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PÁGINA SOLIDARIAEn Solidaridad Publicamos Textualmente:
Reporte de Investigación 123. México: más miseria y precarización del trabajoPublicado el miércoles 8 de junio de 2016 2:00 am INTRODUCCIÓN El Estado mexicano hacia finales de la década de los años setenta del siglo pasado adoptó una política basada en la represión, despojo, explotación y discriminación en contra de los trabajadores. Priorizando los intereses de la inversión de Capital, avanzando en la sistematización y profundización de políticas de orden económico en el mundo del trabajo que profundizaron el proceso de precarización de los trabajadores mexicanos. Ante la grave crisis macro económica que se vivía en México en el año de 1987, registrando una híper-inflación galopante acumulada de 159%, una devaluación del peso del 33%, la caída del precio internacional del petróleo a 11 dólares por barril, decide el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado imponer el 16 de diciembre de ese mismo año el Pacto de Estabilidad y Crecimiento Económico (PECE); éste fue firmado por el sector obrero; Fidel Velázquez Sánchez, Presidente del Congreso del Trabajo, por el sector campesino, Héctor Hugo Olivares V., por la Confederación Nacional Campesina, Alfonso Garzón Santibáñez de la Central Campesina Independiente (CCI) y por el lado del sector empresarial vendría encabezado por el Consejo Coordinador Empresarial. El pacto consistió en la imposición de medidas políticas laborales que establecieron los topes en los incrementos salariales, sujetos a los incrementos en la inflación; así como el establecimiento de políticas orientas hacia la eliminación del control de precios de los bienes y servicios de consumo ordinario de la clase trabajadora que componían en ese momento la canasta básica. Repercutiendo negativamente en el nivel de vida y de trabajo de la clase trabajadora. En relación a los criterios de política salarial asumida por el gobierno del Presidente Miguel de la Madrid Hurtado, durante el año de 1987 se registraron cinco incrementos salariales de emergencia que acumulados alcanzaron la cifra del 80%, ante los índices de hiper-inflación del 159%, representando una pérdida del 70% del poder adquisitivo del salario, que jamás recuperaría el trabajador mexicano. Para el año de 1988 producto de la implementación del PECE, el gobierno establece a través de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos dos incrementos al salario mínimo para enfrentar y atenuar los índices de híper-inflación alcanzando durante 1987. “ De acuerdo con los términos pactados, el Presidente de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos propondrá a los sectores productivos un aumento inmediato de 15 % en los salarios mínimos vigentes, extensivo a los salarios contractuales, y otro de 20 % exclusivo para los salarios mínimos, que entrará en vigor el 1 de enero de 1988, con motivo de la fijación ordinaria que establece la ley: Propondrá, asimismo, que al concluir el primer bimestre de 1988 se determinen, con periodicidad mensual, nuevos aumentos, de acuerdo con la evolución previsible del índice de precios de una canasta básica. Ésta se definirá, en el curso de los próximos días, por las Secretarías del Trabajo y Previsión Social y de Comercio y Fomento Industrial, previa consulta con los otros sectores firmantes del Pacto de Solidaridad Económica. El índice también incluirá los principales precios y tarifas de los bienes que produce el sector público. “ . De 1989 a la fecha no se conocen registros de nuevos aumentos mensuales o de emergencia al salario mínimo para enfrentar y revertir en términos reales la pérdida del poder adquisitivo del salario. En el PECE se acordó la existencia e instrumentación de una Escala Móvil de Salarios que permitiera recuperar los niveles de vida y de trabajo de las familias mexicanas, la cual representa una antigua demanda del movimiento obrero. Tal mecanismo fue omitido intencionalmente por el gobierno al jamás operar. Igualmente, se prometió un Control de precios y Abasto en donde: Se aplicará con especial empeñó y eficacia el control de precios existente sobre los productos de la canasta básica antes referida. Para evitar ajustes bruscos de algunos de estos precios en 1988, se corregirán sus