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El imperialismo yanqui así busca recuperarse de su debacle económica EU SOMETE A MÉXICO COMO PAÍS MAQUILADOR *Una muestra es que en medio de la crisis demoledora de 2020 creció el empleo barato en maquiladoras y el agro exportador. *El T-MEC y el apartado laboral será su mecanismo para mantener bajos salarios y eliminar derechos. *El congreso estadounidense decidirá qué violaciones a derechos laborales proceden y cuales no. *Las autoridades mexicanas ya no determinan la política nacional en materia económica y del trabajo. *Crece el yugo sobre México y se agudiza la pérdida de soberanía y la dependencia. *Toca a los trabajadores que luchan en las calles por sus derechos plantear soluciones para un mundo mejor.
Participación de Mateo Crossa Niell, Dr. en Estudios Latinoamericanos por la UNAM y en Estudios del Desarrollo por la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Académico e Investigador sobre el mundo del trabajo del Instituto Mora, Programa del sábado 27 de febrero de 2021, Transcripción de Antonio Peregrino Rojo, en colaboración voluntaria, Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com En México hay tres millones de personas trabajando en la maquila, tan sólo en la industria automotriz hay casi un millón de asalariados, lo cual indica que hay más trabajadores en ese sector maquilador instalado en el país, trabajando y exportando para Estados Unidos, que en aquel país. El panorama es muy complicado y se enmarca en dos elementos fundamentales: uno es la crisis económica, pero no es sólo eso, sino que la economía en el mundo ya no es la misma y uno de los rasgos fundamentales es que Estados Unidos ya no es el país hegemónico del planeta, ya no es la potencia económica mundial ni el único país dominante en el orbe. Hay una guerra entre grandes potencias o, por lo menos, entre grandes capitales representados por sus estados, por el reparto del mundo. Ahora ya es una guerra entre grandes empresarios transnacionales, para ver quién se queda con el mayor reparto del mundo. Cuando digo guerra estoy hablando de una tensión muy profunda entre grandes monopolios estadounidenses, asiáticos, europeos, que están operando políticamente resguardados en sus estados para ver quién se queda con la mayor parte del mundo. Esa es una característica actual, sin comprender eso no se puede entender las tensiones del mundo ni lo que pasa en Estados Unidos. Estados Unidos está pasando por una situación que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial, reportó una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de -3.5%, una pérdida de 10 millones de empleos formales, el cierre de enormes cantidades de pequeñas empresas en Estados Unidos, una contracción en el gasto de los hogares. Es una situación catastrófica que obviamente ha tenido una repercusión profunda en México. En México no podemos entender las cifras que reflejan la caída en el Producto Interno Bruto (PIB) del -8.5% si no entendemos la historia del país y su vinculación dependiente y subordinada respecto a Estados Unidos. México enfrentará esta crisis totalmente desamparado, sin protección, porque ha habido una política económica que lo ha dejado sin posibilidades de enfrentar la crisis, por una política económica marcada por el Tratado de Libre Comercio. Frente a esta situación hay tendencias a prensar que podemos regresar a una especie de proteccionismo del mercado nacional, hay una amplia gama de posiciones que plantean aprovechar este momento para fortalecer el mercado nacional, para fortalecer a los empresarios mexicanos, etcétera. Yo sinceramente no creo que esta sea una posición real, porque es una crisis muy profunda y la realidad está marcando otra cosa. La realidad está marcando que frente a la crisis la solución que están planteando algunos altos funcionarios mexicanos y estadounidenses, es profundizar la subordinación de nuestro país ante Estados Unidos. Hace unos días Esteban Moctezuma Barragán, embajador de México en Estados Unidos se plantó en ese país y dijo que “lo que tenemos que hacer y yo me voy a encargar de eso, es incentivar un poderoso bloque norteamericano entre los tres países” (Estados Unidos, Canadá y México). Eso es muy grave, porque está hablando de una mayor subordinación de México a Estados Unidos y Canadá, tal como ocurrió con el Tratado de Libre Comercio con América de Norte (TLCAN), pero