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Contra la precarización laboral en la ciencia CREAN NUEVO SINDICATO DE INVESTIGADORES EN CONACYT
Integrante del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear y colaborador voluntario de Frecuencia Laboral, Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com En lucha contra la precariedad laboral que afecta también a catedráticos y científicos con alta especialización, el 10 de marzo de 2021, un grupo de investigadores contratados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) mediante el mecanismo de las cátedras patrimoniales dio a conocer que decidieron formar un sindicato, el Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores de Investigación de Cátedras Conacyt, SINTRACATEDRAS, y demandaron al Conacyt la firma de un contrato colectivo de trabajo. La crisis económica y los efectos de la pandemia han afectado de manera especial al mundo del trabajo, profundizando problemas como la falta de acceso a servicios de salud, la inexistencia del derecho a una indemnización al término de la relación laboral o una pensión al retiro y la carencia de estabilidad laboral. En pocas palabras, aumenta la precarización laboral. Esto ocurre principalmente en sectores como los servicios y en actividades que no requieren mucha calificación, sin embargo, afecta también a trabajadores con muy alta calificación, poseedores de grados académicos y empleados en universidades y centros de investigación. Un número creciente de profesores e investigadores, son también trabajadores en condiciones de precariedad laboral. Como en la economía informal, carecen de estabilidad y derechos. Algunos de ellos han iniciado procesos de organización. Este joven sindicato, que ya cuenta con registro otorgado por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, surgió ante la necesidad de lograr derechos para quienes han sido contratados mediante las llamadas cátedras Conacyt. Según la página del organismo responsable de la política científica nacional, las Cátedras Conacyt, “ son plazas de servidores públicos de carácter académico y que forman parte de la plantilla de servicios profesionales del Conacyt. Están dirigidas a investigadores y tecnólogos de alto potencial y talento en investigación, desarrollo tecnológico e innovación, y que son comisionados a Instituciones que resulten beneficiadas en los términos de la convocatoria vigente ”. Se trata entonces, de investigadores, con grados de maestría o doctorado en diversas disciplinas, cuya actividad laboral, la investigación científica, se desarrolla en instituciones especializadas. De esta manera, se cubre la necesidad de empleo de este personal, al tiempo que se apoya a las instituciones a las que son comisionados. Un problema es que al no existir relación laboral entre el trabajador y la institución a la que se le comisiona, ésta no lo reconoce como su empleado, por lo que no asume los compromisos a que cualquier patrón está obligado de acuerdo a la legislación laboral. Al no estar sus plazas en el presupuesto institucional, no hay garantía para su permanencia y la administración del centro de trabajo asignado, no tiene obligación laboral y profesional alguna con ellos, pues no son sus trabajadores . Para las instituciones de investigación, la llegada de este personal es un apoyo en tanto sus actividades son parte de las tareas que se realizan y se trata de personal de alto nivel, que siempre es necesario y para cuya contratación directa, hay todo tipo de obstáculos, principalmente de carácter presupuestal. A la falta de estabilidad en el empleo y otras carencias derivadas de la forma de contratación, hay que agregar la posibilidad de conflictos por el ingreso en condiciones distintas a las normas y convenios pactadas entre las instituciones y las organizaciones de trabajadores de la institución. Este mecanismo pasa por alto, asimismo, la libertad sindical y el derecho a la contratación colectiva, reconocidos por la legislación laboral mexicana y por convenios internacionales de la Organización Internacional del Trabajo. Insisten las administraciones en hacer sentir a los investigadores que no son trabajadores –por lo que no deben reclamar sus derechos- y que son personal de confianza, cuando la definición de trabajadores y de personal de confianza, de acuerdo a la Ley Federal del Trabajo, son claras y muestran que investigadores y personal académico son trabajadores y están lejos de ser personal de confianza, pues no cumplen funciones de dirección, inspección, vigilancia y fiscalización, ni se relacionan con trabajos personales del patrón dentro de la empresa o establecimiento. Se genera así, una situación difícil para estos investigadores, pues