rezagos en diciembre de 1987. Después, sólo se permitirán aumentos moderados, conforme a la evolución de los salarios y de los precios y tarifas del sector público. El aumento de los costos debe ser reconocido con oportunidad, evitando que se acumulen nuevos rezagos. Asimismo, la política de precios para los productos básicos será congruente con la evolución de los precios de garantía. Estricto control de precios de la canasta básica, siguiendo los lineamientos anteriores, será aprobado con una política de abasto que impida la escasez y el racionamiento. Para ese propósito, se utilizarán las tiendas oficiales y sindicales. Asimismo, se realizaran importaciones oportunas de aquellos productos en que se detecten faltantes. Quienes violen los precios sujetos a control, así como quienes oculten mercancías, serán severamente sancionados. Discurso demagógico. Primero durante la campaña presidencial de MMH y después, durante su gestión la consigna reiterada de su gobierno era “por la renovación moral de la sociedad”. En realidad actualmente, no existe control de precios de las mercancías, salvo el precio (salario) de la fuerza de trabajo. Por ejemplo el salario mínimo, por ley se incrementa una vez al año (a partir del 1 de enero de cada año). Aún durante el sexenio del gobierno de José López Portillo, existía un control oficial de precios, de una Canasta Básica de aproximadamente 100 productos, dicho control, con el tiempo desapareció. Hoy a casi 30 años del Pacto de Estabilidad y Crecimiento Económico, los resultados están a la vista, el siguiente reporte de investigación resulta un testimonio del proceso de precarización de la clase trabajadora en México: De 1987 al año 2016, México ha sido gobernado por 6 presidentes, 4 del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y 2 del Partido Acción Nacional (PAN), y la política salarial registra durante estos 6 sexenios una tendencia negativa del poder adquisitivo del salario, no ha logrado una recuperación, que aunado con la reforma laboral consagrada e impuesta a finales del 2012 bajo los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto precarizan brutalmente las condiciones laborales de los trabajadores, es decir, aunado a la caída del salario real se encuentra hoy el aniquilamiento de todas aquellas prestaciones laborales que le representen un costo al empresario, como lo son entre otras el reparto de utilidades, el aguinaldo, el pago de horas extras, etcétera. LA PRECARIZACIÓN DEL SALARIO EN MÉXICO Del 16 de diciembre de 1987 al 25 de abril del 2016, la pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario mínimo es de 79.11 %. (Véase cuadro y gráfica No. 1) Actualmente, 32 millones de trabajadores en México sobreviven en diferentes niveles de miseria, como consecuencia del ingreso insuficiente para adquirir la Canasta Básica. Del 16 de diciembre de 1987 al 25 de Abril de 2016, el precio de la Canasta Alimenticia Recomendable [4] (CAR) pasó de $3.95 a $213.46 diarios. (Véase cuadro N.1) En referencia a la evolución del salario mínimo para el periodo del 16 de diciembre de 1987 al 25 de abril de 2016, representa un incremento acumulado del 1028% frente al 5304 % del precio de la CAR, es decir, la relación muestra que por cada peso que aumenta el salario aumentarán cinco pesos el precio de la CAR, como consecuencia de las políticas salariales basadas en los topes salariales que no han oscilado entre el 3 y el 4.5% anual impuestas durante los últimos seis sexenios. Los trabajadores mexicanos para adquirir la CAR requieren de un ingreso mensual promedio de $6,403.80, es decir, de casi 3 salarios mínimos diarios. De acuerdo al INEGI, 67 % de la Población Económicamente Activa (PEA) que labora, tiene un ingreso diario de hasta 3 salarios mínimos. Hoy la PEA representa más de 53 millones de trabajadores. La clase trabajadora mexicana enfrenta una situación generalizada de precarización que se expresa en el deterioro de los niveles de vida de las familias mexicanas. Los trabajadores tienen que trabajar más tiempo para intentar nivelar su consumo. A continuación presentamos un ejercicio para demostrar uno de los rasgos fundamentales de la superexplotación, el cual tiene que ver con el aumento del trabajo intensivo y productivo para aumentar el salario. La categoría que hemos utilizado es