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Año 14. No. 733. del 02 al 08 de febrero 2020
Premio de Comunicación Alternativa

 

MODIFICACIONES Y ADICIONES AL ANTEPROYECTO DE LEY GENERAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR (LGES)

Una propuesta alternativa de reforma

 

La reforma a la Ley General de Educación Superior está en puerta, ante lo cual el Maestro en Ciencias Sócrates Silverio Galicia Fuentes, profesor de la Universidad Autónoma Chapingo y secretario de relaciones exteriores del Sindicato de Académicos de esa casa de estudios (STAUACH), hizo las siguientes propuestas, durante su participación en el programa Frecuencia Laboral: El Espacio donde los Trabajadores son la Noticia del 01 de febrero de 2020.

 

Socrates Silverio Galicia Fuentes

Profesor- Investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh)

Sábado 1 de Febrero 2020

1. Unidad Indisoluble de Educación y Cultura. Una Necesidad de la Educación de Calidad para las Mayorías Nacionales

Concebimos la educación como el vehículo y proceso de preservación, sistematización, transmisión y creación de las culturas materiales e inmateriales, que expresadas en conocimientos son producto, patrimonio y propiedad de la humanidad y de las sociedades, naciones, etnias y grupos sociales diversos que la integran.

La docencia, la investigación, la preservación, (re)creación y difusión de la cultura expresan las funciones sustantivas que las diversas instituciones educativas y culturales tienen asignadas, desde el nivel preescolar hasta los posgrados o de forma abierta a la sociedad, con distintos énfasis como tareas en cumplimiento de su función social.

Las entidades educativas y de la cultura de cualquier nivel no representan más que la organización institucionalizada de esas labores que las sociedades sostienen y les encomiendan con el propósito de recibir a cambio conocimientos, culturas y servicios preservados, sistematizados, renovados y enriquecidos permanentemente.

Concebida de esta manera, el acceso al indisoluble binomio conocimiento-cultura no es más que un derecho humano universal que sólo puede ser materializado con una educación pública, gratuita y científica, alejada de la comercialización y el lucro, los fanatismos, la discriminación y el autoritarismo que la prostituyen y deterioran.

La combinación de su carácter público, gratuito y científico, junto con la coexistencia de alumnos y profesionales de la educación en condiciones laborales, de vida y estudio satisfactorios, además de las condiciones materiales y técnicas apropiadas de las instituciones, propician, en un ambiente de pluralidad, autonomía y democracia, la generación de conocimientos y procesos de enseñanza-aprendizaje de calidad y excelencia.

Además, la educación también produce a la humanidad y a los individuos que participan en su proceso, a la vez que transforma incesantemente los contenidos y orientación del propio conocimiento y la naturaleza exterior con la que se relaciona a través de las habilidades, destrezas, actitudes, costumbres, máquinas, herramientas conceptuales y simbólicas, sociales y técnicas creadas y aprendidas.

La relación del hombre con la naturaleza, de la que forma parte, también supone una relación ecológica, solidaria y sustentable de los seres humanos entre sí y con otras poblaciones humanas y no humanas, con el conjunto de la naturaleza. Bien vista, este tipo de relación es en el fondo el propósito último de la educación y la cultura, única esperanza para hacer realidad el postulado que persigue construir a la sociedad como unidad plena del hombre con la naturaleza, la resurrección de ésta como recuperación del naturalismo del hombre y de la humanización de la naturaleza.

El carácter científico del conocimiento no significa otra cosa más que el privilegio que debe tener la búsqueda de la(s) verdad(es) histórica y socialmente construidas. Propone la permanente tarea de ubicar los prejuicios, fanatismos y el conocimiento chatarra o la mera información en el cesto de la basura, para ser substituidos por nuevos conocimientos, sucesivamente más cercanos a la verdad.

Su carácter científico obliga así a tener en el centro y como meta la formación de ciudadanos críticos y activos en el propio proceso educativo, en la relación entre los profesores y los alumnos, pero también entre todos ellos y sus instituciones con la sociedad y los poderes públicos.

