Calva, quien tuvo también a su cargo las operaciones en la Sonda de Campeche, impulsó las primeras perforaciones en tirantes de más de 100 metros, ya que consideraba las aguas profundas como una de las regiones más prometedoras y afirmó que “México está llamado a ser un país productor eminentemente marino”.

La Subdirección de Tecnología y Desarrollo Profesional de PEP, en un extenso estudio publicado en 1998 dedicó un capítulo a las aguas profundas, advirtiendo que PEP “deberá prepararse técnicamente para perforar, desarrollar y explorar estructuras en aguas profundas”.

Más tarde, en marzo de 1999, PEP estableció tres activos de exploración para el Golfo de México, y diversos programas, parcial o totalmente en aguas profundas como “Coatzacoalcos”, “Campeche Poniente” y “Golfo de México Profundo B” .

En la V Conferencia Anual sobre Tecnología y Desarrollo en Aguas Profundas, celebrada en Houston, un joven científico, Rafael Navarro, presentó un trabajo colectivo resumiendo los proyectos en el Golfo.

En 2001 el mismo Navarro formuló, en una reunión pública efectuada en la Cámara de Diputados, las propuestas de condonaciones fiscales sobre explotaciones en aguas profundas, y una muy interesante de realizar inversiones mínimas en bloques en aguas profundas del Golfo, que permitiría obtener información privilegiada.

Pero, sin duda alguna, la más importante de las medidas tomadas por Pemex en relación con nuestras aguas profundas fue la decisión de realizar 3 estudios exploratorios, generar una localización y perforar el primer pozo exploratorio en el área fronteriza llamada por la USGS “Cinturón Plegado Perdido”, precisamente contigua al nuevo campo “Baha” y al Pozo “Trident”. Desde luego la perforación aún no se realiza, la localización fue denominada PEP-1.

Los tres estudios exploratorios, parcial o totalmente en aguas profundas que estableció PEP en marzo de 1999, se describen con algún detalle en el libro, en las páginas 86 a 92.

Finalmente, en las conclusiones del libro se indica que el problema de las Donas y las actividades de exploración y explotación en las inmediaciones de la frontera marítima y el potencial petrolero en aguas profundas son muy importantes para México, con lo cual concuerdo totalmente.

A manera de conclusiones de estos comentarios se enfatiza lo siguiente:

Los aspectos históricos, económicos, políticos, sociales y diplomáticos, involucrados en el libro “El Petróleo en los Hoyos de Dona y otras Áreas Desconocidas del Golfo de México” son muy importantes y de mucho interés para personas como yo, que durante bastantes años (casi 40), prácticamente me había dedicado sólo a las cuestiones técnicas, en una amplitud muy pequeña de lo que es la gama de actividades de explotación de hidrocarburos.

El propósito de los Textos Breves de Economía, como lo es de alguna manera “El Petróleo en los Hoyos de Dona y otras Áreas Desconocidas del Golfo de México”, que consiste en presentar en forma breve y accesible temas económicos, relevantes para estudiantes y público en general, considero que lo cumple a plena satisfacción, pues si bien el estudio de la exploración y explotación de los hidrocarburos en aguas fronterizas, con sus implicaciones técnicas, económicas, políticas, sociales y diplomáticas, es muy complicado; el presentarlo como un tema de novela, de acuerdo a lo que se establece en la contraportada y se constata en su lectura, lo hace que cumpla con ese propósito.

Se reconoce ampliamente la experiencia y las capacidades de análisis y síntesis del Maestro Barbosa Cano, así como las ideas independientes, valientes y nacionalistas, tanto propias como las de los especialistas a quienes ha recurrido para sustentar sus aseveraciones.

La hipótesis principal del libro se resume en que “las nuevas tecnologías de exploración petrolera y de perforación de pozos, surgidas en los años noventa, confirmaron y luego revaloraron el potencial petrolero de las aguas profundas del Golfo de México, tanto en las de nuestro país como en la porción estadounidense,” en mi opinión sí queda lo suficientemente demostrada a lo largo de la obra, mediante los análisis desarrollados y las amplias referencias que se incluyen, lo que a su vez permite que en un tiempo relativamente corto, un técnico en la explotación de hidrocarburos aprenda las implicaciones históricas , económicas, políticas, sociales y diplomáticas involucradas, a niveles de categorías de la profundidad del conocimiento más allá de la comprensión2 de los temas, para el caso de los yacimientos localizados en o cerca de las aguas fronterizas, particularmente cuando la frontera es con los Estados Unidos de Norteamérica.

