Pide Senador un Recordatorio
OLVIDAN CONMEMORAR EL DÍA DEL MIGRANTE
Por María de Lourdes Martínez González
El pasado 18 de diciembre del 2008 debió conmemorarse
“El Día del Migrante”, que se instituyó en la
ONU desde hace ocho años. Pero a muchas autoridades federales mexicana
y del interior del país, se les olvidó festejarlo, por lo
cual el senador Ángel Alonso Díaz-Caneja, del PAN, pidió
al Congreso de la Unión que emita un exhorto a todos los ordenes
de gobierno, para que impulsen la conmemoración de esa fecha.
Dijo que en México los más de 15 millones
de connacionales que trabajan legal e ilegalmente en el extranjero, se
convirtieron en una de las principales fuentes de divisas para el país,
al enviar en remesas para sus familiares casi 20 mil millones de dólares
y ni en los discursos figuran los migrantes.
El legislador hizo un llamado, en la última sesión
del año de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión,
para que en la próxima celebración en 2009, tenga un mayor
realce el acto conmemorativo de "El Día del Migrante"
y este es un extracto de su argumento en la tribuna:
" El tema de los migrantes ocupa un espacio creciente
en la esfera pública de la mayoría de los países.
La migración puede ser percibida como un medio para contribuir
al crecimiento económico a través de los fondos que se reciben
del extranjero, o como una amenaza para el mercado laboral del país
donde se realiza el trabajo; o como un desgaste para los servicios públicos
del país de recepción.
En la mayor parte de los debates sobre la migración la única
voz que no se oye es la del migrante. Sin embargo, la realidad cotidiana
de muchos migrantes de todo el mundo sigue siendo sombría. Minorizados
en algunas ocasiones por los políticos, otros por los medios de
comunicación, son objeto de discriminación y de violación
de sus derechos humanos. Muchos migrantes viven sus vidas al margen de
sociedades que no quieren o no son capaces de aceptarlos e integrarlos
plenamente.
La vulnerabilidad de los migrantes, en el caso en que viven y trabajan
en un país en el que no tienen el icono de la nacionalidad, se
incrementa enormemente. Existe una gran demanda de mano de obra barata,
inflexible por parte de gobierno y sociedades de distintas regiones del
mundo. Una demanda que con frecuencia se satisface a través de
la contratación de trabajadores migrantes irregulares, en el sector
informal de la economía. Esa situación ha hecho concluir
a los responsables del diseño de políticas que esos migrantes
no tienen derechos humanos fundamentales a pesar de que contribuyen de
un modo sustancial al desarrollo social y económico de las comunidades
en as que residen y trabajan.
Muchos de ellos son tratados como si no fueran seres humanos. Son amenazados
no sólo con penas, sino con expulsarlos arbitrariamente del territorio
en el que se encuentran, y en el proceso sufren graves abusos de los derechos
humanos, entre ellos, hasta la tortura. Además, se les niega sistemáticamente
el acceso a derechos humanos básicos, como el derecho al empleo,
a una asistencia médica adecuada y a una vivienda digna...
Asimismo, hay que redoblar esfuerzos para garantizar el respeto a los
derechos humanos de los trabajadores migrantes y sus familias.
El Día Internacional del Migrante celebrado el pasado jueves 18
de diciembre también coincidió con el XV Aniversario de
la Adopción de la Convención Internacional sobre la Protección
de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios de sus Familiares.
Hasta la fecha, sólo 34 estados han ratificado esta convención
o se han adherido a ella, entre ellos México, que sí se
ha adherido. Nuestras sociedades serían más pobres sin la
aportación de los migrantes. Hoy, al tiempo que celebramos esas
aportaciones, también hay que proponernos proteger los derechos
humanos de todos os hombres y mujeres, niños que cruzan las fronteras
en busca de una vida mejor.
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