En este sentido, la excelencia en la educación no puede ser más que la expresión de la cercanía del conocimiento -que se sistematiza, se (re)crea y se difunde- con las verdades y culturas descubiertas y construidas en el pasado, en el presente y para el futuro por las distintas disciplinas de la naturaleza y humanas, en la búsqueda constante de la reconstrucción de la unicidad entre hombre y naturaleza, capaz de auspiciar la diversidad cultural que da identidad a nuestras naciones mexicanas y a la humanidad en su conjunto.

Es la cultura la materia de trabajo de todos los trabajadores de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura sin importar el nivel ni la institución de que se trate ni la tarea o puesto de trabajo que se desempeñe.

La centralidad del trabajo de la cultura expresada en las funciones sustantivas de las instituciones educativas, ciencia, tecnología y cultura –docencia, investigación, difusión de la cultura y el servicio- reconoce, en nuestra perspectiva, la participación de todo tipo de trabajadores, como partícipes y autores directos e indirectos, pero todos concurrentes, en la sistematización, creación del conocimiento y la cultura y su difusión.

Es la cultura integral así concebida que adquiere su manifestación más excelsa en las universidades e instituciones de educación superior que cumplen con esas tres funciones sustantivas. Es con esa integralidad que el conocimiento y la cultura que se construyen, imparten y difunden tienen la posibilidad de transformar la realidad social, humana y la naturaleza toda, alejadas de la fragmentación de la mera capacitación o adiestramiento o en la adopción de valores acordes con la ética del mercado.

La presente Ley General de Educación Superior pretende sentar las bases de una nueva plataforma normativa que posibilite la superación de las distintas fragmentaciones del conocimiento que obstaculizan su construcción científica y, por consiguiente, la identificación de la realidad y su transformación.

 

2. Educación Superior y Universidad Comprometida Con la Vida en el Planeta

En primer lugar, se pretende hacer frente a la CRISIS CIVILIZATORIA, que vivimos en la actualidad, que presenta una pluralidad de dimensiones que conforman la novedad de esta Gran Crisis que son las siguientes:

i. Crisis Ecológica patente en el cambio climático y en las variadas formas de destrucción de la naturaleza.

ii. Crisis Energética evidenciada en patrones de consumo insostenibles, ya que en los últimos cien años usamos más energía que en toda la historia anterior. Así mismo en el agotamiento de muchos recursos energéticos, pero principalmente del petróleo.

iii. Crisis Alimentaria manifiesta en hambrunas, desnutrición crónica, carestía de los alimentos causados por el uso NO alimenticio de muchos productos agrícolas, estancamiento de la productividad y especulación con los alimentos.

iv. Crisis Migratoria expresada en el éxodo de más de 200 millones de personas y en las secuelas del mismo, tales como criminalización de los migrantes, erosión de las comunidades de origen y desarticulación de sus formas de vida.

v. Crisis Bélica puesta de relieve en las prologadas y cruentas guerras de Chechenia, Afganistán, Palestina, Irak, Siria, África.

vi. Crisis Económica desatada por la debacle del sistema financiero y expresada en la crisis de acumulación.

vii. Crisis de Valores Humanos expresada en la confusión que reina en la sociedad sobre su futuro, la explosión de la violencia, los suicidios, la violencia contra las mujeres, los feminicidios, múltiples problemas psicológicos, la destrucción de la naturaleza, el resurgimiento de distintas formas de nihilismo, el consumismo, la drogadicción, el terrorismo, el narcotráfico, hedonismo cotidiano, la deshumanización generalizada.

Bartra plantea que todas estas crisis forman parte de una crisis más profunda que es la Crisis de Civilización que el ubica en la incapacidad de la Civilización Occidental de resolver los problemas sociales con sus medios por excelencia que son el racionalismo, el urbanismo, el industrialismo, el modernismo y el capitalismo.

