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Es cotidiano el despojo del trabajo digno EMPEORA LA POBREZA LABORAL EN MÉXICO *El movimiento sindical está frente al desafío de esta realidad nacional. *Autoridades y patrones presionan hacia la baja, quitando derechos ganados en el pasado. *Usan el pretexto del COVID19 para reducir empleo, salario y prestaciones a trabajadores. *Los sindicatos ya no negocian para mejorar condiciones, sino para contener la caída. *Los trabajadores deben capacitarse para conocer y defender sus derechos.
Participación de Pedro Villegas Rojas, Abogado especializado en materia laboral y director general del Centro Nacional de Promoción Social (CENPROS), en el programa del 17 de julio de 2021, Transcripción de Carlos Guillén, en colaboración voluntaria, Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com “México se encuentra en la tercera ola de la COVID-19, que se ha venido perpetuando desde finales de febrero de 2020, cuyas consecuencias no sólo han dejado contagios y la muerte de miles de mexicanos, sino la pérdida de empleos, la disminución de salarios y prestaciones, que han profundizado la pobreza. Hoy nos encontramos frente a una crisis del empleo, donde los derechos laborales se precarizan, e incluso las conquistas sindicales, han retrocedido, convirtiéndose los sindicatos, en su mayoría, en meros negociadores para contener una merma en salarios y prestaciones de los trabajadores. Ya no se negocia para aumentar, sino para contener la caída, para que no sigan mermando las prestaciones y los salarios de trabajadores; que no se despida a los trabajadores, cambiando el papel que históricamente ha tenido el movimiento sindical como instrumento para el estudio, mejoramiento, promoción y reivindicaciones de los derechos de los trabajadores. Hay cuestiones que se han dado en el ámbito nacional como la implementación de la reforma laboral, el tema de la democracia y transparencia sindical que, por cierto, gran parte del movimiento sindical está más preocupado en cómo resolver esos problemas, que en atender las negociaciones de los contratos colectivos de trabajo. Está el tema de los contratos de protección, que es un fenómeno que aflora precisamente con esta reforma. Tenemos también el tema de las unidades de medida y actualización (UMA), en el caso de las pensiones, la modificación o reforma de los propios sistemas de pensiones y jubilaciones, no solamente a nivel federal, sino en cada uno de los estados, el tema de las subcontrataciones y el reparto de utilidades. Todos estos, son temas que ameritan la participación del movimiento sindical y me parece que, en su mayoría están ajenos al problema. Son muy pocas las organizaciones que han manifestado algún punto de vista sobre esta situación. Desde hace décadas, en nuestro país los sindicatos han venido atravesando una crisis de principios y valores, por su forma de hacer sindicalismo por parte de sus dirigencias, que van desde la forma de negociar, firmar contratos de protección y anteponer los intereses políticos y partidistas con respecto al de los trabajadores, lo que ha ocasionado que se profundice la falta de credibilidad por el ser y quehacer de los sindicatos, que se reproduce y se extiende al conjunto de la sociedad. Hoy a esa percepción se suma una crisis ideo política que hace tocar fondo al papel que debería jugar el sindicato, pues no ha sido capaz de protagonizar su poder de convocatoria y movilización ante la crisis económica que estamos enfrentando, ya que muy difícilmente existe una posición o pronunciamientos claros en relación a los temas coyunturales por los que atraviesa el movimiento de los trabajadores, como los mencionados. Hoy es importante recuperar el ser y quehacer de las organizaciones sindicales, para que recuperen su sentido de pertenencia e identidad de los trabajadores, más allá de lo que pueda hacer el movimiento de los trabajadores en su conjunto. En suma, hay un sin fin de acontecimientos que necesitan de la presencia y expresión de los sindicatos y que estos reivindiquen su actuar para hacer vigente lo que históricamente los ha identificado. Y qué decir de la política electoral, donde independientemente de los colores partidistas, dirigentes sindicales tenían espacios de elección popular y curules en el Congreso de la Unión y locales; sin embargo, en las recientes elecciones brillan por su ausencia, muy difícilmente las cámaras han tenido representación sindical. independientemente de los colores y su concepción política, hay que llamar la atención en que ahora la participación del movimiento sindical está mermada en los lugares donde se toman decisiones, lo que es un síntoma de que no se ha hecho el trabajo que debería de ser dentro de las organizaciones sindicales. Es lamentable esta realidad del movimiento sindical. Hacemos esfuerzos y todos estamos enfocados en un objetivo en común, pero de manera segmentada. Hay que llamar, exhortar a la unidad de los trabajadores. Recobrar o recuperar esa cuestión ideo política. Históricamente, los grandes sindicatos han venido desarrollando, no solamente en México, sino en todo el mundo, el sentido de pertenencia, el sentido de solidaridad de los trabajadores. Lo que se necesita hacer es, precisamente, profundizar esos conceptos y eso se hace a través de la formación. Se le debe apostar, en cada sindicato, a que los trabajadores se puedan formar en esa concepción, en esa línea de poder entender cuál es el verdadero papel que juega. Sólo de esa manera se podrán hacer los cambios profundos que se necesitan en las organizaciones, primero, en el interior y, después, hacia afuera. No apostarle a la formación sería mantener la actual inercia de las organizaciones y de la dirigencia sindical como hasta ahora. Es importante tomar cartas en el asunto y volverse protagonistas las organizaciones sindicales, de ese ser y quehacer que les corresponde. |
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