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Año 13. No. 671. del 03 al 10 noviembre 2018
Premio de Comunicación Alternativa

En América Latina y El Caribe

140 MILLONES LABORAN EN LA INFORMALIDAD

*No gozan de seguridad social y están sobre explotados.

*representan el 53% de la población económicamente activa (PEA).

Participación del Lic. Jesús Luna Hernández,

Especialista en Derechos Laboral,

En el programa del sábado 03 de noviembre de 2018

Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com

La Organización Internacional de Trabajo (OIT), público un documento titulado; “Políticas de formalización en América Latina y el Caribe” en este documento se expone la situación laboral de 140 millones de trabajadores de América Latina y el Caribe.

¿Qué significa ser trabajador informal? Estos trabajadores no están cubiertos por la legislación laboral, ni por la seguridad social. Muchos están expuestos a condiciones de trabajo inseguras, sus oportunidades de formación son casi inexistentes, sus ingresos suelen ser irregulares y más bajos, las jornadas laborales son más extensas de 8 horas diarias.

140 millones de trabajadores se encuentran en esta situación, representan el 53% de la población económicamente activa (PEA) de América Latina y el Caribe, una de las transformaciones más importantes en los mercados de trabajo de América Latina en las últimas décadas es el proceso de formalización.

De los empleos generados entre los años 2005 y 2015 se estima en 51 millones de empleos de los cuales 39 millones se realizaron bajo el esquema de formalización, es decir de tener estabilidad en el empleo, lamentablemente la mayor parte de estos empleos son con bajos salarios.

La existencia de la informalidad en el trabajo es una de las características más persistentes, negativas y preocupantes de los mercados laborales de América Latina y el Caribe. Poco más de la mitad de los 263 millones de trabajadores de la región trabaja en la informalidad, esto es, cerca 140 millones de trabajadores. Se trata de trabajadores que al no estar cubiertos por la legislación laboral y, por lo tanto, no están sujetos a las reglas formales del mundo del trabajo ni a la justicia laboral correspondiente y con ingresos bajos.

Más del 80% de estos trabajadores, viven en la pobreza o pobreza extrema; y en el mejor de los casos, integran lo que los analistas llaman “grupos vulnerables”, que pueden no estar bajo la línea de la pobreza, pero tienen niveles bajos de ingreso y están en riesgo de que el ciclo económico en un momento de desaceleración o un riesgo de enfermedad o de otra naturaleza los hunda en la pobreza.

La informalidad representa también un costo muy alto para la sociedad en general, e incluso para los sistemas políticos: su existencia reduce recursos fiscales que podrían financiar inversiones productivas y programas sociales que mejoren el Estado de bienestar y la justicia social.

El siglo XXI ha traído consigo una serie de transformaciones, ha traído nuevas formas de contratación de trabajo y para ello han acomodado las legislaciones en el caso México se reformo la Constitución en su artículo 123 y la legislación laboral donde se permite la contratación por horas o contratación a prueba así como el nacimiento de las Ourtsosing también existe los cambios tecnológicos acelerados que algunos llaman la Cuarta Revolución Industrial, con los impactos de la revolución digital, la automatización y la inteligencia artificial. Estas situaciones están generando nuevos modelos de negocios y nuevas formas de contratación.

Han surgido así nuevas presiones en los mercados laborales: a que más trabajadores no realicen jornadas completas, sino que estas sean parciales, a que los contratos sean temporales, a que se incremente el trabajo temporal a través de agencia y otras modalidades multipartitas y a que cada vez sea más visible el trabajo “a pedido”, así como relaciones de trabajo encubiertas o el empleo por cuenta propia económicamente dependiente .

El empleo informal es un fenómeno sumamente heterogéneo. Cuando se desagrega por categorías ocupacionales, las tasas de informalidad más elevadas corresponden a:

•  Los trabajadores por cuenta propia (84,1 por ciento).

La informalidad entre los asalariados es de;

•  37,2 por ciento y entre los empleadores, del 43,4 por ciento.

La informalidad está fuertemente asociada con el tamaño de la empresa: la tasa de empleo informal en las empresas de 2-9 trabajadores es de;

•  72,4 por ciento,

•  en las de 10-49, del 29,1 por ciento

•  y es del 15,3 por ciento en las de 50 o más trabajadores.

El empleo informal afecta a algunos grupos más que a otros. Las tasas de empleo informal son más altas en las mujeres (54,3 por ciento) en comparación con los hombres (52,3 por ciento). Aunque, dado que hay más hombres en el mercado de trabajo, ellos tienen mayor representación en el empleo informal. La informalidad es mayor en la población joven (62,4 por ciento) que en la adulta (52,5 por ciento). De acuerdo a un reciente estudio de la OIT, la relación edad-informalidad es una U invertida: es baja en la juventud, crece en las edades intermedias y se reduce nuevamente en la adultez mayor.

En el caso de los adultos mayores, las necesidades pasan más por los sistemas de protección social. Por ello, las políticas para la transición a la formalidad deben adoptar un enfoque de ciclo de vida.

La educación es una variable de alto impacto en la incidencia de informalidad. Cuanto mejores son las calificaciones, mayores son la empleabilidad y las oportunidades de tener empleos registrados y beneficios sociales. Un 33,5 por ciento de quienes cuentan con educación superior (técnica o universitaria) tienen un empleo informal; y esta cifra asciende al 50,8 por ciento de los trabajadores con secundaria completa, al 72,5 por ciento de los que poseen primaria completa y al 81 por ciento de quienes no tienen estudios.

 

 
   
 
 

 

 

 
 
 
 
 

 

 

Año 13. No. 671. del 03 al 10 noviembre 2018
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