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México, Distrito Federal

CRECE CONSUMO DE DROGAS EN CENTROS DE TRABAJO

Por Regina Vargas

El consumo del tabaco, alcohol, marihuana, drogas sintéticas, cocaína, no distingue a Ejecutivos, profesionistas, oficinistas, cargadores o albañiles es un problema social que ha crecido de manera alarmante en los últimos 8 años, con la presencia de narcomenudistas en las calles, propiciado debido a que mucha de la droga que tenía como destino Estados Unidos se queda en el mercado mexicano, informó Fernando Salgado Delgado, secretario de Bienestar Social y Ecología de la CTM.

Cerca del 20 por ciento de la fuerza laboral, es decir, por lo menos 3 millones, de los 15 que laboran en el empleo formal, tienen algún tipo de adicción, comentó.

En entrevista, el líder sindical resaltó que las adicciones destruyen matrimonios, afecta la economía de los hogares, genera violencia, crea inestabilidad o desintegración familiar, así como menor concentración y capacidad en el trabajo.

El dirigente sindical, que desde hace 8 años promueve programas contra esas adiciones en los centros de trabajo mencionó que muchos personas que ingieren alcohol o algún tipo de enervantes, según lo hacen para olvidarse de sus problemas o desinhibirse, sin embargo, esas sustancias lo que único que generan son grandes depresiones.

Dijo que de 1999 a la fecha, se han elevado las adicciones de pastillas psicotrópicas: éxtasis (tachas), reinas, metanfetaminas, anfetaminas, crack o piedras, cocaína en polvo, chocos, bazuko (cigarro con cocaína), entre otras.

Salgado Delgado lamentó que la presencia de narcomenudistas en todas las zonas del país, tanto en escuelas, centros de trabajo, lugares donde no puede estar la policía o las autoridades, es gravísimo.

De acuerdo al líder cetemista, a partir de que mucha de la droga que tenía como destino los Estados Unidos, se queda en el mercado mexicano, el consumo de esos enervantes no discrimina edad, posición económica ni profesión. El fenómeno creció con mayor rapidez en los centros urbanos, en las escuelas con niños de entre 10 y 11 años de edad, luego se extendió en los centros de trabajo.

Y ahí, agregó es donde están trabajando con los sindicatos; capacitando al personal, para que orienten a los asalariados que tienen adicciones sobre los riesgos y las afectaciones a la salud.
 
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