Sin embargo, consideramos que La Crisis de Civilización se expresa ante todo en la carencia de alternativas para remontar estas problemáticas agudas. Porque la civilización se distingue de la cultura en un aspecto principal en que aquella dispone de medios, estrategias y metodologías para superar las crisis sistémicas y continuar reproduciéndose. Hoy la existencia del ser humano y la vida en el planeta están en grave riesgo. Esto plantea el reto para la humanidad de construir y sentar las bases de una Nueva Civilización auténticamente humana que permita al género humano su reproducción y la preservación de la naturaleza y la vida en el planeta.

La educación superior está obligada a realizar contribuciones sustantivas para superar es Gran Crisis Civilizatoria de la Humanidad desde su ámbito esencial que es la cultura, la educación, la formación del sujeto, el conocimiento, la ciencia, la tecnología.

3. Formación Integral Humanista Una Necesidad de la Educación Superior y Universidad del Siglo XXI y Siglos Venideros

En segundo lugar, se pretende superar la crisis de la framentación disciplinaria que genera un conocimiento cada vez más especializado cuan impotente de dar cuenta de la realidad pero que se relata en edades cada vez más tempranas y en niveles escolares inferiores.

En ese mismo sentido de construcción de un conocimiento inter y transdisciplinario, en segundo lugar, busca superar la división entre las ciencias ¨duras¨, las sociales y las humanidades para enseguida superar la ineficaz separación entre teoría y práctica, entre ciencia y tecnología, entre ciencias básicas y ciencias aplicadas, ciencia y cultura, educación y cultura.

Las estériles parcelas que separan las funciones de docencia, investigación y difusión de la cultura deben ser abonadas para superar esta otra modalidad de la fragmentación. Finalmente, la presente Ley General de Educación Superior se propone establecer los mecanismos de coordinación de los distintos actores participantes para crear un verdadero sistema educativo que supere la dimensión institucionalizada de la fragmentación, expresada en las múltiples e inconexas instituciones, públicas y privadas, relacionadas con el ámbito educativo, científico y de la cultura y sus respectivas normatividades.

4. Función Social de la Educación Superior y Universidad como Institución Cultural

La universidad es una institución cultural cuyas funciones son la educación, la investigación científica y la difusión de la cultura, como tal constituye una pieza clave de la sociedad y su reproducción. La función social esencial de la universidad es el desarrollo de la cultura.

La universidad del siglo XXI deberá presentar los rasgos siguientes: i. Pública, Autónoma y Gratuita. ii. Democrática. iii. Autogestiva. iv. Popular y Comprometida. v. Cultural y Critica. vi. Humanista y Formadora. vii. Impartirá una educación científica, crítica y comprometida. viii. Las modalidades de la universidad e instituciones de educación superior deberá ampliarse más allá de lo público-privado reconociendo el derecho de los ciudadanos, organismos del sector social de la economía, organizaciones ciudadanas, organizaciones sociales y organismos comunitarios de constituir centros de educación superior.

5. Educación Superior y Universidad Campo de Acción Del

Sector Social de la Economía y la Sociedad Civil

Las organizaciones e instituciones del sector social de la economía, organizaciones sociales, comunidades indígenas, comunidades rurales, organizaciones ciudadanas y de la sociedad civil históricamente han carecido de atención de los programas académicos de las instituciones de educación superior de toda laya, públicas y privadas.

Por eso es necesario reconocer el derecho del sector social de la economía, ciudadanos y la sociedad civil a establecer instituciones de educación superior que atiendan en sus programas académicos los temas, los problemas y necesidades de desarrollo de sus integrantes puesto que son un sector estratégico de la economía y la sociedad mexicanas.

A continuación exponemos algunos datos que demuestran la importancia de estos sectores y la necesidad estratégica de contar con programas académicos para la formación de profesionales con cualidades especificas que atiendan su problemática.