ahora con el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC). Estuve analizando los apartados del nuevo Tratado de Libre Comercio y con pruebas encontré que México está en una posición sumamente desventajosa con este nuevo acuerdo. Lo que quiero decir es que ya hay ciertos indicios de lo que viene con el nuevo tratado de libre comercio, el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC). Uno de ellos es que a pesar del desastre económico total para México hay un aumento del 6% en las agro exportaciones y la agroexportación significa en este país que hay jornaleros y trabajadores del campo mexicano que están laborando en condiciones sumamente precarias. Otro señal muy curiosa es que, a pesar del derrumbe de la economía mexicana, hay ciudades maquiladoras como Tijuana y Ciudad Juárez que han visto aumentos en el número de empleos. Ciudad Juárez pasó tan sólo en el 2020, en el medio de la catástrofe, de 270 mil a 300 mil trabajadores. Tijuana paso de 250 mil a 280 mil trabajadores. Eso es increíble, lo cual señala la importancia que tiene la mano de obra barata para el T-MEC y son señales. Hay un elemento, entre muchos, que se ha visto con mucho optimismo. Es el apartado laboral del Tratado de Libre Comercio T-Mec, y se ha visto como una oportunidad para la clase trabajadora en sus demandas. Es muy complejo este debate, pero yo solamente quisiera dejar un comentario y es que hay una característica muy novedosa en este apartado laboral y es el siguiente: El gobierno estadounidense puede sancionar a empresas que se localizan en México individualmente, puede aplicar sanciones comerciales a empresas de forma individual, si ocurren violaciones laborales y en contrataciones en México va a haber agregados laborales que van a estar encargados de vigilar y a monitorear. Esos observadores o agregados laborales van a estar encargados de mandar al congreso estadounidense los detalles sobre violaciones a los derechos laborales y será en el congreso estadounidense en donde se decida si proceden demandas en México o no. No será en México donde se decida si se aplican o no las sanciones por violaciones en el país, será en Estados Unidos. Desde mi punto de vista, percibo que hay una política laboral en el nuevo tratado de libre comercio T-Mec que busca un control, por parte del congreso estadounidense, sobre las demandas y condiciones laborales en México entre ellos el salario en México. El salario en México debe de aumentar sustancialmente para poder ser un salario digno y eso no se percibe que vaya a pasar en un en un futuro pronto, sino que todo indica que van a haber diferentes mecanismos para frenar el aumento del poder adquisitivo del salario en México. Habrán aumentos, pero para que un salario se dignifique en México se tiene que incrementar significativamente de lo contrario no podremos tener un poder adquisitivo adecuado. Lo increíble de eso es que será en Estados Unidos donde se decida lo que va a ser la política laboral en México eso me parece que debemos analizarlo. Frente a eso en México tenemos que plantear escenarios que piensen un futuro radicalmente diferente al presente, que cambien las bases del presente que están atormentando este país, que están convirtiendo a este país en una nueva maquiladora renovada para el mercado estadounidense. Esa es la arquitectura que dibuja el nuevo tratado de libre comercio T-Mec, reeditar a México en un país maquilador para levantar la economía de Estados Unidos. Para los trabajadores que piensen en el futuro y que estén luchando en las calles que estén demandando sus derechos, yo creo que sería importante que con esa fuerza social que está en la calle, se pueda repensar un futuro radicalmente diferente al que se está diseñando actualmente, que no es muy esperanzador, no es muy brillante. Después de la crisis de 1929, de la gran depresión, lo que tuvimos fue una Segunda Guerra Mundial que fue un hecho desastroso para la humanidad. La arquitectura mundial que se está planteando ahora por el nuevo presidente de Estados Unidos, es una estrategia geopolítica, geoeconómica, que tiende a profundizar los conflictos mundiales, porque se es la solución que tienen el gran capital para solucionar sus problemas de crisis. Nosotros tendremos que plantear soluciones diferentes frente a ello, de lo contrario veremos más complicaciones y más oscuridad. |
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