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VAMOS A LA OBRA
SI TE AGARRAN TE VAN A MATAR Autor: Heberto Castillo *En 1968 hubo estudiantes asesinados que nunca se contaron. *El 18 de septiembre de 1968 CU fue ocupada por el Ejército y sonaron las metralletas.
Reseña María de Lourdes Martínez González Periodistas y Conductora de Frecuencia Laboral Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com Además de los estudiantes que se concentraron el 2 de octubre de 1968, hubo otros jóvenes que perdiero la vida en su lucha por conquistar el derecho a la libertad de expresión, a la participación política y al desarrollo económico de la sociedad. Heberto Castillo, finado político de izquierda mexicano, quien en aquella época fue líder y catedrático universitario, dejó un testimonio en uno de los pasajes de este libro en el que describe cómo vivió la toma de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por el Ejército, el 18 de septiembre de 1968, hace 50 años. Después de sufrir una golpiza que le propinaron 5 policías judiciales cuando estaba por estacionar su Volkswagen afuera de su casa (se ubicaba en la colonia ubicada cerca del Metro Copilco, junto a Ciudad Universitaria), que lo dejaron con una fisura en el cráneo, una rodilla sangrante y una herida en el abdómen, como pudo logró ingresar a las instalaciones de la máxima casa de estudios, que ya estaba tomada por los estudiantes, para pedir su protección. Eso ocurrió el 28 de agosto de aquel año. Era querido por los estudiantes, había participado junto con ellos en su lucha, y recibió atención quirúrgica inmediata en la Facultad de Veterinaria y, días más tarde, en la de Medicina. Le dieron alojamiento en distintas aulas, para evitar que fuera localizado con facilidad, pues el Rector de la UNAM, Javier Barros Sierra le había pedido que mejor se fuera porque el Ejército amenazaba con entrar a detenerlo, violando la autonomía universitaria. Salió de Ciudad Universitaria para regresar un día después, tras recibir el consejo del ex presidente Lázaro Cárdenas quien le dijo: "Si te agarran, te van a matar", por lo cual le recomendó quedarse dentro de la UNAM bajo la coraza estudiantil. El 18 de septiembre de 1968 por la noche CU fue ocupada por el Ejército. Se excuchó la voz juvenil de los estudiantes que conducían una estación de radio improvisada, que transmitía desde la Rectoría: "van entrando, van por ciencias, por ingeniería, por medicina, suben por nosotros ¡Viva México! Cuidado salgan por...calló la voz y escuché a lo lejos el Himno Nacional. Luego un ruido como de ametralladora. Después nada. Lloré imaginando muertos y traté de escapar de CU". Heberto Castillo en ese momento estaba alojado en la Facultad de Ciencias, pero corrió más rápido que los jóvenes cuando escuchó el ruido de las tanquetas y las ametralladoras. Estaba vendado, usaba muletas, pero fue más rápido que nadie "Olvidé mis heridas. El miedo da fuerzas...al llegar a un paso a desnivel, una tanqueta nos echó la luz ¡Alto! dijo una voz desde la torre de mando...Corrí...Yo me arroje al pedregal." Ahi estuvo dos días refugiándose, supo que las piedras dan calor, pero llovía estaba empapado. Durante la segunda noche estaba hambriento y tenía una sed extrema. "De pronto vi a un soldado sentado en el suelo, con el arma entre las piernas. Estaba a unos diez metros de mí y me miraba...Dejé de respirar. Él tampoco se movía. Quizá dormía. Me moví cuateloso rodeándolo. Ví que era un tronco...un tronco...un tronco".
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Año 12. No. 665. del 22 al 29 sept. 2018 | Premio de Comunicación Alternativa |