Campesinos y Ejidatarios. En México existen actualmente 31 785 núcleos agrarios (29 441 ejidos, 2 344 comunidades) y 2058 unidades de producción colectiva. México tiene una superficie de 196.7 millones de hectáreas, de las cuales el 53% son de los núcleos agrarios, es decir, 104.251 millones de hectáreas. En estos terrenos de propiedad social se albergan grandes riquezas: 80% de los bosques y selvas, 74% de la biodiversidad y 66% de los litorales del país. La población rural del país está constituida por cerca de 26 millones de personas de las cuales 3.1 millones son ejidatarios.

Las Comunidades Indígenas. La población indígena es de alrededor de 4.5 millones de personas que pertenecen a 59 etnias agrupados en 2 344 comunidades y 8 328 núcleos agrarios que poseen el 15.3% de la superficie de México, es decir, cerca de 30 millones de hectáreas.

Las Cooperativas. La población de México es de aproximadamente 110 millones de personas de las cuales el 10%, es decir 10 millones, son miembros de las cerca de 12 000 cooperativas que existen en el país. Las cifras oficiales reportan en el año 2008 un total de 9 767 cooperativas de las cuales 3 940 son cooperativas agropecuarias, 3 458 son cooperativas de pesca y 2 369 son cooperativas de una gama de actividades económicas. En el país existen aproximadamente 657 cajas populares con cerca de 6.1 millones de agremiados. La caja popular mexicana es la sociedad cooperativa de ahorro y préstamo (SCAP) más grande de México con alrededor de 2 millones de socios, 430 sucursales ubicadas en 22 estados y 230 municipios (México tiene 31 estados, un distrito federal y 2 456 municipios). El personal ocupado asciende a 5 570 y sus activos totales ascienden a 25 361 millones de pesos.

Los Sindicatos de Trabajadores. La población de México es de aproximadamente 110 millones de personas de las cuales el 43.4%, es decir, 47.7 millones constituyen la PEA (64.3 % hombres, 35.7 % mujeres). En total tenemos 28.1 millones de remunerados subordinados (58.9 % de la PEA) de los cuales solo 17.6 millones están afiliados al IMSS-ISSSTE (36.9 de la PEA). Esto es, existen 10.1 millones (21.2 % de la PEA) que trabajan sin disfrutar de la seguridad social y constituyen en general empleos precarios. El desempleo reconocido asciende a 2.8 millones de personas (5.9 % de la PEA). El 24.1 % de la PEA labora en la informalidad, esto es, 11.5 millones de personas. En resumen, 24.8 millones de personas (52 % de la PEA) se encuentra en condiciones muy precarias correspondiendo a los desempleados, los trabajos remunerados sin seguridad social y los trabajos informales.

Según datos oficiales 9.06 millones de personas (19 % de la PEA) están sindicalizadas. Mientras que investigadores independientes sostienen que solo son 5.25 millones de personas (11 % de la PEA) están sindicalizados. Estos trabajadores se agrupan en alrededor de 19 000 sindicatos distribuidos en grandes o pequeñas centrales, federaciones, confederaciones y sindicatos de empresa, tanto a nivel nacional como regional. En general, estos sindicatos se pueden agrupar en sindicalismo oficial del Congreso del Trabajo (CTM, CROC, COCEM, CROM), la Unión Nacional de Trabajadores (Sindicato de Telefonistas, STUNAM), la Nueva Central de Trabajadores (SME, CNTE de Michoacán), sindicalismo universitario (CONTU, FNSU, CNSUESIC), la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

La Micro y Pequeña Empresa. Las micro y pequeñas empresas constituyen en realidad unidades económicas de carácter domestico y familiar cuyo funcionamiento dista mucho de tener un comportamiento de empresa. Los afanes fiscales y el dogmatismo neoliberal las ha convertido en “empresas” de tipo micro y pequeño. En México existen 2.1 millones de patrones y 2.9 millones de negocios o parcelas familiares.

