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PROHIBIDO OLVIDAR
Más de un siglo de lucha del SME
Integrante del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear y colaborador voluntario de Frecuencia Laboral, Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com
Primera huelga general en la Ciudad de México, Distrito Federal. El 31 de julio de 1916 la Federación de Sindicatos de Trabajadores del Distrito Federal, influida por la Casa del Obrero Mundial, que agrupaba a electricistas, tranviarios y empleados de comercio, estalló una huelga general en la Ciudad de México. Los trabajadores exigían que su salario se les pagara en oro y no en billetes constitucionalistas, ya que estos se depreciaban por la escasez de productos y la inflación. La huelga fue seguida por más de 82 mil trabajadores y paralizó las actividades productivas y los servicios en el Distrito Federal. En esta huelga hubo una participación central del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), surgido dos años antes y que tuvo que enfrentar la negativa patronal a reconocer su representatividad, pese a lo cual consolidó su organización y logró la bilateralidad como mecanismo de negociación obrero-patronal. Para 1916 la situación económica era insoportable y en julio una asamblea general de los electricistas propuso la huelga general para que los salarios se pagaran en oro. La Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal aceptó la propuesta. La huelga general de julio-agosto de 1916, que mostró la fuerza política de los trabajadores y su capacidad organizativa, fue reprimida duramente. Los obreros fueron declarados traidores a la patria, perseguidos y cerrados los locales sindicales. Se juzgó militarmente a Ernesto Velazco, dirigente del SME y se le condenó, por traición a la patria, a cadena perpetua. La lucha por su libertad se inició de inmediato y se logró en 1918 su liberación. El Comité Nacional de Defensa Proletaria y la fundación de la CTM En los inicios del gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, un movimiento obrero en crecimiento protagonizó numerosas huelgas al tiempo que avanzaba en su organización, con la creación de grandes sindicatos nacionales de industria. El movimiento huelguístico fue criticado por el expresidente Plutarco Elías Calles, quien acusaba a los huelguistas de impreparados y tener apetitos despiertos y peligrosos y de estar jugando con la vida económica del país. Llamaba a frenar la ola de luchas. Esto generó un fuerte rechazo entre los sindicatos que veían en tales actitudes, provocaciones fascistas, por lo que se organizó una respuesta unitaria. A propuesta de la Central Sindical Unitaria de México (CSUM), el Sindicato Mexicano de Electricistas convocó a una reunión, con carácter de urgente, a todas las organizaciones sociales del país para analizar las declaraciones de Calles y las medidas a realizar ante ellas. El SME, la CSUM, la Central General de Obreros y Campesinos (CGOCM), los sindicatos de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, Industrial de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, Nacional de Telefonistas y otros organismos obreros respondieron al llamado jefe máximo que el movimiento obrero y campesino organizado de México “declara que se opondrá a toda transgresión de sus derechos, utilizando en el momento preciso, la huelga general en todo el país como único medio de defensa contra la posible implantación de un régimen fascista en México”. El 15 de junio de 1935, el movimiento obrero dio un paso hacia su unidad al constituir el Comité Nacional de Defensa Proletaria, que rápidamente empezó a construir organismos locales por todo el país y fue la base para convocar a un Congreso Nacional Obrero y Campesino, para constituir una central única de trabajadores. A pesar de la campaña anticomunista de sindicalistas de derecha y sus aliados y de las diferencias entre dirigentes de los diversos sindicatos, el proceso unitario, en medio de un crecimiento de las luchas, avanzó hacia la unidad convocando a constituir entre el 21 y el 24 de febrero la central única de obreros y campesinos de México en la capital del país. A este proceso se unieron fuerzas que habían permanecido al margen, como los petroleros, maestros y otras organizaciones más. En las fechas señaladas se realizó el Congreso Nacional de Unificación Proletaria, que dio origen a la Confederación de Trabajadores de México, eligiendo como secretario general del comité nacional a Vicente Lombardo Toledano, de la CGOCM. Al elegir la secretaría de organización, la CSUM propuso al comunista Miguel Ángel Velasco y la CGOCM a Fidel Velázquez. La mayoría de los sindicatos de industria, entre ellos el SME, apoyaron la candidatura de Velasco. No obstante, ésta se retiró ante la amenaza y desorden promovido por los partidarios de Velázquez. Aunque el SME y otros sindicatos de industria reiteraron la candidatura de Velasco, se cedió al chantaje y finalmente quedaron Velázquez en Organización y Velasco en Educación. Esto marcaría el futuro de la CTM. La posterior salida de la CTM del SME y otros sindicatos de industria, así como la expulsión de los comunistas, dejó a la confederación sin sus más combativas fuerzas. El primero de mayo y la unidad electricista A principios de 1975, el movimiento de