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Año 14. No. 722. del 10 al 17 noviembre 2019
Premio de Comunicación Alternativa

 

VAMOS A LA OBRA

 

DIEZ DÍAS QUE ESTREMECIERON AL MUNDO

Autor: John Reed

*El primer intento victorioso de la toma del poder por la clase obrera, desde la Comuna de París.

 

Reseña de Carlos Guillén S.

Integrante del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear y

colaborador voluntario de Frecuencia Laboral

Publicación original de www.frecuencialaboral.com

Hace ciento dos años ocurrió la Revolución de Octubre en un país tan atrasado que ni siquiera los meses se llamaban igual que en el resto del mundo. Cuando en Rusia era 25 de octubre de 1917, en los demás países era 7 de noviembre.

Como en otros temas, es mucho más lo que se menciona de esa revolución, que lo que se conoce en realidad. La Revolución de Octubre no sólo generó de inmediato la más amplia agresión internacional con 14 países atacando al incipiente estado revolucionario. Desde el primer momento se lanzaron todo tipo de mentiras y calumnias y se trató de ocultar lo que realmente ocurrió en el primer intento victorioso de la toma del poder por la clase obrera, desde la Comuna de París.

Vale la pena, a más de un siglo de distancia, conocer de cerca lo que realmente fue la Revolución de Octubre. Para hacerlo, se cuenta con cientos de libros de todo tipo de orientación. Hay uno, sin embargo, que consideramos fundamental pués fue escrito por un testigo presencial que siguió paso a paso lo que ocurría en Rusia desde la Revolución de febrero y hasta la toma del Palacio de Invierno en Petrogrado y la consolidación del proceso revolucionario y primeros tiempos en la construcción del socialismo.

Se trata de Diez días que estremecieron al mundo escrito por el periodista estadounidense John Reed(1), quien a lo largo de 12 capítulos narra lo que ocurría día tras día, no solo en el Palacio de Invierno, sede del gobierno provisional emanado de la revolución de febrero o en el Instituto Smolny, antigua escuela para hijas de la clase dominante y que fue transformada en cuartel de las fuerzas obreras revolucionarias, sino en las calles, entre las fuerzas contrarrevolucionarias, en todo tipo de reuniones políticas de izquierda o de derecha.

El libro da un panorama pues, de la lucha de clases y de las clases en confrontación, que ese octubre culminó en la toma del poder.

Como buen periodista, Reed inicia su obra con unas notas preliminares que dan cuenta al lector desconocedor de la realidad rusa de aquellos tiempos, de los partidos políticos, cómo están integrados, las clases sociales a quienes representan y sus principales exponentes.

Así, aun antes de entrar en materia el lector sabe de los principales partidos presentes en el proceso revolucionario, como los Monárquicos, los Kadetes, los Socialistas populares o trudoviques, partido del que formaba parte el jefe del gobierno provisional. Asimismo el Partido Obrero Socialdemócrata ruso, en sus vertientes de bolcheviques y Mencheviques, los Mencheviques internacionalistas, los Socialdemócratas internacionalistas unificados o el grupo ledinstvo, el Partido socialrevolucionario y su vertiente los Socialrevolucionarios de izquierda o los Maximalistas.

Se da cuenta también de los mecanismos parlamentarios particulares en Rusia, diferentes de los norteamericanos por ejemplo. Cómo debaten, cómo adoptan sus acuerdos, quién los dirige y hasta cuáles son las expresiones favoritas que usan.

Se incluye un apartado sobre las o rganizaciones p rincipales, los Soviets, los Sindicatos, los Comités de fábrica, las Dumas, y los Comités del Ejército, así como los comités centrales y las guardias rojas y blancas, entre otros.

Así, al narrar los orígenes y la cercanía de la tempestad en los primeros capítulos, donde se detallan aspectos como la terrible situación económica de los trabajadores ante una incesante alza de precios o la creciente inclinación de las fuerzas dominantes a favorecer la victoria de los alemanes con tal de que frenaran el avance de los soviets y los bolcheviques, se tiene ya una idea de los protagonistas de cada día, de cómo y por qué se mueven en un sentido o en otro.

Cada página del libro deja testimonios de una revolución que no fue de un grupo de revolucionarios más o menos bien organizados, sino la acción organizada de obreros, soldados, marinos y campesinos pobres con objetivos claros: PAN, PAZ, TRABAJO. Tan era clara la conciencia de los revolucionarios que en varios pasajes queda plasmada la disciplina de soldados a quienes no intimidaban los cargos de jefes militares o políticos, si no se identificaban como las órdenes de los organismos revolucionarios, encabezados por el Comité Militar Revolucionario, indicaban. Ya no eran simples piezas de un aparato militar vertical, serán soldados haciendo la revolución.

También es ilustrativo el pasaje en que un estudiante reclama a un soldado con las palabras

— Yo soy un estudiante marxista. Y yo os digo que no es por el socialismo por lo que combatís, sino por la anarquía, ¡en beneficio de Alemania!

— Sí, ya sé -replicó el soldado, goteándole el sudor por la frente- que usted es un hombre instruido, eso se ve; yo no soy más que un ignorante. Pero me parece…

— ¿Tú crees sin duda -le preguntó el otro con desprecio- que Lenin es un verdadero amigo del proletariado?