Sociedad Civil y sus Organizaciones. Hasta diciembre de 2016 el Sistema Integral de Información del Registro Federal de las Organizaciones de la Sociedad Civil (SIRFOSC) registro un total de 34 882 organizaciones de las sociedad civil (OSC) que atienden problemas trascendentes de sectores populares abandonados e ignorados por las políticas públicas neoliberales tales como defensa de los derechos humanos, vivienda, educación, drogadicción, salud, problemas psicológicos, minusvalía, marginación, pobreza en todos sus grados, derechos humanos laborales, discapacidad, violencia hacia las mujeres, feminicidios, delincuencia, desastres naturales, entre muchos otros temas de importancia para el pueblo, los ciudadanos y los trabajadores.

La universidad cuenta con el instrumento legal de la autonomía condición necesaria para el cumplimiento de su función social esencial. La autonomía es una libertad democrática esencial y constituye el principio que sustenta la vida intelectual y la educación media y superior.

6. La Autonomía Dimensión Esencial de la Educación Superior y la Universidad del Siglo XXI y Siglos Venideros

La autonomía es un régimen político-jurídico acordado, pactado o convenido, que implica la creación de una verdadera colectividad política en el seno de la colectividad nacional. Dicho régimen puede definirse de la manera siguiente: Régimen especial que configura un gobierno propio (autogobierno) para ciertas comunidades integrantes, las cuales escogen así autoridades que son parte de la colectividad, ejercen competencias legalmente atribuidas y tienen facultades mínimas para legislar acerca de su vida interna y para la administración de sus asuntos.

La autonomía de la universidad comprende los aspectos siguientes: a. La libertad de cátedra, libertad de investigación y libertad académica para el desarrollo de la ciencia y la educación. b. El autogobierno de los universitarios, sin restricciones e interferencias del poder público, por medio de la creación de su legislación y sistema judicial, elección interna de sus autoridades y sus órganos de gobierno. c. Libre examen y discusión de las ideas. El desarrollo en la universidad de la actividad crítica, del pensamiento libre y del debate de los problemas económicos, políticos y sociales de nuestro país y del mundo. d. El derecho de los universitarios, común a todos los ciudadanos, de participar en la vida política y de actuar en apoyo de los movimientos populares que buscan la transformación y el progreso de la sociedad. e. El derecho a disentir de lo dicho y lo actuado por los gobernantes y de actuar, en consecuencia, sin más restricciones que las que marca la Constitución. f. La libertad de celebrar convenios sobre el ingreso, promoción y permanencia del personal académico establecidos con el sindicato u organización que represente a los trabajadores académicos. g. La democracia interna y la autogestión constituyen elementos sustanciales de la autonomía.

La autonomía administrativa y académica de los centros de cultura media y superior se da fundamentalmente con: a) La libertad para gobernarse a sí mismo sin la interferencia del poder público. b) Libertad en la administración de su patrimonio. c) La libertad académica, la libertad de cátedra y la libertad de investigación en las necesidades populares, sin la mediatización y la coacción de los intereses desarrollistas inscritos en el uso social de la ciencia, impuestos por los grupos de poder científicos y financieros, dentro y fuera de la Universidad. d) Libertad en la determinación de sus planes y programas. e) La inviolabilidad de los recintos universitarios. f) La ineludible obligación del poder público de proporcionar los medios económicos necesarios para el sostenimiento de los centros de cultura, otorgados con oportunidad, incondicional y transexenal a fin de que las universidades cumplan con sus planes de desarrollo y las políticas públicas de educación gratuita, universal, obligatoria. g) La formación, consolidación y desarrollo de estructuras académicas y administrativas con carácter democrático y autogestivo.

La UNESCO en su “Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción” del 9 de octubre de 1998 reconoce en el inciso e) del articulo 2 y el inciso b) del artículo 13 la necesidad de las instituciones de educación superior cuenten con la autonomía en los términos siguientes: cumplan con sus planes de desarrollo y las políticas públicas de educación gratuita, universal, obligatoria. El primero indica que “los establecimientos de enseñanza superior, el personal y los estudiantes universitarios deberán: e) disfrutar plenas libertades académicas y de autonomía, concebidas como un conjunto de derechos y obligaciones siendo al mismo tiempo plenamente responsables para con la sociedad y rindiéndole cuentas.” El segundo señala que “Los establecimientos de enseñanza superior deben gozar de autonomía para manejar sus asuntos internos, aunque dicha autonomía ha de ir acompañada por la obligación de presentar una contabilidad clara y transparente a las autoridades, al parlamento, a los educandos y a la sociedad en su conjunto.” En ese sentido deberá otorgarse la autonomía a todos los centros de educación superior que aun no la tienen como es el caso del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y otras instituciones.

