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Cifras Escandalosas
IMPARABLE EL DESEMPLEO EN MÉXICO
*El Líder de la CTM capitalino, Carlos Aceves Adviertió que hay 2.8 Millones de Desocupados Por Regina Vargas
El aumento del desempleo y la pobreza en México está imparable, y a la fecha supera los 2 millones y medio de personas, aunque la Secretaría del trabajo hable de cifras positivas en los últimos 5 meses. El secretario de Acción Política de la CTM , Carlos Aceves del Olmo, subrayó que aunado a ello, lo que se oferta son trabajos precarios, por lo que aumenta la carestía y la marginación de la clase trabajadora. Por su parte, investigadores del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), aseguran que Felipe Calderón no es el presidente del empleo, sino del desempleo, debido a que administra un país con una tasa de desocupación que en julio ascendió a 6.61 por ciento, llevando la cifra de desocupados oficialmente a 2.8 millones. En una entrevista, el especialista Rodolfo Pérez consideró que el gobierno mexicano disfraza las cifras del empleo, y sólo reconoce, 2 millones 895 mil desempleados; pero si se utiliza la metodología del Fondo Monetario Internacional y de la Organización Internacional del Trabajo, son más de 8 millones 675 mil las personas que no cuentan con un empleo Desde su punto de vista, el gobierno federal maneja las cifras a su conveniencia, por lo que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), hace algunos años, en la administración de Vicente Fox envió una recomendación para modificar la forma de medir el desempleo. Pero lo que si es un hecho, es que un millón de personas perdieron su empleo en el último año, y aumentan los trabajos precarios, la carestía y la pobreza. Por lo que el especialista agregó que una nación en ruinas, sin industria propia, con su producción agrícola destruida, importador de la mayoría de los bienes de consumo, con una política económica que solo sirve a los grandes capitales, y con orientaciones laborales que provocan la baja de los derechos de los trabajadores y los salarios, conforman el resumen de la realidad actual de México. “Y es una crisis que, pese a lo que diga Calderón, no está por terminar, no para millones de mexicanos empobrecidos que están pagando los platos rotos de las políticas neoliberales. Para ellos, lo peor de la crisis está por venir, porque no se trata únicamente de un problema financiero, sino de una crisis alimentaria, ambiental, energética, cuya solución es de largo plazo y se verá sólo con la sustitución del régimen neoliberal”, resaltó. A tres años de gobierno el “presidente del empleo” administra un país con una tasa de desocupación que en julio ascendió a 6.12 por ciento, llevando la cifra de desocupados oficialmente a 2.8 millones. Esto según los siempre desconfiadles datos oficiales. El propio Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), indicó que este nivel no se veía desde la crisis de 1995, y en particular desde marzo de 2006, cuando la tasa fue de seis por ciento. Entre junio y julio alrededor de 400 mil personas se sumaron a la larga fila de personas sin laboral, y casi un millón lo han hecho en un año. Además, en el mismo periodo cerraron más de seis mil 700 empresas en el país, lo que se traduce en pérdidas de fuentes de empleo directas e indirectas. La perspectiva, según especialistas, es todavía más sombría, dado que, aun cuando se diera un repunte en la economía eso no significaría, necesariamente, que se creen más empleos. La ocupación es el parámetro económico que se ajusta de forma más lenta al ciclo de la economía, es decir, que tarda más en recuperarse al finalizar las crisis. La OCDE estimó que el próximo año este parámetro en México alcanzará una tasa de 6.9 por ciento, pese a que prevé un crecimiento de la economía doméstica de 2.5 por ciento en 2010. Como ya es costumbre, el gobierno federal intentará lavarse las manos, responsabilizando de la devastadora situación a la crisis externa y a las reformas estructurales que el Poder Legislativo ha dejado de hacer en los terrenos económico, fiscal y laboral. En lo laboral, esa tan repetida reforma no busca sino legitimar la merma pronunciada de los salarios y su poder adquisitivo; la anulación de prestaciones sociales en materia de salud, educación, vivienda y pensiones. Esto se traduce, sencillamente, en mano de obra todavía más barata, sin derecho a una vida digna, precarizada, empobrecida, que garantice las tasas de ganancia del capital. |
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