el Tiempo de Trabajo Necesario (T.T.N.), la cual indica el tiempo que deberá trabajar un trabajador para comprar la CAR. Para el 16 de diciembre de 1987 un trabajador debía trabajar 4 horas y 53 minutos para adquirir todos los productos que componen la CAR en tanto que, para el 25 de abril de 2016, el mismo trabajador necesitó trabajar 23 horas y 22 minutos para comprar la CAR, es decir, en un intervalo de 29 años se cuadruplico el tiempo que se requería para comprar una CAR, registrándose un incremento del 412%. (Véase gráfica 2) Ante tal situación, los trabajadores buscan alternativas con el objetivo de superar la situación de pobreza, entre ellas tenemos: a) aumentar las horas de trabajo; b) buscar dos o más empleos por trabajador; c) incorporar a otro(s) miembro(s) de la familia a trabajar, independientemente, de su edad o condición de salud; d) emigrar; aceptar un empleo ajeno a la distancia y tiempo a considerar para obtenerlo, que le permita mejorar sus condiciones de vida. Existen millones de trabajadores que cotidianamente, se trasladan largas distancias (migración interna) de su hogar a su trabajo (también hay millones de trabajadores, hombres y mujeres, de todas las edades, quienes viajan largas distancias a otro país o región muy distante de su lugar de origen, buscando mejores niveles de vida y de trabajo). El capital ha despojado al trabajador, día a día, de su tiempo libre evitándole descansar, convivir con su familia, educarse, ejercer actividades recreativas. Para el 16 de diciembre de 1987 el Tiempo de Trabajo Necesario (T.T.N.) para adquirir un kilo de tortilla era de 24 minutos. Sin embargo, para el 25 de abril de 2016 el T.T.N. para adquirir un kilo de tortilla fue de 1 hora con 31 minutos, incrementándose 446%. Respecto del Tiempo Necesario de Trabajo T..T.N. para adquirir un kilo de carne de bistec de res en México demuestra el grado de superexplotación al que ha sido sujeto el trabajador mexicano, trasladando el fondo de consumo del obrero hacia el fondo de acumulación del capitalista. Para el 16 de diciembre de 1987 el T.T.N. requerido para adquirir el kilo de bistec de res era de 5 horas con 25 minutos de una jornada laboral de 8 horas. Sin embargo, para el 25 de abril de 2016 (aun faltando ocho meses para terminar el año) el T.T.N. para adquirir el mismo producto ascendió a 14 horas y 46, representado un incremento de 396%. Es decir, el trabajador requiere prácticamente laborar una jornada de trabajo y ¾ de otra más para comprar un kilo de carne de bistec de res. De esta manera el consumo de la carne de res dejó de ser considerada como una posibilidad de consumo ordinario para las familias trabajadoras y ahora pasó a ser considerada como un alimento de lujo. EL MITO DE LA RECUPERACIÓN DEL SALARIO POR PEÑA NIETO El Presidente Enrique Peña Nieto en el marco del día del trabajo, declaró que “de diciembre del 2012, a diciembre del 2015, el salario mínimo general promedio acumuló una recuperación en su poder adquisitivo, de 5 por ciento”. Al respecto podemos afirmar que es totalmente falso. Del 1 de enero del 2013 al 13 de octubre del 2015 registra una pérdida del poder adquisitivo del salario de 9.65%
¿Dónde es más caro comprar la CAR? El precio observado de la CAR al 25 de abril de 2016 indica un costo de 213 pesos por día. Sin embargo, el precio de la canasta registrado en los tianguis sigue siendo el punto de venta más barato, en tanto los supermercados se mantienen como los lugares donde es más caro comprar la CAR, la diferencia entre comprar en el tianguis y el supermercado es de $39.48. ¿De qué tamaño es el despojo en el consumo de los trabajadores asalariados? A continuación presentamos una serie de gráficas, para ejemplificar el nivel de despojo al que somos sujetos los trabajadores. La contracción del consumo de las familias mexicanas es dramática, resultado de las políticas salariales y del método adoptado por los gobiernos para “hacer competitiva” una mano de obra productiva y barata. La pérdida del poder adquisitivo del salario acumulada para el periodo que va de 1987 a 2016 fue de 79.11%, es decir, el poder de compra de cada peso actualmente equivale a 20 centavos de 1987.
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Año 10. No. 571. del 27 nov. 03 dic. 2016 |
Premio de Comunicación Alternativa |