7. Profesionalización, Trabajo Bien Remunerado y Seguridad Social. Una Necesidad de la Educación Superior y La Universidad del Siglo XXI y Siglos Venideros

Una condición necesaria e imprescindible para alcanzar la consolidación de la educación superior es la transformación radical de las condiciones de trabajo, profesionalización y vida de los trabajadores universitarios (administrativos y académicos). La situación actual del trabajo universitario se caracteriza por la precarización que se expresa de múltiples formas. Según datos de la ANUIES en 2015 existían 3801 escuelas con un total de 274 830 trabajadores académicos de los cuales solo 65 976 (24%) son de tiempo completo y 208 854 (76%) son de tiempo parcial que comprende 191 061 son trabajadores por hora cuyas implicaciones son la precariedad de sus condiciones de trabajo, profesionales y de vida. Esta situación constituye un gran obstáculo para las instituciones de educación superior en el cumplimiento de su función social. Por tal motivo, la permanencia (definitividad) y el tiempo completo constituyen condiciones necesarias e imprescindibles para que los centros de educación superior cumplan con sus planes de desarrollo, las políticas públicas de educación gratuita, universal, obligatoria, así como su función social.

Otro problema actual es el envejecimiento de la planta académica para lo cual es necesario implementar programas de reemplazo ordenado, jubilación y pensiones justas para los trabajadores universitarios, en particular el personal académico. Los bajos salarios de la inmensa mayoría de los trabajadores universitarios, la caída permanente del salario y el deterioro continuo de las condiciones de trabajo exigen con urgencia un plan nacional de recuperación salarial y combate a la precarización de sus condiciones de trabajo y vida para restituir sus derechos humanos laborales y crear las condiciones para que los centros de educación superior contribuyan al cumplimiento de las políticas públicas y su función social.

La “Recomendación de la OIT y la UNESCO relativa a la situación del personal docente” del 5 de octubre de 1966 y la “Recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de enseñanza superior” del 11 de noviembre de 1997 establecen amplias garantías que deben implementarse a las condiciones de trabajo, profesionales y de vida de los trabajadores académicos. Particularmente destaca las condiciones del empleo, seguridad del empleo, definitividad (permanencia), salario, seguridad social, desarrollo profesional, entre muchas otras. Así mismo se recomienda la autonomía de los establecimientos de educación superior, participación de docentes y estudiantes en toda la vida interna (académica, administrativa) de los centros de estudio.

8. Pedagogía Crítica y Humanista para la Educación Superior y la Universidad Comprometida del Siglo XXI y Siglos Venideros

La PEDAGOGIA es la disciplina científico-tecnológica que reflexiona metódica y sistemáticamente sobre la educación para explicar, comprender y propiciar su desarrollo. La pedagogía es en su esencia , de carácter multidisciplinario, creador, pluridisciplinario, critico, creativo, humanista . La teoría pedagógica se compone de principios, teoremas, postulados y proposiciones muy generales, de validez relativa que guían la práctica educativa.

La evaluación educativa es el proceso de describir, caracterizar, analizar, comparar, explicar, diagnosticar y comprender la educación en forma integral con el propósito de emitir un juicio que dictamine la situación que vive el proceso educativo en un momento de su desarrollo histórico. La evaluación debe ser integral, continua y participativa ya que sus resultados se vinculan necesariamente a la planeación estratégica, la toma de decisiones, el cambio interno y la transformación social. La evaluación educativa debe ser interna (autoevaluación) y externa para corregir fallas y resolver problemas. La evaluación es un proceso donde deben necesariamente participar autoridades, trabajadores (administrativos, académicos) y estudiantes tanto individualmente como colectivamente por medio de sus organizaciones gremiales (sindicatos, colectivos) e instancias académicas adecuadas. Los tres documentos citados anteriormente y elaborados por la UNESCO recomiendan estas cualidades para los procesos de evaluación institucional.

