Portal Semanario

Año 12. No. 625. del 17 al 23 diciembre 2017

Premio de Comunicación Alternativa

 

A 35 Años de que Comenzaron a Impulsar Políticas de Ajuste Estructural

HAY 6 MILLONES DE JORNALEROS EN POBREZA

Por el Maestro en Ciencias Sócrates Silverio Galicia Fuentes,

Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma Chapingo,

Colaboración Voluntaria para Frecuencia Laboral,

Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com

 

EL CONTEXTO NACIONAL

México tiene una superficie total de 196.7 millones de hectáreas comprendidas en sus 32 entidades federativas (31 estados y un Distrito Federal). De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda (INEGI), en 2010 la población total ascendió a 112 336 538 habitantes, de los cuales el 51% eran mujeres. La mayor parte de la población en México es urbana (77%) y la población rural está integrada 26 millones de personas ( SRA/RAN/IICA, 2012).

 

LOS TRABAJADORES DEL CAMPO EN MÉXICO

Partimos de considerar trabajadores del campo a todas aquellas personas que realizan alguna actividad económica en las comunidades rurales y que están relacionadas con la producción, comercialización y transformación de los recursos naturales. Los trabajadores del campo comprenden una gama muy amplia de segmentos tales como los campesinos, jornaleros, artesanos, trabajadores de los servicios. Muchos de estos trabajadores son indígenas.

La población económicamente activa, esto es, los trabajadores con un empleo permanente y relativamente estable están constituidos de la manera siguiente:

Unidades agrícolas (campesinas y empresariales) 2 000 000

Jornaleros agrícolas 6 000 000

Las unidades agrícolas antes mencionadas están constituidas por unidades campesinas, indígenas y empresariales. Esto es, son las personas que poseen o son propietarios de una parcela de tierra agropecuaria o forestal.

Los jornaleros agrícolas en realidad son una masa de trabajadores que no disponen de un trabajo fijo en sus lugares de origen. Entonces estos trabajadores son mano de obra barata, migrante o golondrina que se ubica geográficamente en el centro, sur y sureste del país, así como en las áreas serranas tales como la Huasteca, la Mixteca, la Sierra Negra de Puebla, la Sierra Madre del Sur, la Sierra Madre Occidental, etc.

Estos datos nos indican una primera forma de expulsión de trabajadores de los sectores marginados de la agricultura y la sociedad rural mexicana que no hayan ubicación laboral en sus comunidades. Podría decirse que constituyen una forma de desempleo disfrazado y que lógicamente no aparecen como tales en las cifras oficiales.

LOS TRABAJADORES CAMPESINOS EN MÉXICO

En México existen actualmente 31 785 núcleos agrarios (29 441 ejidos, 2 344 comunidades) y 2058 unidades de producción colectiva. México tiene una superficie de 196.7 millones de hectáreas, de las cuales el 53% son de los núcleos agrarios, es decir, 104.251 millones de hectáreas. En estos terrenos de propiedad social se albergan grandes riquezas: 80% de los bosques y selvas, 74% de la biodiversidad y 66% de los litorales del país.

La población rural del país está constituida por cerca de 26 millones de personas de las cuales 3.1 millones son ejidatarios. La población indígena es de alrededor de 4.5 millones de personas que pertenecen a 59 etnias agrupados en 2 344 comunidades y 8 328 núcleos agrarios que poseen el 15.3% de la superficie de México, es decir, cerca de 30 millones de hectáreas. Ambos sectores, ejidatarios e indígenas, se ubican en los diferentes grupos de trabajadores del campo: campesinos, artesanos, jornaleros e incluso algunos son empresarios.

LOS TRABAJADORES ASALARIADOS EN MÉXICO:

¿JORNALEROS AGRÍCOLAS O PROLETARIADO AGRÍCOLA?