El objetivo fundamental de exponer de una manera comprensiva el proceso de exploración petrolera en las zonas del norte del Golfo de México, reseñar los principales estudios, resumir sus resultados , en términos de estimación de reservas y evaluación del potencial petrolero, es decir, especificar qué instituciones, cómo y por qué se han modificado las evaluaciones a medida que se desarrollan instrumentos más precisos y tecnologías de exploración y explotación más avanzadas, se considera que se cumple, por las mismas o similares razones a las expuestas en la Conclusión No. 4.

La investigación del autor recoge observaciones, críticas y contribuciones que numerosos ingenieros formularon en los trabajos de un seminario organizado por el IIEc que cuenta, destacadamente, con la participación del Grupo de Ingenieros Pemex Constitución del 17 y, en forma ocasional, con la de ingenieros de algunos activos de exploración y de la Subdirección de Tecnología y Desarrollo Profesional de PEP.

Recomendaciones.

En virtud de la gran trascendencia económica, política y social que representan los proyectos de Explotación de los Campos de Chicontepec y considerando los objetivos del IIEc, así como la preparación y entrega de sus investigadores, se recomienda elaborar un trabajo sobre estos aspectos de los proyectos citados, similar al que ahora se comenta, porque seguramente será de gran beneficio para Pemex y el país. Se podrá recoger y analizar información del propio Pemex, SENER, Hacienda, CIPM, AIPM, Grupo Constitución del 17, etc.

Cabe recordar que el monto total que ha anunciado la Presidencia de la República para estos proyectos es de 31 mil millones de dólares, de los cuales del orden de 500 millones ya se están aplicando para el primero de ellos.

Por el interés manifestado del IIEc y sus investigadores en temas económicos relacionados con petróleo, gas y electricidad, se propone que unan esfuerzos con la Comisión correspondiente, para aprovechar mejor los resultados de Mesas Redondas y Conferencias de Búsqueda, que se realizaron recientemente en la FI, entre otros, precisamente sobre esos energéticos.

Por su relación con todo lo anterior, así como por las tremendas implicaciones que representa para el país, se recomienda analizar y debatir el artículo de David Shields, consultor y analista de asuntos energéticos, publicado apenas el 09 de marzo del 2004 en el periódico Reforma, con el título “Pemex, más cerca del abismo”.

Por su parte, Rubén Cuellar apuntó:

Con el objetivo de “exponer el proceso de exploración petrolera en las zonas del Golfo de México, reseñar los principales estudios, resumir sus resultados y especificar qué instituciones, cómo y por qué se han modificado las evaluaciones a medida que se desarrollan instrumentos más precisos y tecnologías de exploración más avanzada…”, Fabio Barbosa Cano, connotado investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, presentó el 11 de marzo pasado, su libro titulado “El Petróleo en los Hoyos de Dona y otras áreas desconocidas del Golfo de México”, coeditado por el propio instituto y el Grupo Editorial Miguel Angel Porrúa.

Partiendo de la hipótesis de que “…las nuevas tecnologías de exploración petrolera y de perforación de pozos, surgidas en los años noventa, confirmaron y luego revaloraron el potencial petrolero de las aguas profundas del golfo de México, tanto en las de nuestro país, como en la porción estadounidense” Fabio Barbosa expone su trabajo en cinco secciones adecuadamente estructuradas y observando un orden cronológico que va introduciendo al lector, de manera sencilla y clara, en cada uno de los mementos por los que ha atravesado la evaluación del potencial petrolero del Golfo de México en sus aguas profundas, las negociaciones entre México y Estados Unidos para la delimitación de la plataforma continental, y las repercusiones geoeconómicas que implican para México en el futuro próximo los proyectos estadounidenses de exploración y explotación.

El primer antecedente de los límites marítimos de México se presenta, como señala el autor, en el momento en que suscribe con Estados Unidos el Tratado de Guadalupe-Hidalgo en 1848, en cuyo artículo V se describe la línea divisoria entre los dos países, que incluye el trazo de una línea de “…tres leguas fuera de tierra frente a la desembocadura del Río Grande”, es decir, se establece una anchura del mar territorial de 9 millas marinas en el Golfo de México, el equivalente de tres leguas. Este límite sería la base del trazo de la zona económica exclusiva en enero de 1975, realizada sobre las bases jurídicas que conformaban lo que años después sería la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), firmada el 10 de diciembre de 1982 en Montego Bay, Jamaica.

