Por Miedo a Perder el Empleo

El ACOSO SEXUAL LABORAL NO SE DENUNCIA

Por María de Lourdes Martínez González

El acoso sexual en los centros de trabajo es uno de los delitos menos denunciados, porque la mujer u hombre que vive esta situación, además de la humillación que siente por esa situación, tiene mucho miedo de perder su trabajo y prefieren callar.

Esthela Damián Peralta, diputada local integrante de la Comisión de Equidad y Género de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) consideró que si hicieran una encuesta sobre este problema la cifra nos sorprendería.

"Estoy convencida de que en varios temas las mujeres estamos atrás, pero en el tema de acoso sexual falta más certeza para la víctima.

Porque si denuncian ¿cuál es la garantía de que mañana o pasado pudieran tener un trabajo, por lo menos con las mismas prestaciones?".

Advirtió que cuando hay una denuncia lo que sobreviene es un despido laboral seguramente, y la víctima tiene a sus espaldas una familia que mantener y su preocupación de cómo darle de comer a sus hijos impide que exija justicia.

"Tenemos que ir pensando en el cobijo a las víctimas de acoso sexual laboral no fuera objeto de despidos injustificados o de bloqueo en el trabajo, sino que tuviéramos la posibilidad de tener una bolsa de trabajo en particular".

La diputada local explicó que acoso sexual se puede dar de diferentes maneras, pero específicamente ocurre cuando se está vinculado a un ámbito laboral donde el jefe o dueño se siente con jerarquía y arremete contra su empleada (o), para que seda a sus pretensiones sexuales.

"Ese es un delito que ya está tipificado. Pero lo más importante no es que exista en la ley sino que haya denuncia sobre un caso específico, porque es ahí cuando la autoridad puede investigar y sancionar"

Reconoció que es un asunto difícil de comprobar, porque los elementos para demostrar que una mujer es víctima del acoso sexual de su jefe, rara vez son palpables. Pero en muchos casos hay quienes son lo suficientemente cínicos para realizar insinuaciones delante de otros compañeros de trabajo.

Las formas de represión por no acceder al acoso sexual son reducción de los ingresos salariales, el cambio de turno, disminución de las horas de trabajo -para bajar su ingreso-, obligar a la víctima a quedarse más tiempo del necesario.

"Cuando un jefe te quiere hacer la vida imposible, cuando acosa sexualmente, o cuando -incluso- ya fue denunciado, lo puede hacer".
Reconoció que seguramente también hay jefas mujeres que acosan sexualmente a sus subordinados y las víctimas varones, sufren exactamente las mismas presiones, consecuencias y agravios.