PÁGINA SOLIDARIA
En Solidaridad Publicamos Textualmente:
MÉXICO 2019: LA ECONOMÍA BAJO LA LUCHA DE CLASES
Dra. Josefina Morales
Investigadora titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico (SEPLA).
Más que nunca, la reflexión sobre la marcha de la economía mexicana requiere la perspectiva de la economía política, de la crítica de la economía política, partiendo de que la economía no es una relación entre las cosas, sino una relación social, entre las clases sociales, de un país sumergido en un capitalismo monopolista neocolonial en profundo proceso de descomposiciòn, cuyo examen requiere conocer no sólo la dinámica de la economía estadounidense, sino particularmente del comportamiento del imperialismo estadounidense y sus principales sujetos, que van del actual presidente fascistoide a las grandes trasnacionales del capital monopolista financiero.
Es del todo insuficiente buscar, precisar, estimar la dinámica de las principales variables económicas del primer trimestre, su comparación con el anterior, con el último año, o con los primeros trimestres de cada sexenio caracterizados, tradicionalmente, por una baja en la tasa de crecimiento, si no es que incluso una severa contracción, resultado de una caída en la, ya de por sí, bajo inversión privada nacional y pública de los últimos cerca de cuatro decenios, y por contracción de la inversión a la espera del nuevo gobierno.
Por ello empezaré con algunas características de la actual geopolítica imperialista, en el plano internacional y, particularmente, en Nuestra América.
El enfrentamiento de Estados Unidos con China por la hegemonía en el ámbito de la economía mundial se expresa, en primer lugar, en la guerra comercial, aranceles sí y sí; en la prohibición en el T-MEC de la relación comercial de México y Canadá con China y en la creciente crítica a la presencia China en Nuestra América como lo establece Estados Unidos en su estrategia de seguridad nacional. En segundo lugar, por numeración, no por importancia, la lucha de Estados Unidos por el mercado petrolero internacional se manifiesta no sólo en su liderazgo en la producción mundial, a partir de la producción del fracking, sino particularmente en su asedio implacable a Venezuela y la ruptura del acuerdo con Iran. Estados Unidos, no sólo se ha convertido en uno de los más importantes exportadores de alimentos del mundo, sino también de gasolinas y México se ha convertido en su principal destino.
Tengamos presente que el comercio exterior de Estados Unidos representa una baja proporción de su economía, si bien, por su monto es el segundo exportador internacional (1.5 billones de dólares), después de China. Sus exportaciones no representan más allá del 13% de su PIB y las importaciones 17%, si bien tienen, como se sabe, un creciente déficit comercial. Sus principales productos exportados son soja, maíz, frutas, químicos orgánicos, transistores, aviones, piezas de automóviles, computadoras, equipos de telecomunicaciones, automóviles y medicinas. Los principales países hacia donde dirigen sus exportaciones son Canadá, 19%, México, 13% y China 7%. Y nuestro país se ha convertido en el principal importador de gasolina de Estados Unidos.
Por otra parte, en la economía financiarizada mundial, Estados Unidos tiene la moneda de cambio, de reserva más importante del mundo, el dólar. Los grandes grupos estadounidenses, siguen estando presentes, el JP Morgan, por ejemplo en el tercer lugar, después de dos chinos; el sexto lugar lo tiene Berkshire Hataway, el octavo Wells Fargo y Citigroup el noveno. Pero BlackRok, es la mayor empresa de gestión de activos. Estados Unidos es el país más endeudado del mundo, más de 21 billones de dólares, superior a su producto interno bruto. Y Las principales calificadoras del mundo son estadounidenses (Standard & Pooor's, Moody's y Fitch. Grupos y calificadoras que son sujetos decisorios en el comportamiento de la economía mundial y, por supuesto, de la economía nacional. La dinámica internacional del capital trasnacional, de la inversión extranjera directa y financiera es otro de los sujetos que determinan, en gran medida, el comportamiento de la economía nacional.
Sujetos económico-políticos que inciden en gran parte en la dinámica financiera y económica nacional, junto con los indicadores de la economía casino internacional, bolsas de valores y mercado de futuros. Y, en tercer lugar, las variables de la producción nacional, cuya estructura, profundamente polarizada y dependiente, muestra no sólo la reproducción en la globalización bajo la crisis de la dependencia, sino su profunda desarticulación, desequilibrios y deformaciones.
