Curioso que INAP Valoró Alto a Sindicatos Más Antidemocráticos

22% DE SINDICATOS: CERO EN TRANSPARENCIA

Por Carlos Guillén S.,

Secretario de Prensa del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear,

Colaborador Voluntario de Frecuencia Laboral

Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales dio a conocer que de 135 sindicatos que vueron evaluados, 35 tienen cero como Índice Global de Cumplimiento en Portales de Transparencia. Los demás,  oscilan entre 1.75 y 79.

los resultados preliminares de su Primera Verificación Diagnóstica a los sujetos obligados en el ámbito federal determinados por la Ley Federal de Acceso a la Información, se trata de casi 862 instituciones del gobierno, así como partidos políticos y sindicatos, que el pasado 4 de mayo del 2017 debieron publicar en el Portal Nacional de Transparencia la información requerida por la mencionada ley.

Llaman la atención algunos elementos de estos datos. Los grandes sindicatos industriales, integrantes del Congreso del Trabajo, están en los extremos. El petrolero tiene un índice de cero, el ferrocarrilero de 45 y el electricista de la CTM, el SUTERM, está entre los más altos con 78.59 y el del seguro social con 64.8, mientras el del ISSSTE tiene 8.48.

Por otro lado, entre las organizaciones del sindicalismo democrático, el más alto lugar lo tiene el sindicato de investigadores del Colegio de la Frontera con 58.97. De 28 sindicatos de este campo, 10 están con menos de 30 y 10 entre 30 y 60 y 8 están en cero.

De acuerdo con estos datos, sindicatos cetemistas estarían mostrando mayor transparencia que muchos de los que durante décadas han tenido entre sus principales banderas, la información permanente a sus bases. Aquí hay algo que no concuerda con el sindicalismo real.

Las múltiples denuncias que trabajadores en activo, despedidos y jubilados de esas organizaciones han hecho con frecuencia, apuntan en un sentido totalmente opuesto. Tal vez habría que preguntarse si lo que muestran algunos sindicatos cetemistas es transparencia en su funcionamiento, o capacidad para mostrar la información y la imagen que ellos quieren dar.

Una posible explicación estaría en los aparatos enormes que esas organizaciones tienen, lo que les permite cierta “profesionalización” y habilidad en el manejo de la información.

Esto contrasta con la también frecuente improvisación que se da en sectores del sindicalismo democrático, ya sea porque el recambio de sus direcciones no da para la formación de profesionales o incluso por la urgencia permanente de dar respuesta a todo tipo de agresiones desde las empresas o administraciones, que coloca a esta franja del sindicalismo en actitudes defensivas y de corto plazo.

Tampoco hay que olvidar las posiciones radicales que se limitan a rechazar todo sin proponer nada y a veces, sin siquiera conocer bien aquello que se está rechazando. Con el pretexto de que los sindicatos no tienen por qué rendir cuentas, se incurre en actitudes que ponen en riesgo la organización de los trabajadores al abrir frentes innecesariamente.

En todo caso, el sindicalismo democrático, aquél que desde siempre ha practicado la democracia sindical, el que toma sus decisiones en asambleas y congresos a partir de la información a sus bases, el que elige democráticamente a sus dirigentes, no esperó a que hubiera una ley de transparencia para actuar con claridad.

Los primeros interesados en que haya transparencia en los sindicatos, son sus afiliados. Son los primeros que deben llamar a cuentas a sus representantes -como lo han hecho con frecuencia- y hacer que se corrija lo que esté mal. Eso es parte de la esencia de la democracia sindical.

Los datos publicados obligan a pensar si los recursos técnicos que ha implementado el INAI están funcionando correctamente y si los sindicatos, han recibido el apoyo y capacitación adecuadas. Si esto no es así, hay que corregir lo que sea necesario.

Lo que no debe hacerse, es usar esta información, que el propio INAI dice que es preliminar, como un nuevo elemento de la ya añeja campaña de desprestigio a los sindicatos.