no son reconocidos como trabajadores con derechos plenos ni por el Conacyt, ni por las instituciones en las cuales laboran, lo que genera incertidumbre y condiciones inadecuadas para realizar el trabajo de investigación científica y desarrollo tecnológico. Aunque sus ingresos pueden ser buenos -si se comparan a la situación salarial del común de los trabajadores- pueden ser despedidos al gusto de los funcionarios a cargo, sobre todo si llegan a denunciar alguna irregularidad. El SIINTRACÁTEDRAS, presentó en días pasados su proyecto de lucha sindical al que denominó "Derechos laborales para una ciencia con pertinencia social". En él, señala que México enfrenta enormes retos sociopolíticos ambientales y económicos, ante los cuales se deben construir soluciones efectivas y de larga duración y para responder tal desafío, se requiere de una ciencia comprometida con la sociedad. Agregan que México requiere fortalecer el potencial de sus instituciones científicas y humanísticas para que la investigación sea parte integral de la construcción de la sociedad y evitar reducirla a una ciencia reactiva o que sólo atiende a intereses privados. Es en este contexto -señalan- que catedráticas y catedráticos decidieron construir un sindicato para promover y defender el trabajo científico y humanístico comprometido con la construcción de una sociedad más justa, sin racismo, clasismo ni reproductora de relaciones patriarcales, donde exista un plan de incorporación laboral de las nuevas generaciones en el sector de las ciencias, las humanidades y la tecnología. Afirman que el sector académico podrá trabajar en defensa de la vida, en la medida que sus derechos básicos laborales se respeten y cumplan y que es responsabilidad del gobierno mexicano velar por estos derechos y garantizarlos. En su declaración, SIINTRACÁTEDRAS destaca que, como en todos los sectores de la economía, las y los trabajadores de la investigación han vivido en las últimas décadas una degradación de sus derechos humanos laborales, reflejada en modalidades precarias de contratación, condiciones adversas de trabajo, entre otros procesos agudizados por las crisis económicas y los proyectos políticos de desmantelamiento del sector público. En cuanto al programa Cátedras de Conacyt señalan que, desde su creación en 2014, Cátedras ha sido para muchos, el único mecanismo para ingresar a la carrera científica, en un contexto nacional caracterizado por condiciones que implican escasas oportunidades en las instituciones y universidades. El programa llegó a tener aproximadamente 1500 plazas, con 984 proyectos de investigación y tenía la meta de llegar a 2 mil plazas. Sin embargo, para julio de 2020, solo tenía 1076 cátedras y 664 proyectos. Entre lo que han experimentado, señalan problemas como la incertidumbre laboral derivada de contratos individuales de trabajo, la dependencia precaria y condicionada a decisiones presupuestales federales y una continuidad que depende de mecanismos de evaluación con rasgos ilegales o que favorecen la injusticia y la arbitrariedad y vulneran a las investigadoras e investigadores de cátedras. Existe para estos investigadores un esquema de evaluación de los proyectos en el que algún investigador o investigadora de la institución beneficiaria, emite anualmente una opinión, que en la mayoría de los casos se toma como una evaluación al desempeño, generando jerarquías y relaciones de poder contrarias al trabajo colaborativo, que requiere relaciones horizontales entre pares. Hay en la evaluación de estos trabajadores, falta de objetividad en la evaluación, pues no pasa por comités de pares a los que tienen derecho los académicos que con contratados de manera regular por las instituciones. Se han dado casos en que investigadores e investigadoras que han protestado por injusticias y arbitrariedades han sido despedidos, algunos de los cuales optaron por demandar al Conacyt, lo que implica largos procesos, más difíciles cuando se hace de manera aislada, sin organización. SIINTRACÁTEDRAS está demandando al Conacyt la firma de un contrato colectivo en el que sean reconocidos como trabajadores y trabajadoras de base y se les garantice estabilidad laboral sin requisitos discrecionales o de membresía al Sistema Nacional de Investigadores. También solicitan a dicha institución, trazar junto con el sindicato los caminos necesarios para conseguir la continuidad de este programa de gran importancia para el país por el trabajo que realizan en ciencia y tecnología. Este joven sindicato tiene ante sí enormes tareas. Una nueva organización, que hace crecer el número de organizaciones de trabajadores del conocimiento en lucha.
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