9. Políticas Publicas para Superar la Crisis de Financiamiento de la Educación Superior y Universidad del Siglo XXI y Siglos Venideros

Actualmente el sistema de educación superior vive una crisis estructural que se viene experimentando desde al menos la década de 1960 cuyas manifestaciones son múltiples tales como estancamiento de la matricula, desajustes con el mundo del trabajo, insuficiencia presupuestal, envejecimiento de la planta académica, deterioro de la infraestructura, entre muchas otras manifestaciones. La expresión más aguda de esta situación es la crisis de financiamiento que queja al menos a 10 universidades debido a una gestión inadecuada e incluso perversa por parte de las autoridades, presupuestos limitados entre otros aspectos. La crisis del sistema de pensiones en las universidades es parte sustantiva de esta crisis estructural.

La inversión pública en educación superior en México destaca entre las más bajas del planeta ya que en 2008 y 2009 se gastaron 57 dólares/ persona que es pírrico frente a Francia que invirtió 1764 dólares/persona, Suecia que asigno 2714 dólares/persona, Finlandia gasto 3 317 dólares/persona y Noruega con 5964 dólares/persona. Situación que no se ha modificado a lo largo de una década puesto que el presupuesto público para la educación superior ha permanecido prácticamente estancado.

Es necesario que se modifique urgentemente esta política de financiamiento raquítico, escasa ampliación de la matricula, deterioro de la infraestructura y precarización laboral. Establecer principios, fines y políticas públicas ambiciosas sin el soporte presupuestal necesario para cumplir dichas condiciones propicia una metamorfosis en el reino de las buenas intenciones, lo quimérico y la construcción de castillos en el aire de corte demagógico.

Es ineludible la obligación del poder público de proporcionar los medios económicos necesarios para el sostenimiento de los centros de cultura, otorgados con oportunidad, incondicional y transexenal a fin de que las universidades cumplan con sus planes de desarrollo y las políticas públicas de educación gratuita, universal, obligatoria. Financiamiento que debe ser suficiente para el desarrollo de las funciones académicas sustantivas, condiciones de trabajo (administrativo, académico) y condiciones de estudio de los estudiantes (apoyos económicos, becas).

La propia UNESCO reconoce y recomienda estas atribuciones en los tres documentos citados anteriormente. En particular, la “Recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de enseñanza superior” del 11 de noviembre de 1997 en el inciso a) del artículo 14 establece que: “La financiación pública de la educación superior refleja el apoyo que la sociedad presta a esta ultima y se debería seguir reforzando a fin de garantizar el desarrollo de este tipo de enseñanza, de aumentar su eficacia y de mantener la calidad y pertinencia. No obstante, el apoyo público a la educación superior y a la investigación sigue siendo fundamental para asegurar que las misiones educativas y sociales se llevan a cabo de manera equilibrada.”

10. Ejes de Construcción de una Ley General de Educación Superior (LGES)

A continuación realizamos un conjunto de propuestas para enriquecer el anteproyecto de Ley General de Educación Superior (LGES) desde la perspectiva antes expuesta que tiene los ejes siguientes: la crisis civilizatoria, la preservación de la naturaleza y la vida en el planeta, los derechos de los trabajadores universitarios (administrativos, académicos), la democratización integral de la educación superior y la autonomía universitaria, compromiso con la solución de los problemas de los trabajadores y sectores populares y atención especial a los graves problemas como la desigualdad social, el narcotráfico, la violencia hacia las mujeres, los feminicidios, la delincuencia organizada, la destrucción de la naturaleza, la crisis ecológica, el calentamiento global y el cambio climático.

 

 
   
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 
 
 
 
 

 

 

Año 14. No. 733. del 02 al 08 de febrero 2020
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