Las llamadas Donas del Golfo de México aparecen por el trazo casi simultáneo de la Zona Económica Exclusiva de México y la Zona de Conservación y Administración Pesquera de Estados Unidos, ambas con extensión de 200 millas marinas contadas a partir de las líneas de base recta de cada país. Estos trazos en el Golfo de México, realizados en enero y abril de 1976, respectivamente, sentaron las bases para que ambos países formalizaran sus límites marítimos tanto en el Golfo de México como en el Océano Pacífico. Desde los trazos efectuados en 1976, pasando por un Acuerdo Provisional que regulaba dichos límites, hasta la suscripción el 4 de mayo de 1978 del “Tratado sobre Límites Marítimos entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América”, o “Tratado de 1978”, se forman dos espacios que rebasan las 200 millas marinas de cada zona delimitada, formando lo que por años se les llamó Donas : la occidental, con un área de 17,000 kilómetros cuadrados, y la oriental, de 20,000 kilómetros cuadrados, involucrando, esta última, los derechos de Cuba.

Como destaca el autor, de los primeros estudios estadounidenses sobre el potencial petrolero del Golfo de México destaca el que presentó el Dr. Hollis Hedberg, profesor emérito de geología de la Universidad de Princeton, durante las sesiones públicas del Senado de Estados Unidos para la ratificación del Tratado de 1978, en cuya presentación sugirió no ratificar el tratado porque hacerlo representaría dejar del lado mexicano del trazo, según sus estimaciones, una zona prometedora de enorme potencial para extracción de hidrocarburos y otros minerales. Fue entonces que la United States Geological Survey (USGS), a petición del Senado estadounidense, realizó estudios de los recursos existentes en la zona central del Golfo de México, incluyendo regiones de aguas profundas muy al sur del paralelo 26º que, como referencia para el lector, demarca el límite marítimo entre México y Estados Unidos. El estudio ratificó el gran potencial de hidrocarburos en aquella región y de otras evidentemente ubicadas en aguas mexicanas, por lo que fueron bautizadas como “Mexican Ridges”.

En México, prosigue Fabio Barbosa, sólo el senador Fausto Zapata, miembro de la Comisión de Energéticos, llamó la atención del presidente José López Portillo y a la opinión pública acerca de las intenciones de Estados Unidos para modificar los límites marítimos acordados en 1978, y denunció el atropello de la soberanía y jurisdicción mexicanas por parte de Estados Unidos al realizar estudios de prospección en aguas mexicanas sin autorización del gobierno mexicano, particularmente en la región central del Golfo de México.

Con motivo de un proyecto de perforación petrolera por parte de un consorcio petrolero estadounidense de un pozo de exploración llamado Baha ubicado en el llamado Cañón Alaminos, región occidental del Golfo de México, del senador José Angel Conchello, entonces Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado mexicano, tuvo una participación activa desde marzo de 1996 al denunciar reiteradamente los intereses estadounidenses de extraer petróleo mexicano desde zonas cercanas a los límites marítimos con México. Al principio el senador Conchello, señala el autor, suponía que dicho pozo se localizaba en las proximidades a la línea exterior de la Zona Económica exclusiva de México, y que ello permitía a Estados Unidos extraer recursos petroleros mexicanos, mediante perforaciones horizontales que daban forma al conocido “efecto popote”.

La postura del gobierno mexicano, diseñada por Ernesto Zedillo y operada por los secretarios de Relaciones Exteriores y de Energía, José Ángel Gurría y Luis Tellez, respectivamente, fue, como afirma Fabio Barbosa, la de minimizar el asunto del petróleo mexicano implicado en las negociaciones de la delimitación de la Plataforma Continental en el Golfo de México, y disipar cualquier inquietud de la opinión pública en México. Cuando finalmente la Cancillería informó del inicio de las negociaciones sobre un tratado de delimitación de la plataforma continental en el Golfo de México, menciona el autor, el propio Conchello “…infirió que en realidad no se trataba del comienzo de las negociaciones, sino precisamente de su final, es decir, que ya todo estaba acordado…”. Esto finalmente quedó al descubierto cuando el secretario Gurría por parte de México, y Bruce Babitt, entonces Secretario de Estado de la administración de William Clinton, emitieron su respectivo comunicado de prensa, en los que anunciaron el inicio de las negociaciones, asunto de tan alta trascendencia que el canciller mexicano, un día antes, había evitado comentar durante su comparecencia ante el pleno del Senado mexicano.