La sociedad rural y agrícola mexicana se caracteriza en gran medida por conservar formas de vida comunitarias que permiten sobrevivir e integrar a una gran cantidad de personas que carecen de empleo pero que cumplen funciones específicas dentro de esas comunidades pueblerinas. Aquellos que hemos vivido y convivido con dichas sociedades somos testigos de la existencia de una gran variedad de formas de empleo disfrazado en el ámbito rural. Esta masa de personas no aparece en las cifras oficiales como desempleados, pero en realidad realizan una gran diversidad de formas de trabajo precario.

Adicionalmente hay que mencionar los millones de migrantes que han nutrido la fuerza laboral de las regiones con agricultura empresarial, industria, las zonas marginadas de las ciudades y los migrantes hacia Estados Unidos y Canadá principalmente. Las cifras de migrantes trasnacionales son estratosféricas y no coinciden unas con otras. Sin embargo son ilustrativas y se habla de alrededor de dos millones de compatriotas que anualmente migran hacia los países del norte.

Esta migración permanente durante décadas ha propiciado el fenómeno de la feminización, el envejecimiento y el trabajo infantil, en las áreas rurales de México. Esta situación es particularmente aguda en algunas regiones y estados del país tales como Zacatecas, Guanajuato, Durango, etc.

Las causas del desempleo en el sector rural pueden ubicarse en forma histórico-temporal en dos ciclos que son los siguientes:

Primer ciclo. Está constituido por el proceso de modernización de la agricultura mexicana entre 1940 -1970 que propició la mecanización del trabajo agrícola, el incremento de la productividad en el campo y el crecimiento de la población rural. La conjunción de estos procesos tuvo entre otras consecuencias la constitución de una gran masa de desempleados que emigraron a las ciudades de México principalmente y en segundo lugar hacia Estados Unidos.

Segundo ciclo. Está constituido por la crisis de este modelo de desarrollo agrícola y económico a nivel nacional que fue reemplazado por el modelo denominado neoliberal o globalizador por utilizar los términos actualmente de moda. La conjunción de estos dos procesos propició la crisis de rentabilidad del sector agrícola agudizando la situación de pobreza y marginación que ya se padecía en las sociedades rurales mexicanas.

Estos procesos propiciaron el desarrollo del proletariado agrícola en México constituido por cerca de 6 millones de mexicanos que migran a las regiones de agricultura empresarial (Bajío, Noroeste, Norte, Noreste) para emplearse en los cultivos rentables de hortalizas, oleaginosas, frutales (caducifolios, tropicales, subtropicales), caña de azúcar, café y agroindustria. Estos jornaleros constituyen el sector más explotado, oprimido y marginado, que sobrevive en las peores condiciones del ámbito rural. Viven en barracas, con escolaridad escasa o nula, bajísimos salarios, sin servicios de salud, padecen desnutrición crónica. Marginados y excluidos de todo progreso y desarrollo.

Hoy vivimos las consecuencias dramáticas y graves de todo este rezago y abandono secular del sector rural y agrícola de México que han conducido a muchos compatriotas a incorporarse a las huestes del narcotráfico y la delincuencia con las experiencias amargas que hoy están a la vista de los mexicanos y del mundo. El narcotráfico ha constituido otra forma de empleo disfrazado que permite sobrevivir a millones de mexicanos en situaciones de riesgo extremo.

La violencia se ha enseñoriado en las sociedades rurales de México, no bajo la forma de la protesta social sino de la violencia delincuencial. Esta situación es consecuencia directa entre otras causas del grave desempleo permanente en que han vivido millones de mexicanos en las sociedades rurales durante décadas.

Adicionalmente el problema de la destrucción de los recursos naturales y la naturaleza han sido denunciados desde hace aproximadamente media centuria como un proceso que amenaza la existencia misma de la humanidad. Sin embargo, esta cuestión es bastante más añeja ya que acompaña el surgimiento y desarrollo mismo del ser humano pues en general todas las actividades humanas conllevan una dosis variable de destrucción de la naturaleza. La Revolución Industrial y su compañera la Revolución Agrícola aceleraron dicho proceso destructivo.