Si en la estructura del PIB tenemos que el sector financiero (4.5%) y el inmobiliario (11%), registran un monto casi equivalente al de la industria manufacturera, si en el sector terciario la economía informal rerpesenta alrededor de la tercera parte, si importamos la mitad del consumo de maíz, la tercera parte de frijol y las cuatro quintas partes de arroz y las tres cuartas partes del consumo de gasolina, si el déficit en la balanza comercial se reproduce en forma ampliada en la mayoría de los sectores manufactureros, a excepción de la industria automotriz, y si el peso de la deuda ( los llamados eufenísticamente recursos financieros en el presupuesto) absorbe cerca del 3% del PIBy los ingresos tributarios no pasan del 12% del PIB, podremos comprender de mejor manera los desafìos de la política económica para la cuarta transformación.
Y si a ello agregamos los cuatro trascendentales desafíos sociales (primero los pobres), los trabajadores que tienen un rezago acumulado en la pérdida de la capacidad de compra de sus salarios, los trabajadores de la economía informal sin seguridad social y la violencia del crimen organizado multifacético, el cocktel explosivo del país salta a la mesa.
La inversión privada en nuestro país es un chiste; un mal chiste, por supuesto: apenas si representa 17.5 % del PIB. En 1981-82, la inversión pública realizaba cerca de la mitad de la inversión total, el año pasado menos del 15% y eso que subió a partir de la crisis del 2008-2009. A lo largo del neoliberalismo la inversión priada registró un bajo crecimiento, y para no irnos más lejos, en este siglo apenas si creció 2.2% anual, incluyendo a la extranjera. La IED se destinó, en gran parte al sector exportador y a la compra de activos mexicanos y creció al ocho por ciento anual y el año pasado alcanó 31 604 millones de dólares; y no contamos sus activos financieros ni su salida del país con sus ganancias y pago de royalties, ni el pago de intereses, variables que en conjunto llevan a un déficit en la balanza de renta.
Según el banco de México, la inversión fija bruta desde 2016 registró muy bajo crecimiento y en la coyuntura del año pasado apenas si creció 0.8 % y, particularmente disminuyó aún más a partir del último trimestre de ese año. La inversión pública desde 2015 registró crecimiento negativos, en 2017 de 17% y el año pasado de 0.7 por ciento. En el primer mes de este año, INEGI reporta un crecimiento de la inversión fija bruta nacionl del 8% respeco al mes anterior, 5.3% en construcción y 9.7% en maquinaria y equipo con el mayor crecimiento en transporte y equipo y maquinaria, importados, por supuesto.
El primer trimestre del año, INEGI reporta una contracción del PIB de 0.2% respecto al último trimestre del año pasado: crecimiento en agropecuarias, contracción en industria y en actividades terciarias. Si bien señala un crecimiento de 1.3% ligeramente superior al registrado el mismo trimestre del año pasado. Como no tenemos los datos sectoriales no podemos estimar cuál fue el impacto de la guerra contra el huachicol, de la austeridad republicana para rescatar a Pemex, cuál el de los primeros intentos de una mejor administración pública con el fuerte desempleo de sectores medios y altos de la administración, del aparente subejercicio del gasto.
¿Cuál es la perspectiva para el presente año?
Para hacer pronósticos deportivos, que no haré, es necesario considerar el impacto de la conflictiva aprobación del T-MEC en Estados Unidos y de la guerra comercial del fascistoide Trump contra China y contra México, ahí esta el tomate, en su coyuntura electoral.
El impacto que tendrá el capital financiero calificador sobre Pemex y la política de la 4T. El impacto de la reorientacion de la inversión públlica hacia Pemex, del restablecimiento de precios de garantia para los granos básicos y, en general, la puesta en marcha de proyectos de infraestructura y productiva que no acabmos de conocer, pues el Plan Nacional de Desarrollo no da demasiadas pistas.
Y, asimismo el impacto de una nueva etapa en la lucha de clases en nuestro país, álgida entre el capital trasnacional y los trabajadores (los de la maquila ya lo mostraron), entre los trabajadores del Estado y el gobierno en austeridad republicana (universitarios todos) y, por supuesto, la lucha contra el crimen organizado y desorganizado.
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