Las negociaciones iniciaron en marzo de 1998, y “…cuatro meses más tarde Conchello falleció en un extraño accidente…” Para entonces, como comenta el autor, “Si a pesar de las reclamaciones del presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, la información era regateada, en los meses siguientes se canceló por completo”.

Finalmente, el 9 de junio del año 2000 las secretarías de Energía y de Relaciones Exteriores informaron la conclusión de las negociaciones, habiéndose suscrito el “Tratado entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos Americanos para la Delimitación de la Plataforma Continental en el Golfo de México”, (Tratado de 2000), destacando que a México le corresponde poco más del 60% del área delimitada y a Estados Unidos el 40%.

Pero como sostiene el autor, no se mencionó que con ese trazo Estados Unidos se apropiaba de todo el Escape de Sigsbee, en el que se encuentra el potencial de petróleo accesible a la explotación inmediata, y que en el 60% restante México se quedó con la Planicie Abisal, que tiene profundidades de 3750 metros, hoy inalcanzables por la tecnología de perforación. Tampoco se entregó a la opinión pública el texto del tratado ni los puntos referenciales del trazo, y en su lugar se entregó, comenta el autor, “un tosco dibujo de la nueva línea fronteriza”.

El Tratado suscrito es resultado de lo que Fabio Barbosa califica en su libro como diplomacia secreta, en una clara alusión a las negociaciones realizadas por el gobierno mexicano a espaldas del legislativo y, lo que es más grave, considero, a escondidas del pueblo de México, incluyendo los acuerdos que pudieran haberse logrado con Estados Unidos antes del anuncio formal del inicio de las negociaciones, denunciado reiteradamente por Conchello.

Suscrito el Tratado, inmediatamente el gobierno de Estados Unidos licitó lotes en la zona estadounidense de la plataforma continental delimitada, y renovó concesiones ofertadas y subastadas antes de iniciarse oficialmente las negociaciones en marzo de 1998, y que temporalmente fueron suspendidas para facilitar el proceso de negociación con México. Algunas de ellas, sostiene el autor, se ubican cercanas al límite marítimo, como el caso del proyecto “Trident”, a cargo de la petrolera Unocal, en el bloque 903 del Cañón Alaminos, a seis kilómetros, o las perforaciones que probablemente se realizan en las áreas Keathley Canyon y Walter Ridge, adyacentes al Polígono Occidental.

Aunque aún no existe capacidad tecnológica para perforar pozos de profundidad que requieren estos proyectos, Fabio Barbosa considera que el declive de la producción petrolera estadounidense obligará, en un futuro próximo, a lograr los tirantes requeridos. Esta carrera para la perforación en aguas más profundas que las alcanzadas hasta hoy, nos obliga a pensar en que los records serán abatidos en menor tiempo de lo esperado, y que la exploración de la “Planicie Abisal” tecnológicamente estará al alcance en unos años.

Fabio Barbosa enfatiza en las implicaciones que conllevan las perforaciones estadounidenses en regiones próximas a las aguas mexicanas, tomando en cuenta que “…cualquier perforación rompe los equilibrios internos en el subsuelo y puede provocar desplazamientos de fluidos, esto es, un fenómeno de migración”, en estructuras geológicas intercomunicadas hidráulicamente incluso a varios kilómetros de distancia uno de otro. Considero que este rasgo estructural podría propiciar resultados parecidos a los que Conchello denunció con tanta insistencia antes de su fallecimiento .

Una de esas zonas, con alto potencial en la presencia de hidrocarburos, es la que la USGS llamó “Cinturón Plegado Perdido”, ubicado en la contigüidad al nuevo campo Baha y al pozo Trident, o las nuevas zonas Veracruz o Coatzacoalcos, la “Mexican Ridge” o la “Campeche Deepwater”, todas ellas en área del Golfo de México, destacando el proyecto “Golfo de México Profundo B”, que incluye todo el norte de la Sonda de Campeche hasta el límite marítimo con Estados Unidos y Cuba. Sin embargo, el autor estima que Pemex tiene zonas más atractivas en la Sonda de Campeche y en el sur y sureste del Golfo de México, de mayor interés que las aguas profundas, dando forma a lo que la British Petroleum ha denominado “nueva geografía petrolera del Golfo de México”.