los electricistas democráticos del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) avanzaba por todo el país, convirtiéndose en centro para el movimiento democrático. Se trabajaba ya en un programa capaz de unificar la lucha de obreros, campesinos, estudiantes, colonos. En respuesta, con la ayuda del gobierno y la CTM, los charros convocaron a un congreso espurio en el cual se expulsó a la parte democrática de la dirección del SUTERM encabezada por Rafael Galván, presidente de la Comisión Nacional de Vigilancia y Fiscalización. Así, los charros pretendían mostrar al país que ya controlaban totalmente al sindicato y que habían derrotado a la Tendencia Democrática (TD). El 1º de mayo de 1975, se realizó en la capital mexicana, la marcha obrera más importante realizada en mucho tiempo. El SME abrió su contingente a la TD y marcharon, intercalados, un departamento del SME y una sección del SUTERM, expresando sentimientos unitarios y democráticos. Este contingente unitario recuperó para la clase obrera el carácter de lucha proletaria del primero de mayo. Esta muestra de unidad generó el enojo del presidente Luis Echeverría acusando lo que llamó “puños fascistas”, a lo que los electricistas contestaron de inmediato: “este puño electricista es de lucha socialista”. La FESEBS Para fines del siglo pasado, las crecientes posiciones antiobreras de los gobiernos neoliberales y el agotamiento de las políticas del charrismo dieron lugar a posiciones críticas en sectores del sindicalismo integrantes del Congreso del Trabajo y a coincidencias con el sindicalismo democrático. Así, aun sin romper con el organismo cúpula del llamado movimiento obrero organizado, surgió la Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios (FESEBS) en 1990. Sus principales impulsores fueron los sindicatos de Telefonistas de la República Mexicana y Mexicano de Electricistas, a quienes se sumaron tranviarios, sobrecargos y pilotos de aviación, trabajadores del Monte de Piedad, principalmente. Con la FESEBS se abrían espacios democráticos en sectores antes dominados por el charrismo. La nueva federación, además, sería base para proyectos unitarios más ambiciosos. Foro el Sindicalismo ante la Nación Los procesos de privatización que acabaron con la mayor parte de las empresas paraestatales, la acelerada caída del poder adquisitivo del salario y del empleo y las amenazas de reformas como la laboral y la eléctrica, que pretendían profundizar el rumbo antiobrero y antinacional seguido por los últimos gobiernos, reclamaban una respuesta. Un paso de ésta se dio con la confluencia de diversas franjas del sindicalismo el 23 de febrero de 1995. En esta fecha se realizó el Foro el Sindicalismo ante la Nación, reuniendo a los sindicatos que integraban la FESEBS, supervivientes del sindicalismo democrático que venía de la insurgencia obrera como el sindicalismo universitario y sectores descontentos del charrismo, como la Confederación Obrera Revolucionaria (COR) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Nuevamente el SME jugó un papel de gran importancia en esta experiencia unitaria. El avance de las posiciones democráticas y el descrédito del charrismo llevaron al abandono de éste de las calles, cuando haciendo uso de pretextos, dejaron de convocar a la marcha del primero de mayo. El SME, el STRM y los demás sindicatos que participaron en el Foro el Sindicalismo ante la Nación, así como organizaciones independientes que se mantuvieron al margen del mismo, recuperaron las calles para la lucha obrera. En los años siguientes, estos sindicatos avanzaron en la construcción de otros proyectos unitarios. La mayoría de integrantes de FESEBS y los que venían del sindicalismo democrático de las décadas anteriores, llamaron a construir una sola organización nacional. Así, surgió la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). Por su parte, el SME y otras organizaciones crearon el Frente Sindical Mexicano. SNTE y COR a su vez, permanecieron en las filas del sindicalismo corporativo. FNRCPIE Otra experiencia de construcción de instancias unitarias se dio con la conformación del Frente Nacional de Resistencia Contra la Privatización de la Industria Eléctrica que agrupó a gran cantidad de organizaciones sindicales, políticas y sociales para oponerse al proyecto del presidente Ernesto Zedillo de privatizar el sector eléctrico. NCT Las más recientes experiencias unitarias impulsadas por el SME se dan en el contexto de la ofensiva final del neoliberalismo contra la industria energética y la educación. Se trata de la Nueva Central de Trabajadores y la Asociación Nacional de Usuarios de Energía Eléctrica, organización en defensa de una tarifa social para el suministro de electricidad al pueblo trabajador. Tanto la NCT como la ANUEE han mantenido la lucha por la reinserción laboral de electricistas del SME y por hacer de la energía eléctrica un derecho de la sociedad. Al mismo tiempo, han participado en ciertas coyunturas en proyectos unitarios más amplios con otras organizaciones sindicales y sociales como la UNT y otras. Así, durante 107 años, el SME no solo ha luchado por sus intereses gremiales, sino que ha sido parte de los principales proyectos unitarios de los movimientos obrero y democrático de México.
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