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El 2015 fue un Año Difícil VULNERAN DERECHOS DE TRABAJADORES DEL CONOCIMIENTO*Les Aplicaron el Tope Salarial y las Niegan su Derecho a Organizarse. *No Hay Contratación de Personal y Cuando se Abre Alguna Vacante es sin Prestaciones. *Intentan Pasar del Apartado A al B a Trabajadores Universitarios para Quitarles Derechos. Por Carlos Guillén Soriano, Secretario del Exterior del Sindicato Unico de Trabajadores de la Industria Nuclear (SUTIN) y Miembro de la Comisión Política de CNSUESIC Participación en el programa Frecuencia Laboral del 02/enero/2016 Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com
A lo largo de 2015, los trabajadores del conocimiento debieron enfrentar todo tipo de agresiones. Desde la permanente caída del poder adquisitivo de su salario, hasta verdaderos atentados contra su derecho a la organización. La regla fue la aplicación del llamado tope salarial, con lo que se mantienen deprimidos los salarios. Eso fue notorio desde enero y febrero, cuando muchos sindicatos universitarios, de investigación y cultura revisan sus contratos colectivos o condiciones generales de trabajo, ya fueran revisiones integrales de CCT o solo en materia salarial. Aunque en algunos casos se han logrado procesos de homologación salarial con las instituciones donde los salarios son un poco mejores, como la UNAM, la UAM o el Cinvestav, no se ha logrado en años una mejoría real en los ingresos de los trabajadores y, en el caso de los trabajadores de instituciones de cultura o de la SEP, las negociaciones se limitan prácticamente a escuchar las peticiones sindicales, pero son las autoridades quienes deciden. Caso especial es el del SUTCIEA, organización que a pesar de estar en el Apartado B del artículo 123 constitucional, si ha logrado mediante la organización, establecer verdaderas negociaciones bilaterales. Otro problema constante es la insuficiente –en algunos casos inexistente- contratación de personal. En muchas de las instituciones de investigación y de cultura, hace más de una década están virtualmente congeladas las contrataciones, llegando al extremo de que al quedar vacante alguna plaza, ya sea por renuncia, fallecimiento o despido del trabajador, ésta no se cubre argumentando mil pretextos. El resultado es que las plantillas laborales se reducen a pesar de que hay mayores cargas de trabajo, ya sea por aumento en la matrícula escolar, por descubrimientos o nuevas tareas a las instituciones, y menos trabajadores –con cada vez mayor edad- hacen el trabajo que hacían los que salieron. Se dan casos en que la gran cantidad de trabajo –resguardo e investigación en las zonas arqueológicas, por ejemplo- se tiene que cubrir no contratando personal de base, sino “contratando” de manera irregular, estudiantes o recién egresados, que no reciben prestaciones, carecen de estabilidad en el empleo y ni de lejos tienen seguridad social. Esto, al margen de las organizaciones sindicales y en violación a lo establecido en cuanto a formas y mecanismos de contratación y las condiciones laborales del personal así contratado. En el trabajo cotidiano, sobre todo entre los trabajadores académicos, las condiciones impuestas por los gobiernos neoliberales llevan a una competencia entre los trabajadores por hacer “puntos” que derivarán en “estímulos” con los que se completarán los ingresos del personal. Esto, además de hacer competir a los trabajadores por los puntos, deteriora el trabajo académico, pues no importa tanto la calidad del trabajo como la cantidad de reportes. La contratación y promoción del personal académico, en muchas instituciones ha quedado fuera de la influencia de los sindicatos, lo que les ha quitado un aspecto fundamental de su razón de ser, al impedirles participar en el ingreso del personal y en la fijación de sus condiciones de trabajo. A lo largo del año, hubo casos notorios en los que se atentó contra derechos fundamentales, establecidos en la Constitución y en convenios internacionales firmados por México, como los derechos a la contratación colectiva y la libertad sindical. Después de tres lustros de congelamiento salarial, cuando los trabajadores del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua decidieron organizarse sindicalmente y demandar la firma de un contrato colectivo de trabajo, han debido enfrentar todo tipo de ataques a sus derechos. Desde la petición de las autoridades de su institución de cancelar el registro al sindicato, hasta la “suspensión” del estallamiento de huelga, las autoridades de la institución y las laborales federales han pretendido pasar por alto de siete resoluciones de diversas instancias del poder judicial que reconocen el derecho a la organización y contratación colectiva de estos trabajadores. Hacia el final del año, el SITIMTA está implementando una nueva etapa jurídica en la defensa de sus derechos. Caso similar, pero en el ámbito local, es el de los trabajadores del Instituto de Educación Media Superior del DF, a quienes se les han puesto obstáculos para ejercer sus derechos y se les somete además a una campaña de desprestigio y de ataques al modelo educativo de su institución. También en este ámbito, a los trabajadores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, se pretendió desconocerles su proceso electoral y no fue, sino hasta que el SUTUACM dio muestras de organización y firmeza, que se dio marcha atrás en este intento. En la Universidad Tecnológica de Nezahualcóyotl, única institución de ese nivel en ese importante municipio mexiquense, después de perder las elecciones municipales, el rector ha llegado a amenazar con el “cierre de la universidad” pues dice que le sale más barato liquidar a los trabajadores que respetar los contratos colectivos firmados con los sindicatos de académicos y administrativos. Se llegó al caso de impedir el uso de instalaciones de la universidad a los sindicatos, contraviniendo acuerdos previos. En diversos centros de investigación, como el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, el Centro de Investigación en Alimentos y Desarrollo y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícola y Pecuarias, no obstante haber logrado los sindicatos la firma de contratos colectivos de trabajo, éstos son blanco de violaciones, lo que ha llevado a acciones de protesta de las organizaciones sindicales. No podemos dejar este breve resumen sin mencionar las agresiones que viene desde el poder ejecutivo, pero son avaladas por el legislativo. Nos referimos a la reforma política del DF, con la que se pretendió de manera subrepticia afectar los derechos de los trabajadores de organismos públicos desconcentrados pasándolos del apartado A al B en el terreno laboral y de la reforma a la ley del ISSSTE para separar el Pensionissste y ponerlo en condiciones de perder sus recursos a manos de la banca privada. En el primer caso, la acción rápida y unitaria de los trabajadores logró derrotar el intento, aunque seguramente volverán a tratar, buscando cualquier pretexto. En el segundo, a pesar de las movilizaciones y de la argumentación presentada por sindicatos de trabajadores del conocimiento, se impuso la reforma en la Cámara de Diputados, que si bien fue distinta al proyecto original, mantiene la esencia del mismo. En 2016, será una de las luchas en el primer trimestre, junto con los procesos de revisión contractual. 2015 fue un año malo para los trabajadores del conocimiento. Esperamos que 2016 sea un año de unidad y lucha. |
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Año 10. No. 524. del 03 al 09 ene 2016 | Premio de Comunicación Alternativa |