Si bien es cierto que estamos en los inicios de nuevos acontecimientos que incluirán el estudio de las áreas fronterizas como Alaminos, las cordilleras Walter y el cañón Keathley, lo importante será evitar que no se repitan las prácticas como la diplomacia secreta o el regateo de información por parte de las autoridades mexicanas, que beneficiaron a unos cuantos en perjuicio de los más altos intereses de la nación.

Recordemos que la Convemar/82, en vigor desde el 16 de noviembre de 1994, establece un plazo de 10 años contados a partir de esa fecha para que los Estados ribereños reivindiquen su plataforma continental extendida, en caso de haberla, bajo los principios que dicha Convención establece para tal efecto. Supongo que las autoridades correspondientes en México ya habrán realizado las gestiones formales para legitimar la extensión de la plataforma continental en el Golfo de México, motivada por la firma y ratificación del Tratado de 2000. Los procedimientos constan del depósito de las cartas o listas de coordenadas geográficas de la extensión territorial citada, en manos del Secretario General de Naciones Unidas y del Secretario General de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.

No olvidemos que México tiene en el Océano Pacífico una plataforma continental propicia, en algunas porciones, para ser extendida conforme a los principios que establece el Derecho del Mar. El tiempo es corto, toda vez que la fecha establecida para tal efecto cierra el 16 de noviembre de este 2004, pero será labor sencilla considerando que México cuenta con Instituciones de alto prestigio que realizan estudios científicos y cuyos resultados, por demás confiables, ofrecen datos relacionados con la plataforma continental en el Océano Pacífico y sus recursos naturales.

La obra de Fabio Barbosa es recomendable por su exposición clara y sencilla, y se inscribe ya como una fuente de información especializada que cubre un enorme hueco en el conocimiento del tema del petróleo en el Golfo de México y del avance tecnológico en materia de perforación de pozos y explotación de hidrocarburos en aquella región marítima.

Para concluir, Miguel García señaló:

Hoy en día, ante lo complejo de la realidad, es decir cuando en los procesos sociales o en los fenómenos naturales se mezclan elementos políticos y técnicos, los que laboran en la academia con la intención de entender y resolver las incógnitas en estos campos, deben utilizar un prisma multidisciplinario para llevar a cabo su trabajo. El número de ciencias que utilicen dependerá del grado de complejidad de la realidad. Sólo de esta manera, los investigadores podrán entender el origen de los procesos sociales o de los fenómenos naturales y a la vez hacerlos legibles para sus estudiantes o bien para sus lectores no especializados.

Este método de trabajo que permea la mayoría de los grupos académicos del país, es ahora de uso común en la UNAM, donde afortunadamente se cuenta con todas las disciplinas científicas y sociales. De esta manera, el método multidisciplinario se usa por igual en investigaciones sobre economía, historia, ingeniería, las relaciones internacionales e incluso las artes.

Una de las áreas de la investigación universitaria donde en los últimos años se ha estado usando este método con bastante frecuencia es la petrolera. Esto, debido a que los hidrocarburos no son solo recursos naturales sino también mercancías estratégicas. Sólo en este marco de ideas podemos entender ahora cómo los Estados Unidos han gastado más de 300 mil millones de dólares para poder trasladar sus tropas a Irak y Afganistán; al primero de estos países debido a que flota en un océano de petróleo y al segundo por tener una posición geográfica de gran importancia geopolítica.

Así, para poder estudiar y entender el proceso petrolero-social-político-militar que se presenta en el Medio Oriente y en el Asia Central ex soviética, es necesario conjuntar los esfuerzos de especialistas en varias áreas de las ciencias naturales y sociales; entre estas destacan la geología, las relaciones internacionales, la historia, la economía e incluso la biología con su variante del estudio del medio ambiente.

Sólo después de realizar este tipo de investigación, es decir en el marco de la multidisciplinariedad se puede entender el por que Estados Unidos tiene que escudarse en un discurso civilizatorio para invadir dos países que tienen como una única culpa el ser diferentes a los que se ubican en la parte “occidental” del planeta.

