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Año 12. No.655. del 15 al 21 julio 2018

Premio de Comunicación Alternativa

 

VAMOS A LA OBRA

 

ME LLAMABAN EL CORONELAZO

Memorias de David Alfaro Siqueiros

*Madero: el primer presidente que ganó por voto arrasador, dejó intacta a la plutocracia y así en México no cambió nada.

 

En 1911 con la consigna de sufragio efectivo no reelección llegó al gobierno de la República, Francisco I. Madero, aclamado por el pueblo mediante el voto mayoritario, pero no hizo transformaciones de fondo ni siquiera puso a su equipo cercano en puestos estratégicos de la administración. Se empeñó en sostener en los principales cargos de poder a los representantes de las familias más ricas de México, a la vieja plutocracia, señala Siqueiros.

Dejó a la estructura gubernamental que construyó el dictador Porfirio Díaz, quien se había reelegido 7 veces consecutivas y, por fin, en ese año habían logrado sacarlo presionado por una revolución.

En el país hubo un cambio de gobierno con Madero, por la vía democrática, para que no cambiara nada, nos dice David Alfaro Siqueiros, coronel de la Revolución Mexicana, padre del muralismo, quien describió lo que ocurrió en aquellos momentos de la siguiente manera:

"Madero, el primer presidente de la Revolución.. dejó intacto al viejo ejército y sólo pretendió halagar las ambiciones de sus generales jóvenes; dejó intacto el pensamiento oficial de la nación, es decir, la máquina educacional del país, limitándose a hacer pequeñas incrustaciones de adictos suyos en el gran mosaico reaccionario.

Dejó intacto todo el aparato burocrático, procediendo como había obrado en el campo de la instrucción; dejó intacto el servicio diplomático y consular de la vieja plutocracia, conformándose con aplicarle el barniz de algunas de las nuevas personalidades.

Propuso la reforma agraria, obrera y de independencia nacional (estructura fundamental de la Revolución, base de los anhelos populares aún inconexos), limitándose a conceder al país, la más amplia libertad democrática que este había conocido y la cual fue usada por sus enemigos para hacerle víctima de los más groseros sarcasmos.

Con esa política angelical, alejó a sus amigos y se entregó atado en manos de sus enemigos (entregó a la Revolución), que supieron esperar la oportunidad para arrebatarle el poder y asesinarlo villanamente, al mismo tiempo que el vicepresidente de la República, licenciado Pino Suárez".

En otra parte de sus memorias Siqueiros señala que Madero, el primer presidente que ganó con voto mayoritariamente arrasador en 1911, durante su breve mandato, antes de ser asesinado, no resolvió ninguna de las demandas sociales a las que se comprometió y, mucho menos, respondió a las peticiones de los trabajadores organizados que reclamaban jornada laboral de 8 horas y salarios justos, por lo cual los obreros fueron los primeros en manifestarse en su contra.

 

 

 
   
 
 

 

 

 
 
 
 
 

Año 12. No. 655. del 15 al 21 julio 2018

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