IMPACTO DE LAS POLITICAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL Y NAFTA EN LA ECONOMÍA EN MÉXICO

El NAFTA ha conducido a México a colocarse como un país relevante en las cadenas productivas globales de valor, como el primer exportador de manufactura de América Latina con casi 60% y venderá al exterior diariamente mil millones de dólares, es decir, un millón de dólares por minuto.

Sin embargo, el valor agregado de las exportaciones mexicanas no es totalmente de origen mexicano. Se estima que por cada dólar que México exporta al mundo, 37% tiene valor agregado que proviene de Estados Unidos y 23% de Canadá.

La entrada en vigor del NAFTA hace 24 años constituyo la plataforma para convertir a la economía de México en la decimosexta potencia exportadora del mundo, pero no ayudo a abatir la pobreza que se vive actualmente en el país.

Gran parte de la actividad comercial es intra-firma e intra-industria , con un monto realmente reducido de comercio real en bienes y servicios producidos por medianas y pequeñas empresas, las cuales generan la mayor parte del empleo.

Las grandes empresas y corporaciones han sabido utilizar el marco comercial del NAFTA para integrar sus cadenas productivas, pero las pequeñas y medianas empresas continúan en desventaja porque no cuentan con la flexibilidad de desplazamiento, la capacidad financiera, las redes productivas integradas, o los incentivos comerciales rentables con una envergadura continental.

IMPACTO DE LAS POLITICAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL Y NAFTA EN LA AGRICULTURA EN MÉXICO

El sector hortofrutícola, especialmente el jitomate y el aguacate han provechado las ventanas agrícolas. En 1995 no podíamos exportar aguacate al mercado de Estados Unidos, al cierre de noviembre 2016 México alcanzo la cifra de 319 millones de dólares en la exportación de este fruto de acuerdo a las cifras de Banco de México en Balanza de Pagos. Otros productos ganadores a 24 años de dicho acuerdo son la cerveza, tequila, café sin descafeinar, frambuesas, pepinos, pimientos, productos de panadería, galletas dulces, cebollas, sandías, alimentos para bebés, espárragos y cigarrillos. El sector automotriz con la entrada en vigor del acuerdo comercial entre los tres países, fue de los ganadores más representativos.

Maestro en Ciencias, Sócrates Silverio Galicia Fuentes, Profesor-Investigador del Área de Metodología de Investigación y Socioeconomía del Departamento de Fitotecnia de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH) email: economiadelostrabajadores2014@yahoo.com.mx

BIBLIOGRAFÍA

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Astorga L., E. 1985. Mercado de trabajo en México. La mercancía humana. México, D. F. Ediciones Era. 127 p.

CEPAL. 1986. Economía campesina y agricultura empresarial (tipología de productores del agro mexicano). 3a Edición. México, D. F. Editorial Siglo Veintiuno Editores. 339 p.

Comisión para el dialogo con los pueblos indígenas de México. 2016. El impacto del TLC en el Campo Mexicano. Secretaría de Gobernación (SEGOB)/ Comisión para el dialogo con los pueblos indígenas de México. 43 p.

INEGI. 1991. Atlas ejidal nacional. Estados Unidos Mexicanos. Encuesta nacional agropecuaria ejidal, 1988. México, D. F. Editorial INEGI. 255 p.

Paré, L. 1982. El proletariado agrícola en México. ¿Campesinos sin tierra o proletarios agrícolas? Quinta Edición. México, D. F. Editorial Siglo Veintiuno Editores. 255 p.

Rubio, B. 2012. Explotados y Excluidos. Los campesinos latinoamericanos en la fase agroexportadora neoliberal. 4a Edición. México, D. F. Editorial Plaza y Valdés Editores. 268 p.

Sánchez B., G. 1980. La región fundamental de economía campesina en México. México, D. F. Editorial Nueva Imagen S. A. 157 p.

SRA/RAN/IICA. 2012. Atlas de propiedad social y servicios ambientales en México. México, D. F. Editorial IICA. 160 p.

 

 
   
 
 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 
 
 
 
 

 

 

Año 12. No. 625. del 17 al 23 diciembre 2017

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