Sin embargo, a través del trabajo conjunto multidisciplinario, se encuentra que en realidad detrás de estas guerras hay más que la imposición de costumbres y tradiciones anglosajonas en ambos países musulmanes. Estas guerras, según los especialistas, en el caso de Afganistán, permiten a Estados Unidos rodear a Rusia, que es su perenne enemigo, y en la de Irak, posicionar a este país militarmente en el Medio Oriente. Así, como podrá verse, la combinación de todas las ciencias naturales y sociales producen resultados mas objetivos y veraces, lo cual no ocurriría si se aplica sólo una de ellas o a lo más dos o tres.

Ahora bien, en lo que respecta a la investigación que realizó y que publicó el investigador Fabio Barbosa Cano del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, y cuyo titulo es “El Petróleo en los Hoyos de Dona y otras áreas desconocidas del Golfo de México”, encontramos que para su desarrollo, el autor utilizó el método de la multidisciplinariedad para explicar un fenómeno geológico de gran importancia política y económica y que tiene repercusiones en el sistema internacional.

Sin embargo, se puede asegurar que una de las mayores virtudes de este trabajo, es que el mismo no fue desarrollado por un grupo interdisciplinario de trabajo sino por una sola persona, el profesor Fabio Barbosa Cano, quien domina varias áreas de las ciencias sociales y naturales sin ser necesariamente un especialista en todas. Aquí podríamos anotar que parte de la información que utiliza el autor proviene de un seminario permanente que organizó sobre este tema en el año 2002, y en el cual participaron, a invitación suya, especialistas de varias áreas. Estamos seguros que parte de esta información fue procesada por el autor para ser integrada a la que él poseía. Dando como resultado un excelente trabajo de estudio y análisis.

Otra virtud del trabajo es que a pesar de que se trata de un tema en cierta manera específico, es decir la existencia de enormes campos petroleros en la parte norte del Golfo de México, al leer el libro se puede entender la tesis en su totalidad; esto, debido al lenguaje y a la estructura que utiliza el autor y que es sencilla y clara. Por esta razón, se puede pasar de un tema a otro sin necesidad de acudir a tratados o diccionarios de algunas especialidades. Así por ejemplo, de las cuestiones históricas se pasa a los conceptos geológicos y de ahí se traslada a asuntos jurídicos relacionados todos ellos con los tratados que se han preparado para que México y Estados Unidos compartan los hidrocarburos que se localizan en los hoyos de dona y especialmente en la Dona Occidental. En este sentido, podemos pensar que hay un símil en el caso del uso compartido del agua de la frontera México-Estados Unidos. Esto debido a que en los estudios de esta problemática se tienen que abordar aspectos históricos, geológicos y jurídicos. Esto para entender el problema y proponer soluciones al conflicto entre ambas naciones.

De igual manera, en el libro del profesor Barbosa Cano, se aborda la parte económica del problema y de ahí se traslada uno a las cuestiones técnicas de perforación; finalmente en el trabajo, se suman aspectos geopolíticos de los Hoyos de Dona, que se localizan en una zona estratégica de la parte Norte del Golfo de México, donde chocan los intereses de México y Estados Unidos.

De esta manera, y en forma suscinta, que es otra de las virtudes de esta publicación, nos podemos enterar desde cuándo México y Estados Unidos han estado trabajando de manera conjunta para tratar de explotar en beneficio de ambos, estos campos petroleros que según algunas fuentes contiene cerca de 40 mil millones de barriles de petróleo equivalente. Aquí vale la pena señalar que hay fuentes que aseguran que la riqueza petrolera es realmente 10 veces mayor a la antes mencionada, razón por la cual el Golfo de México, en caso de que lo anterior sea cierto, se puede considerar como la segunda Cuenca petrolera del mundo, solo detrás de la del Golfo Pérsico.

Por otra parte, al abordar el apartado dedicado al nuevo tratado sobre la Dona Occidental, nos enteramos que después de firmado el acuerdo con Washington, a pesar de que nos tocó la mayor parte de la dona (60% de la misma), esta porción se encuentra a mayor profundidad comparado con la que le corresponde a nuestro vecino del norte. Otro dato importante que obtenemos de esta lectura es la gran cantidad de proyectos de perforación que se han estado realizando hasta la fecha en la parte estadounidense, así como también el proceso de licitación que se llevó a cabo para que las transnacionales pudieran llevar a cabo las perforaciones. Aquí vale la pena recordar que el gobierno estadounidense por el simple acto de licitación recibió cerca de 1500 millones de dólares, dinero que fue a dar a las arcas de la Federación. En este sentido y al observar la jugosa ganancia que obtuvo la Casa Blanca en sus operaciones de licitación, no queda más que estar de acuerdo con el autor cuando se pregunta si es o no un buen negocio explotar el petróleo del Golfo de México.

