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Año 3. No.174. del 21 al 27 de febrero 2009.

México,D.F.

www.frecuencialaboral.com: Premio Comunicación Alternativa

Página en Solidaridad con los Trabajadores de Querétaro

 

MUJERES FRENTE AL AUTORITARISMO DEL GOBIERNO

 

Por María Del Carmen Gómez Ortega
Secretaria General Electa del S.T.S.P.E, Qro.

Contextualizando

Ante la Coyuntura histórica tan adversa que hoy enfrenta el sindicalismo mexicano, derivada del principio neoliberal de que “el mejor sindicato es el que no existe”, resulta una exigencia que las organizaciones sindicales se sometan a un proceso de adaptación a la nuevas realidad social y se reestructuren.

En esta coyuntura los sindicatos tradicionales ya no sirven. Ni en sus estructuras organizativas ni en sus programas de acción. Porque estaban diseñados simplemente para la acción sindical encaminada a la defensa de los derechos de l@s trabajador@s asalariad@s, y estos trabajadores asalariados y con empleo estable cada vez son menos. Además de que actualmente los retos que representan las reformas estructurales, amenazan no sólo los principios constitucionales de la estabilidad y la seguridad laboral, sino incluso, la soberanía nacional. Esta en riesgo nuestro patrimonio como nación.

Género y Sindicalismo

En este contexto adverso, las organizaciones de trabajadores ven ampliarse el abanico de retos por los que habrá que luchar; ésto al mismo tiempo que vemos perder nuestra capacidad de organización y de alianzas de clase. Ahora bien, si por todo lo anterior resulta difícil para los hombres que encabezan las organizaciones sindicales lidiar con la intolerancia e insensibilidad de las autoridades; para las mujeres que hemos decidido no sólo participar, sino dirigir gremios sindicales es doblemente difícil, ya que enfrentamos por un lado la discriminación de clase y por el otro, la discriminación de género.

Desde mi experiencia como Secretaria General electa de una organización conformada por hombres y mujeres en igual proporción (Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado: STSPE) ; situada en el estado de Querétaro, entidad con fuerte arraigo de las costumbres más conservadoras y gobernada por el yunque (PAN) practicante de la misoginia además de la represión en su máxima expresión; con medios de comunicación que se han convertido en fines al servicio del capital y del gobernante en turno, puedo asegurar que t rabajar en el sindicato siendo mujer, exige un nivel de conciencia critica que permita entender, para después transformar la dinámica social en la que somos actoras.

Mi condición de mujer me permite reconocer que todavía hoy, sindicalismo y género son dos conceptos difíciles de asociar para una sociedad como la nuestra. Unir conciencia de clase (discriminación como trabajadoras) y conciencia de género (discriminación por sexo), es una tarea que tropieza con múltiples prejuicios; a menudo entre las propias compañeras que aún no adquieren conciencia feminista, como no todos los obreros tienen conciencia de clase.

Somos las mujeres las primeras que debemos superar la ideología patriarcal y ver que no son las diferencias biológicas las que producen discriminación, sino que es la subordinación la que da paso a una diferencia discriminatoria , y que al mismo tiempo que no permite que las mujeres nos involucremos en la acción sindical se favorezca el autoritarismo empresarial y deshumanizador de las relaciones laborales.

Creo firmemente que la dirección exitosa de una organización sindical, no es cuestión de género, sino de, convicciones, actitudes y capacidades, por ello, no debemos esperar las mujeres que los hombres nos abran las oportunidades, sino que nosotras debemos buscarlas y sobre todo, aprovecharlas. Tampoco debe ser nuestro objetivo demostrar a los hombres que también podemos hacer lo que ellos hacen, sino que debe ser nuestro sentido de servicio y nuestras aspiraciones personales.

Se requiere una transformación personal, reconocerse valiosas,  y practicar relaciones en igualdad, primero con nosotras mismas y con nuestro entorno más inmediato, tenemos que  ir construyendo la transformación.

Nuestra experiencia en la lucha

Desde agosto de 2006, mediante proceso democrático y transparente, fui electa por la base trabajadora como Secretaria General, encabezando un Comité Ejecutivo conformado por compañer@s de ambos sexos en igual proporción, con un mismo objetivo: Consolidar un proyecto sindical democrático

de lucha verdadera.

Nuestra trayectoria como sindicalistas y los resultados de nuestra gestión como miembros del Comité en el periodo anterior, contravinieron los intereses del estado- patrón, iniciándose así una serie de violaciones a nuestros derechos más elementales como trabajadores, tales como el derecho a elegir a nuestros representantes, ya que hasta la fecha de hoy, se no sigue negando la toma de nota y el reconocimiento legal a nuestra representación, a pesar de haber sido ratificados en dos ocasiones por la Asamblea general.

El sometimiento a la voluntad del estado, de las instancias que administran y/o procuran justicia, en todos los niveles, ha impedido que jurídicamente se nos reconozca, prorrogando los resolutivos de una numerosa lista de juicios interpuestos por razones derivadas de la intromisión del gobierno en la vida interna de nuestra organización.

Derivado de nuestra resistencia a los ataques del gobierno por casi ya un ño y diez meses, estamos enfrentado situaciones que dificultan nuestra lucha, pero que no la aniquilan: despidos injustificados a los dirigentes, denuncias penales sin sustento en nuestra contra, difamación, amenazas, políticas de hostigamiento a la base trabajadora, etc., lo cuál ha provocado que algunos compañeros del mismo Comité electo hayan decidido la penosa alternativa de desistirse de la lucha.

Un ejemplo de la dilación en las resoluciones de las autoridades en los asuntos jurídicos es que desde el mes de octubre del 2007, estamos esperando que el Tribunal de Conciliación y Arbitraje en el estado acuerde las pruebas que hemos presentado en el juicio principal, apostando al desgaste y a que venzan los plazos de nuestra gestión, a fin de seguir imponiendo representantes a modo que vendan los derechos de los trabajadores a cambio de beneficios particulares.

Sin embargo y a pesar de todo, nos mantenemos firmes en nuestra convicción de que solo el sindicato representa la columna vertebral de una amplio movimiento social de trabajadores y trabajadoras, cuyo único resultado debe ser la reivindicación de la clase trabajadora.

Por todo ello, creo firmemente que hoy los sindicatos son más necesarios que nunca, y que la participación abierta y comprometida de las mujeres en la lucha sindical, por nuestro grado de humanismo, responsabilidad, compromiso y capacidad, sin demeritar la de los compañeros varones, es fundamental para resistir a los retos de los tiempos actuales. Que sólo la acción conjunta de las organizaciones sindicales nos permitirá no sólo resistir, sino contrarrestar los efectos del neoliberalismo y las embestidas contra nuestra clase.

Finalmente, como mujer de mi tiempo, reafirmo mi compromiso con mis representados, con mi clase y con mi país, de mantenerme en la lucha, hasta ver que son respetados todos y cada uno de los derechos de la clase trabajadora a la que pertenezco y represento, sin dar tregua a quienes quieren vernos derrotados, confiando en que nos asiste la razón y el derecho.

Mail. Villygom@hotmail.com

Web: stspe.com.mx

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

Año 3. No.174. del 21 al 27 de febrero 2009.

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