— Sí, lo creo -respondió el soldado, visiblemente martirizado.

— Bien, amigo, ¿sabes que Lenin ha atravesado Alemania en un vagón precintado? ¿Sabes que Lenin recibió dinero de los alemanes?

— Yo no sé gran cosa de todo eso -repuso el soldado con terquedad- pero encuentro que lo que él dice es justamente lo que yo tengo necesidad de escuchar, y conmigo todas las gentes sencillas como yo. Mire: hay dos clases, la burguesía y el proletariado...

En otra parte, se muestra la reacción de quienes de todo han carecido y en medio de la tempestad revolucionaria se encuentran en la sede del viejo poder, en medio de riquezas y lujo y ceden a la tentación de tomar algo

Uno de ellos mostraba con orgullo un reloj de péndulo de bronce que llevaba colgado de la espalda. Otro había incrustado en su sombrero una pluma de avestruz. El pillaje no hacía más que comenzar cuando se escuchó una voz: "¡Camaradas, no toquéis nada, no agarréis nada, todo esto es propiedad del pueblo!" Inmediatamente repitieron veinte voces: "¡Alto! ¡Volved a ponerlo todo en su lugar, prohibido agarrar nada, es propiedad del pueblo!" Las manos se abatieron sobre los culpables.

Los tejidos de Damasco, las tapicerías, fueron arrebatadas a los saqueadores; dos hombres se hicieron cargo del reloj de bronce. Los objetos, bien o mal, fueron colocados otra vez en sus cajas y algunos de los propios soldados se encargaron de montar la guardia. Esta reacción fue sumamente espontánea. En los corredores y las escaleras, debilitadas por la distancia, se escuchaba repercutir las palabras: "¡Disciplina revolucionaria! ¡Propiedad del pueblo!"

El capítulo IV. La caída del gobierno provisional narra paso a paso la jornada del 7 de noviembre de 1917. La vida cotidiana en la avenida Nevski, un día frío y húmedo, hombres, mujeres y niños, trepados en los tranvías, las tiendas abiertas y la multitud en la calle. Se citan los llamamientos de diversos partidos contra la inminente insurrección y los intentos por sostener al gobierno provisional.

En respuesta a los intentos por frenar la revolución, un periódico bolchevique mostraba enormes titulares: ¡Todo el poder a los Soviets de obreros, soldados y campesinos! ¡Paz, pan, tierra!:

Todo obrero, todo soldado, todo verdadero socialista, todo demócrata honrado se da cuenta de que, en la situación actual, no hay más que una sola alternativa: O el poder sigue en manos de la pandilla de burgueses y pomietchiks, en cuyo caso soldados, obreros y campesinos pueden esperar toda clase de represiones, la continuación de la guerra, el hambre y la muerte... O el poder pasa a manos de los obreros, soldados y campesinos revolucionarios, lo que significará la abolición total de la tiranía de los grandes propietarios, el aniquilamiento inmediato de los capitalistas, y proposiciones inmediatas con vistas a lograr una paz justa. ¡Se asegurará la tierra a los campesinos, el control de la industria a los obreros, los hambrientos tendrán pan, y terminará la estúpida carnicería!

Las noticias daban cuenta de que los bolcheviques habían tomado la central telefónica, la estación de ferrocarril del Báltico, la agencia telegráfica; los junkers contrarrevolucionarios no podían llegar hasta Petrogrado y los cosacos permanecían indecisos; los ministros habían sido detenidos; el jefe de la milicia municipal fusilado; por todas partes había detenciones, contradetenciones, escaramuzas entre patrullas de soldados, junkers y guardias rojas.

Ese día, no antes y no después, según las instrucciones de la dirigencia bolchevique se tomaría el poder. Ese día iniciaba una nueva era.

Invitamos a leer esta obra, indispensable para entender una revolución que transformó al mundo, narrada por quien ya había narrado otra revolución, la mexicana, también en esa mezcla de periodista y revolucionario.

No es casualidad que, precisamente el jefe de la Revolución de Octubre, V. I. Lenin escribiera para el prefacio a la edición norteamericana:

Después de haber leído, con inmenso interés e inalterable atención hasta el fin, el libro de John Reed, DIEZ DÍAS QUE ESTREMECIERON AL MUNDO, desde el fondo de mi corazón lo recomiendo a los obreros de todos los países. Quisiera que este libro fuese distribuido por millones de ejemplares y traducido a todas las lenguas, ya que ofrece un cuadro exacto y extraordinariamente útil de acontecimientos que tan grande importancia tienen para comprender lo que es la revolución proletaria, lo que es la dictadura del proletariado. Estas cuestiones son hoy objeto de discusión general; pero, antes de aceptar o rechazar las ideas que encarnan, es indispensable comprender toda la significación del partido que con relación a ellas se tome. El libro de John Reed, sin duda alguna, ayudará a esclarecer este fundamental problema del movimiento obrero universal.

(1) https://www.sigloxxieditores.com/libro/diez-dias-que-estremecieron-el-mundo_17998/

 

 

 

 
   
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 
 
 
 
 

 

 

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