De esta manera, después de leer esta obra del profesor Fabio Barbosa Cano, podemos asegurar, como ya lo hemos venido haciendo en varios foros, que para México, Estados unidos, Cuba y el mundo entero, los Hoyos de Dona tienen una importancia geopolítica igual o mayor que la de los yacimientos del Medio Oriente o de la Rusia capitalista, algo que no se puede minimizar.

Por todo esto es recomendable que los especialistas en cuestiones de Relaciones Internacionales, sobre todo los que trabajan en el sector público accedan a esta obra para que entiendan la importancia de estos campos petroleros, de los cuales todavía en el futuro se seguirá discutiendo con mucha intensidad.

Esperamos que este tipo de trabajos multidisciplinarios se sigan realizando en la UNAM, el recinto académico más importante del país y en el cual se pueden ejecutar este tipo de trabajos que indudablemente son de excelencia.

DIRECTORIO:
Dr. Jorge Basave Kunhardt.- Director
Dra. Rosario Pérez Espejo.- Secretaria Académica
Lic. J. Ernesto Reyes Guzmán.- Secretario Técnico
Sr. Aristeo Tovias García.- Jefe de Infraestructura de Cómputo
Lic. Miguel Ángel Alamillo Hernández.- Jefe de Servicios de Informática
Sr. Julio Rodríguez Sánchez.- Apoyo técnico, audio, fotografía y video

LA EDICIÓN DE NotiIIEc estuvo a cargo de:
Lic. Ernesto Reyes Guzmán,
Sr. Aristeo Tovias García,
Lic. Miguel Ángel Alamillo Hernández y
Julio Rodríguez Sánchez

Humberto Hernández Hadad, editorialista de El Siglo de Durango, publicó en ttp://www.elsiglodedurango.com.mx/start/152265.verdades-de-ano-nuevo.siglo

29 de diciembre de 2007

Por lo que se refiere a los yacimientos de petróleo a los que México tiene derecho en el Golfo de México, el gobierno mexicano adoptó esta semana acciones legales ante la ONU para formalizar jurídicamente su soberanía en el llamado ‘'Hoyo de dona occidental'', una región con grandes reservas de petróleo a gran profundidad. 7.- Esa zona, ubicada en el oeste del Golfo de México, se encuentra fuera de las 200 millas (320 kilómetros) del mar patrimonial de México y Estados Unidos. El gobierno mexicano ya presentó información ante la Comisión de Límites de Plataforma Continental de la ONU para que sean reconocidos los derechos de México en esa región. 8.- Esas acciones legales de México ante la ONU son importantes pero incompletas, ya que sigue faltando un elemento importante en la delimitación de las aguas profundas del Golfo de México. Alguien omitió la existencia de la Isla Bermeja, al norte de Yucatán, que es el punto situado más al norte desde donde deben medirse las 200 millas de México. 9.- El negociador mexicano que extravió la Isla Bermeja durante la preparación y la firma del acuerdo Clinton-Zedillo con el que se estableció la delimitación de fronteras marítimas entre México y Estados Unidos es responsable de hacer perder a México un enorme yacimiento petrolero submarino, que se encuentra ubicado en aguas profundas del Golfo de México. La Secretaría de Relaciones Exteriores debería saber que el 26 de julio de 1946, la Secretaría de Educación Pública editó el libro de Manuel Muñoz Lumbier titulado “Islas Mexicanas”, de la colección Biblioteca Enciclopedia; ahí la Isla Bermeja aparece en el catálogo y en su página 110 la ubica en el 22º 33' latitud norte y en el 91º 22`del oeste, y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos también localizó la isla Bermeja reportándola en su Atlas, en donde aporta fotografías y la ubica así: “Location Type: Island. Latitude: 22,55, Longitude: -91,36667, Latitude (DMS): 22° 33' 0 N, Longitude (DMS): 91° 22' 0 W”. Todo esto representa un extraño vacío en la actual cartografía mexicana. 10.- Por el bien del país busquemos que el año 2008 alumbre la verdad sobre estos temas que afectan el patrimonio de todos los mexicanos.

 

 

 

 

www.frecuencialaboral.com
México, Distrito Federal
Ir al Inicio
Directorio
¿Quiénes Somos?
Contáctanos
Envíanos tu Denuncia